Capítulo Treinta y tres.

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Salgo del edificio con Sabrina y Jay a mis espaldas, ella no deja de reír por un comentario qué hizo Jay hacia ella misma, fue más una queja que a ella le resultó muy gracioso, tiene sus mejillas rojas mientras se tapa la boca con una de sus manos, al lado de ella está Jay, el cual la ve como si estuviese  loca. Acepto que lo qué dijo Jay fue gracioso, pero no para mearse de la risa como mi amiga aquí. Su risa me resulta de algún modo graciosa, no es como la de Youngjae, pero es graciosa.

Giro para verla, mientras suelto una pequeña risa al ver como golpea el hombro de Jay sin dejar de reír.

  - ¡Yah, deja de reír, loca!. - exclama Jay con una exagerada mueca de desagrado en el rostro, aunque a la final termina riendo del estado de su amiga.

  - Respira, linda. - busco su mirada, aún así ella oculta su rostro en el hombro de Jayden. Me coloco al lado de ella deteniendo nuestros pasos, algunos trabajadores de la empresa se nos quedan viendo, seguramente pensando que los extranjeros somos bastante raros. No me había puesto a pensar, pero nuestra oficina es de extranjeros, Jayden, Sabrina y yo. - Sabrina, mi amor bello, nos tenemos que ir. - coloco una mano en su espalda, ésta no deja de temblar o vibrar por su risa, nunca la había visto de tal manera.

  - Déjala, T/N, está así porque vamos a ir a cenar con el chico que le gusta. - elevo mis cejas con sorpresa por las palabras de Jay, una chica enamorada, que lindo.

¿Pero qué tiene que ver se vaya a ver con el chico que le gusta, con que se éste meando de la risa aquí, al frente de media empresa?. Debe estar muuuuy feliz.

  - ¿Quién es el afortunado?. - cuestiono buscando nuevamente su mirada, Sabrina le da un golpe a su amigo, pero no se queja, pues fue un golpe muy débil.

  - Un amigo. - el castaño se encoge de hombros, mira a Sabrina después a mi, me guiña un ojo como es de costumbre, creo que lo hace sin darse cuenta, ya que lo hace muy seguido, me saluda y guiña un ojo; me ve y también me guiña un ojo, pero no es para nada coqueto, es algo más amistoso. - ¡Sabrina, estúpida, si quieres ir con el amor de tu vida, y si T/N también quiere ir con el suyo, tenemos que irnos!.

Entorno la mirada buscando la mirada de Jay, ¿que acaba de decir?, se me escapa una media sonrisa incrédula, él sólo ríe ignorandome, pero dándose cuenta de mi reacción. Sabrina levanta la cabeza limpiando una lágrima que salía de la esquina de su ojo, mira Jay algo seria y le da un golpe más fuerte en el hombro, ahora si se queja.

  - Nosotras no somos las únicas. - Sabrina gira hacia mi, señalando a Jay detrás de su hombro, el cual le da una mirada recelosa mientras masajea su hombro. - El bota coranzonicitos por la rubia que trabaja en la oficina de al lado. - dice. Me quedo un momento pensando en la rubia que trabaja al lado de nuestra oficina, creo que no la he visto.

Recalculando...

Recalculando...

  - ¡Espera!, ¿la que parece Barbie?. - frunzo el ceño mirando a Jay, él asiente sin pena alguna, ojalá yo fuera así, yo hablo de Yoongi y me muero de vergüenza porque... no hay ninguna explicación para mi problema. - Wao.

  - Bueno, vamonos, tengo que ver al amor de mi vida. - exagera Sabrina haciendo una voz melosa, comienza a caminar hacia el auto de Jay. Miro al castaño, este sólo se escoge de hombros restandole importancia, se acerca a mi y pasa uno de sus brazos por mis hombros, mi cuerpo se tensa al instante.

  - ¿C-como es el chico de Sabrina?. - comenzamos a caminar, intento ignorar su repentina acción, aún así no dejo de pensar que lo únicos que me abrazan así son mis amigos, pero intento no darle mucha importancia.

  - Es menor que ella. - suelta un suspiro entre una sonrisa, llevando su vista hacia sus zapatos.

  - ¿Menor que ella?, ¿le gusta menores?.

Crush. >> Min Yoongi 《Yoongi y Tu.》 EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora