Volví perras.

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Dos años después de que me fui de la ciudad para vivir con mi madre, he regresado a New York para vivir con mi padre.

Al parecer nada ha cambiado, todo esta como lo deje, hasta mi padre no parece haber cambiado mucho, aún que Tomas si que está más alto, después de todo ya tiene 15 años.

Por suerte los Colleman siguen siendo nuestros vecinos, significa que Poe, mi mejor amigo desde los 8 años, me hará compañía.

Poe es el único con el que me he mantenido en contacto todo este tiempo, (a excepción  de mi padre) lo cual me alegra ya que me ha mantenido al tanto de lo que pasa por aquí y de su vida, como Natalie su novia, de la cual no ha parado de hablar por todo el año, ya ansío conocerla por lo que me ha contado parece agradable espero poder llevarme bien con ella, hace mucho tiempo que no tengo amigas y me gustaría tener a alguien a demas de Poe con quien hablar.

Mientras desempaco lo que queda de la maleta escucho que recibo varios mensajes, lo que me indica que mi padre no sabe guardar un secreto ya que al leerlos todos son de Poe reclamandome que no le halla dicho que llegaba hoy.

-Te veo en 15 en la casa del árbol- le envió a Poe el mensaje antes de bajar las escaleras.

Tomo una manzana y le aviso a papá que voy a salir.

Al doblar la esquina para llegar al terreno donde se encuentra la casa del árbol quedó en shock cuando noto que sólo hay un tronco, un tronco donde estaba la casita más hermosa jamás construida, siento como bajan lentamente una que otra lágrima que intentó reprimir.

-Lo cortaron hace 6 meses, no pude decírtelo, no quería, quería que  al menos uno de los dos fuera feliz pensando que seguía aquí.

Mis recuerdos- fue lo primero que pensé- los momentos, risas, llantos, todo eso en esa casita que ya no estaba.

Pero, al voltear y ver a Poe parado en la acera sólo pude reír y correr a abrazarlo, puedo hacer más recuerdos con el ya estoy aquí y el está aquí ahora no puedo ser inmadura, debo de ser fuerte.

Poe me envolvió en el abrazo más acogedor que había recibido en años al separarnos el primero en romper el silencio fue el.

-Dios, cuanto te he extrañado abejita- me dice, y yo rio al recordar nuestros apodos.

-Y yo a ti abejorro- y nos devolvemos otra vez en un abrazo.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2019 ⏰

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