30 Días De La Otp (+18) KaraIchi (Terminada)

Sadomasoquismo

Sus manos azotaban contra la blanca piel de Ichimatsu, quien se agarraba de la cama como podía. El estruendoso sonido de piel con piel resonaba en cada rincón de aquella habitación de hotel, además de algunos cuantos gemidos de dolor y placer que el menor no podía aguantarse.

En cierto momento las nalgadas llegaron a ser tantas, que Ichimatsu ya no podía contener incluso aquellos gemidos y jadeos que normalmente su habría podido, lo cual emocionó a Karamatsu.
El mayor de ambos se quitó el cinturón del pantalón, y ese simple sonido emocionó aún más al que estaba en cuatro.

El pequeño chico de ojos violetas meció sus caderas, invitando al otro a estrellar el cuero contra él. Las sensaciones en el corazón de ambos chicos eran inexplicables, casi indebidas, y no saben cómo llamarlas en ese punto de la noche.
Excitación y deseo era lo más parecido; quizás iba más allá.

Propina varios golpes más en Ichimatsu, y si fuera otra situación el menor ya lo habría matado, pero ese día no era así, ese día se necesitaban mutuamente, al extremo de perder la cordura como Karamatsu estaba haciendo; daba rienda suelta a sus deseos moviendo su brazo para agarrar impulso y terminar estrellando el cinto contra sus glúteos.

Si eran sinceros, era la tercera vez que probaban con el particular fetiche de Ichimatsu, y aunque no podían ser más inexpertos, todo lo que hacían lograba su cometido de excitar al otro; porque, vaya, en el pantalón de Karamatsu había una erección tan dura, que comenzaba a doler, y entre las piernas de Ichimatsu estaba su miembro, casi tan duro como una roca.

Karamatsu continúa con el proceso de estrellar el cinturón contra el, ahora rojo e hinchado, culo de Ichimatsu.
Comenzaba a pensar que quizás había sido suficiente al escuchar los lloriqueos del menor, y sus gemidos tan lastimeros, y planeaba dejar todo hasta ahí, cuando Ichimatsu le suplica, le llora porque entre.

-Fóllame -era el único diálogo que el menor conocía en ese instante.

Karamatsu terminó por hacer caso, y sin previa preparación en absoluto comienza a acercar su pene al trasero del menor; claro, no sin antes sacarlo de su ropa.

Le ardió a Ichimatsu sentir como la piel se estiraba, hasta podría pensar que algo se desgarró ahí, pero ya estaba todo dentro. Al fin.

Una vez dentro Karamatsu parece recordar algo, y así lo hace. Agarra el trapo que habían preparado anteriormente para amarrar las manos de Ichimatsu, y planeaba amarrarlo suave, pero Ichimatsu casi le escupe que debía ser más duro, por lo que aprieta y jala la tela hasta que escucha al menor decir que así estaba bien.

Ahora el menor no podía moverse, estaba a merced de Karamatsu quien lo mira con una sonrisa y empieza a mover su cuerpo.

Empieza con un ritmo bastante calmado y lento, pero luego escucha otro reclamo de parte del menor y termina por acelerar el movimiento.

Estrellaba sus caderas contra las del menor, rozando su punto tantas veces y de una manera tan brusca que eso era muy excitante. Ichimatsu estaba con la cara pegada a la cama, viendo a un lado mientras forcejeaba involuntariamente contra su agarre y gemía.

Karamatsu agarró los bracitos de Ichimatsu, justo de dónde estaban amarrados, para arquear su espalda mientras seguía embistiéndolo, llegando su miembro más profundo y enloqueciendo al otro, quien sentía que se caería en esa posición tan poco común.

Unos minutos después Karamatsu dejó a Ichimatsu en la cama de nuevo para acelerar su movimiento, pero a cambio volvió a agarrar el cinto de cuero para intentar retomar los golpes, ya que las nalgadas que propinaba comenzaron a ser escasas.

Terminó por amarrar el cinto en el cuello del menor e intentar usarlo como correa; no fue del desagrado del menor por lo que no se detuvo, y con unos jalones a su cuello Ichimatsu terminó corriendose con mucha fuerza, manchando las sábanas blancas de la cama.

Karamatsu tardó un poco más, pero por lo menos dejó que el menor respirara soltando el cinturón que estaba en su cuello.

Con unos cuantos movimientos más logró correrse, llenando al otro bastante y acostandose a su lado para regular su respiración.

-Te amo -le dijo y desamarró también las manos de Ichimatsu para después dormir abrazados.