UN ALFA PARA 6 OMEGAS

DOS

Narra Jin:

Quién me iba a decir que a mis 26 años iba a encontrar alguien que me acepte con éste aroma que solo me traía problemas y un sobrenombre muy particular "El panadero", al principio nadie pensó que ese fuera mi olor natural,  para algunos nauseabundo y para otros solo algo sin importancia.

Cuando comencé a trabajar en la empresa pesquera hace varios años,  fuí conociendo otros omegas con una condición muy parecida a la mía, el dueño era una gran persona jamás nos discriminó y no hacía respetar.

Alrededor de un mes después ocurrió aquel fatal accidente que acabó con las vida del CEO y su pareja dejando a su único heredero a cargo, un chico Alfa casi de mi edad, alto, moreno, cabello negro azulado, ojos café oscuro muy brillantes y una sonrisa bastante sexy.

Siempre pensé que nadie se fijaría en mi por la razón que sabemos sin embargo él se me acercó y fue como magia, mi aroma salió como loco sin poder evitarlo y su celo llegó, conmigo estaban los demás jefes de sesión y el secretario de presidencia, aquellos 5 chicos con aromas más peculiares que el mío, fue raro ver como a todos nos llegó el celo al mismo tiempo.

No entiendo como acabamos los siete encerrados en la sala de juntas teniendo sexo salvaje, no cabe duda que ese chico tenía mucha energía si pudo con 6 hombres a la vez, salimos de ahí a las pocas horas muy cansados por la faena, menos mal ninguno salió marcado en ese momento o si no los demás empleados iban a tener de qué hablar.

Pasaron 3 meses luego de eso, Namjoon y nosotros teníamos acuerdos que cumplir, cada uno tenía su día de encuentro con él hasta que nos citó a todos a una recepción privada donde nos pidió matrimonio al mismo tiempo, nos fuimos a casar a la India puesto que la poligamia no es permitida en Corea.

El primero en dar el si fui yo y así todos en orden, cada cual tuvo diferente fecha de boda pero quedamos de acuerdo en que lo haríamos de mayor a menor, es así que duramos dos semanas de vacaciones con la excusa de un seminario solo para jefes de sección donde por supuesto tenía que asistir su secretario, por consiguiente el secretario también vendría.

A pesar de ser el primero en casarme pasaron poco menos de cinco años para poder embarazarme, cuando pensé en rendirme a la posibilidad de hacer padre a mi esposo y a mi, mis gemelos AhYoung y BoHyung vinieron a alegrarme la vida con su presencia, dentro de poco cumplirán cuatro años y sus hermanos me ayudarán a hacerles una fiesta junto con la pequeña Hyun Ah, ella es un sol de amor igualita a Jimin, hermosa como él, menos mal todos los niños son muy apegados entre si y no hemos tenido ningún problema ya que todos nos ayudamos a mantener la casa limpia así como en nuestros trabajos, ni crea Nam que lo vamos a dejar solo allá.

Ya casi se acercan también nuestros aniversarios y desde que nos casamos todos acordamos hacer una sola fiesta el día que se cumple el de nuestro no tan pequeño dongsaeng Kookie, a los mayores nos corresponde planear la decoración ya que el flojo de YoonGi se lo pasa todo por la galleta como de costumbre, menos mal en el trabajo no es así, él se ha llevado la mayoría de los reconocimientos como empleado del mes en la fábrica, pone a sus pobres hijos a remplazarlo en las labores domésticas, ya para qué le alego si no me escucha, pobres ChanYong y DongHyun menos mal no salieron a él porque o si no me da un yeyo.

Antes se aprovechaba de Jimin quien es un angelito y solo le hacía caso sin chistar hasta que los niños cumplieron 7 y 8 años respectivamente y comenzó a endilgarles sus deberes y ellos como buenos hijos que son lo obedecen, todo lo que saben me lo deben a mi ya que al llegar tan cansado del trabajo ni siquiera tenía tiempo para eso.

Hasta hace poco me daban ganas de llevarlo al médico a ver si tiene alguna enfermedad ya que tanta dormidera no es buena para nadie, pero me enteré que nuestro esposito el insaciable se da las escapaditas con él a escondidas de nosotros dejándolo en ese estado tan lamentable, la parecer está incumpliendo nuestro acuerdo y va a tener que pagar la penalización de un año sin sexo que le hicimos prometer si eso pasaba pero a veces nos da cosita porque no solo él quedaría castigado y yo necesito mi dosis también.

No puedo negar que al principio todo ésto me pareció una locura pero ha valido ver la pena ver a mis compañeros felices y todas las alegrías que hemos tenido a lo largo de éstos casi 10 años de matrimonio, es una experiencia que no cambio ni por todo el oro del mundo.