Ayla

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"Shhh... ya se ha ido"

Siempre ha oído esas voces, desde que era pequeña y ha aprendido con el paso del tiempo a ignorarlas. A veces hablan con ella, pero prefieren hablar más entre ellas, y hay veces en las que simplemente gritan, eso a Ayla le molesta, no la dejan dormir. Ya le había contado todo eso a Mario pero él siempre le revuelve el pelo y le dice que no se preocupe. Le gusta Mario. Es un chico de unos veinticinco años, de pelo castaño y ojos marrones, es bastante guapo pero no por eso le gusta a ella, le gusta porque es muy amable. Esa mañana había sido bastante ajetreada, Ayla se había despertado contenta porque Mario le había dicho que le iban a traer un amigo para que jugara con ella. ¡Un amigo! Ella no tenía amigos, no porque no quisiera la verdad, ella se consideraba una niña amable, tímida en cierta forma, pero muy alegre, y en esta ocasión el problema había sido el niño. Cuando Mario llegó con él y los presentó, el niño estaba llorando. Ella intentó hablar con él, ser amable, pero el niño no dejaba de llorar. De pronto, empezó a dar golpes a la pared, y a tirar todas las cosas de la habitación de Ayla, por lo que Mario tuvo que entrar y llevárselo de allí enfadado. Al cabo de un rato Mario volvió, se sentó en el suelo junto a ella y le acarició el pelo para calmarla. A ella le gustaba cuando él hacía eso. Le gustaba que Mario le peinara el pelo por las noches, y que le acariciara la cabeza antes de irse a dormir. Sólo Mario era amable con ella. Vivían con otra persona más, Roberto, quien era más mayor que Mario pero a Ayla no le gustaba. Gritaba a Mario cada dos por tres, siempre estaba enfadado, y en ocasiones pegaba a Ayla. Pero por suerte Roberto nunca entraba en su habitación, no después de que Mario hablara con él. Ella no sabía si había más personas viviendo en la casa, nunca había salido de su habitación, Mario decía que no podía porque tenía un cuerpo muy débil y si andaba mucho se podía poner enferma, pero ella pensaba que si el resto de la casa era tan bonita como su habitación, la casa tenía que ser perfecta. La habitación la había pintado el propio Mario meses después de que ella llegara, ella había elegido el color y le había ayudado a decorarla. Estaba llena de los innumerables peluches que mes a mes le regalaba Mario, y el armario estaba lleno de vestidos que parecían hechos para una muñeca. Le gustaba probárselos y mirarse en el espejo. Tenía el pelo liso y negro y era tan largo que casi le llegaba a las rodillas. Había preguntado si podía cortárselo pero Mario decía que a él le gustaba así. Cuando se ponía uno de esos vestidos, Mario solía peinarle el pelo y decorarlo con lazos, le decía que le gustaba mucho, que era como una muñeca y eso a ella le hacía feliz. Ella sabía que hoy era un día especial para ella, sabía que era su cumpleaños, por eso Mario había intentado que hiciera un amigo, pero eso a ella no le importaba. En este día ella cumplía catorce años y como era costumbre, Mario apareció con una tarta y un regalo.

- Feliz cumpleaños muñequita. Toma, espero que te guste.

Le había regalado un panda de peluche, panda que corrió a colocar en el estante que ya había reservado para él. Cuando volvió a sentarse en la cama frente a él, le cogió de la mano.

- Ha habido un pequeño cambio de planes muñequita, esta noche cerraré por fuera tu puerta con el candado, sé que no te gusta pero escúchame... Roberto está bastante enfadado y no quiero que entre aquí y te haga daño. Es simplemente una medida de seguridad, yo tendré la llave en todo momento y te abriré la puerta a la mañana.

La abrazó para calmarla, sabía que a Ayla no le gustaba cuando la encerraban y no lo habían hecho desde hacía bastantes años, pero si Mario decía que había que hacerlo, ella lo aceptaría.

Esa noche Roberto gritaba mucho, se le oía discutir con Mario y los susurros hablaban entre ellos.

"Shhh....calmaos, igual no viene aquí"

" ¿ Y si viene?"

" No hagais ruido, igual se olvida de nosotros"

Ayla intentaba dormir pero al oír los susurros sus oídos se esforzaron en comprender lo que decían. Oyó un portazo, y le pareció oír de fondo, la voz de Roberto.

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⏰ Last updated: Dec 20, 2022 ⏰

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