Hebe
—Cinco minutos —susurró Maca a mi lado, tan bajo que nuestra profesora de Lenguaje no podía escucharla.
No es como si importase. Estaba tan ensimismada en contarnos como estábamos finalizando una etapa, pero a la puerta de otra más grande. Las oportunidades vendrían y teníamos que ser maduro para tomar las mejores decisiones. Había estado teniendo esa plática por los últimos cuarenta minutos y, aunque los primeros veinte minutos si presté atención a lo que decía, luego mi interés cambió a la pantalla de mi celular.
Al parecer, Ale también estaba teniendo la misma plática de parte del profesor de matemáticas y se había estado quejando el último bloque de cuan aburrido era escuchar las cosas que todos sabíamos.
Sin embargo, todo perdía importancia sabiendo lo que sucedería cuando el último timbre se hiciese escuchar por el colegio.
Los chicos me habían dejado bien claro al inicio de esa semana lo que sucedería el último día de clases. Como una tradición, las guerras de bombas y pistolas de agua siempre se llevaban a cabo entre los estudiantes de último año. Uno contra otros, hasta que las municiones terminaban o alguien pedía por clemencia.
Aunque la idea de ser atacada sin piedad no era algo demasiado agradable, si me gustaba el hecho de compartir eso con los chicos. Maca tenía su balde con municiones listas, cuando la clase terminara y, con un simple vistazo a mi alrededor, vi como todos estaban igual que ella. Algunos hasta tenían grandes pistolas apoyadas en las mesas, con miradas decididas.
Mi celular vibró en mis manos y bajé mi mirada hacia el mensaje de Esteban que me había llegado.
Prepárate para la guerra🔫
Sonreí, tecleando con rapidez, escuchando la cuenta regresiva que Maca tenía a mi lado.
Solo si estás listo para perder
Puede que sea misericordioso si lo pides amablemente
Yo no lo seré, así que prepara tus municiones
Muy bien, pollito😉
Posé mi mirada nuevamente en la profesora por el último minuto, hasta que el timbre sonó y todo cambió en la sala. De un segundo a otro la tranquilidad pasó caos, mientras todos se preparaban. Se sacaban ropa, para quedar con ropa deportiva y cómoda, verificaban sus municiones y que todo estuviese en orden.
La profesora voló de la sala, seguramente para no encontrarse en medio del agua cuando todo comenzase y Maca se sacó su chaqueta, quedando con una camiseta de tirantes. Ató su cabello cobrizo en una coleta y sacó unas antiparras de su mochila. Me tendió una y yo la miré con una ceja alzada.
—¿En serio?
—A menos que quieras tener tu vista tapada con toda el agua, sí.
Tenía un punto.
ESTÁS LEYENDO
Sentirse Completo (#2 Sentirse Viva)
Roman pour AdolescentsEl gran secreto de Esteban que Hebe siempre quiso saber, fue revelado y ella no sabe qué hacer. Luego de intentar con muchas fuerzas alejar todo lo que había intoxicado y reinado en su vida, ese pasado amenaza con destruir todo su esfuerzo. Pero, au...