No fue hasta que empezaron a sangrar sus heridas, cuando se dio cuenta de que hasta las rosas más hermosas, podían ser letales.
Y su marido TaeHyung se parecía mucho a las rosas.
TaeHyung!TOP.
JungKook!BOTTOM.
2SHOT.
especial halloween + gracias p...
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Antes que nada quiero aclarar que esto es pura ficción. no quiero acusar a ninguno de los chicos de nada. Recordad que son personas maravillosas y que los amo con cada latido de mi corazón.
Disfrutad de la lectura, muchas gracias por todo... 💛
« 🥀 »
JungKook observaba cómo su marido TaeHyung cortaba la carne jugosa de la cena, el cuchillo brillando contra la luz opaca de la sala, acabando en un fino corte que lo manchó y tiñó de un color carmesí, llevándose el trozo de comida a la boca de forma serena, masticando con lentitud, disfrutando del jugoso sabor.
El azabache se fijó en cómo un poco del líquido rojo de la carne sobresalía por la comisura de sus labios y caía en una fina gota por su mandíbula, tiñéndola de un leve tono carmesí, hasta desembocar en su cuello, mientras observaba la forma en la que los músculos de su mandíbula se movían al compás de las masticadas de sus perlas, dejándolo completamente hipnotizado.
JungKoon tragó saliva, sintiendo el calor comenzando a manar de su cuerpo, repentinamente excitado al observar cómo troceaba y comía de aquella forma, manchándose los labios, sus comisuras húmedas con la comida, y aquella gota que el castaño no había retirado, mojando su cuello de tonos canela, mientras, sus ojos concentrándose en la tarea de cortar correctamente, fijándose bien en que los trozos quedaran perfectos.
Bajó su mirada, observando su mano vendada, recordando aquel día en el que el castaño había tirado sin querer una taza de cerámica en la mesa mientras preparaba la cena, provocando que varios trozos afilados desgarrasen su piel y cayeran profundamente hasta cortar más capas de piel.
TaeHyung le había curado, gentil y cálido, retirando la sangre, besando las llagas una a una, desinfectando los cortes y vendándole con caricias.
Y JungKook estaba más que encantado. Deseaba hacerse daño para que TaeHyung lo cuidara, lo tratara con aquel cuidado y ternura, los mimos envolviéndole en una capa donde el dolor desaparecía, llevándolo a su pequeña utopía.
—Cielo, ¿No tienes hambre?
JungKook volvió a la realidad, alzando su mirada de forma repentina, encontrándose con aquellos ojos que tantas cosas albergaban en su interior y que tanto le gustaba intentar descifrar.
Ambos se miraron fijamente, el azabache tornando sus ojos en dos minas lujuriosas, la carne intacta en su plato mientras el anillo de bodas brillaba en los dedos de ambos chicos. Una unión repentina, pero de la que ninguno de los dos se arrepentía.
El azabache tragó saliva, rasposa, comenzando a sentir un leve picor en su garganta.
