Capítulo 1

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Antes de nada quiero decir que es la primera historia de este estilo que hago, no tengo ni idea de beisbol a sí que si hay alguna cosa que no os cuadra por favor no dudéis en decírmelo.

En teoria es un Two-shot con posibilidad de un epílogo.

Nada mas espero que os guste.

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No era la primera vez que se cruzaban sus caminos.

Ni sería la última.

Al menos eso esperaban.

Cuatro veces habían coincidido en el mismo campo, bajo el mismo sol, respirando el mismo aire, al mismo tiempo.

Cuatro partidos tan diferentes en importancia como iguales en intensidad, entrega, esfuerzo, emoción y diversión.

Ambos equipos estaban nerviosos, nunca habían llegado tan lejos.

Sin darse cuenta pasaron de ser equipos casi desconocidos, a llegar a la final del torneo interescolar de secundaria más importante del año.

Se encontraban en los túneles de vestuario, les separaban unas gruesas paredes de hormigón.

El refrescante aire de primavera se colaba por la obertura superior a la que daban las escaleras del final del pasillo.

Los jugadores se encontraban en fila, nerviosos y emocionados. Algunos rezaban, otros movían las manos, inquietos, otros repetían conjuros o palabras de ánimo.

En cuanto les dieron la orden subieron los peldaños y salieron al exterior.

El sol picaba con tanta fuerza que la visera de las gorras apenas les cubrían de los penetrantes rayos.

Los primeros en salir fueron los jugadores del Kurosaki.

La sorpresa fue instantánea.

No podían creer lo que sus ojos veían, nunca habían estado en un estadio tan grande y con tanta historia.

Fujinshan el campo de las estrellas.

Poco a poco las miles de butacas de los palcos se iban llenando de gente tan impaciente o más incluso que los propios jugadores.

Pero ni eso, ni las conversaciones que se produjeron después le importaban al número 12 de ese equipo.

Kuroga al que consideraban el "Demonio lanzador" tenía la vista clavada en los miembros de su equipo rival, el Izumaya, concretamente en el jugador con el dorsal número 7 Asay al que llamaban el "Águila bateador".

Ambos eran considerados los mejores de sus respectivos equipos, pero ninguno de ellos opinaba lo mismo.

No les gustaba que los tratarán como si fueran especiales.

Es más, lo odiaban.

Aun así lo llevaban bastante bien.

Entre ellos había digamos una sana "rivalidad".

Pero tanto los compañeros de uno como del otro opinaban, diferente, creían que entre ambos había algo más.

Mucho más.

Aunque ellos no parecían darse cuenta.

O no querían demostrarlo al menos.

- Hoy es el día Asay - pensaba Kuroga mientras seguía con la mirada puesta en el jugador. - Hoy es el dia en que demostraremos al mundo quienes somos realmente, que el hecho de haber llegado hasta aquí no ha sido por pura suerte.

Nuestro último partido (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora