Jikininki

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El jikiniki o conocido como fantasmas comedores de hombres, estos son fantasmas de personas que tuvieron un mal comportamiento en vida y están condenados a comer cadáveres de personas muertas, la historia comienza así.

Una vez un sacerdote japonés llamado Muso kukushi el cual estaba viajando en una provincia y región muy poco habitada, cayó la noche y Muso todavía no encontraba donde quedarse, lo que le hizo tener la idea de caminar toda la noche derrepente Muso vio una casa arriba de una colina lo que le llamó la atención, fue allá dispuesto a que le dieran hospedaje, toco la puerta y salió un viejo sacerdote, que le contesto con malos modales diciéndole que se fuera a la aldea del valle donde seguro lo atenderían. Muso llegó a la aldea y un joven le dejo quedarse en su casa, nada más entrar en la habitación principal había mucha gente reunida como lamentándose, el joven le dio una habitación donde quedarse. Cerca de la media noche el joven le había dicho que su padre había muerto y que todas esas personas que había visto en la habitación eran familiares y amigos que iban a partir a la aldea vecina para dejar al cadáver solo por que según una leyenda en la casa donde se quedaba el cuerpo sucedían cosas raras. Muso sin nada que hacer le prometió al joven quedarse velando el cuerpo toda la noche. Y así fue Muso se quedo velando el cuerpo cuando de pronto una figura humana con aspecto espantoso y de cadáver se apareció de repente

Y se comenzó a comer el cadáver, cuando esa cosa termino de comer se

Esfumó como si nada Muso se quedó perplejo. Al día siguiente se quedo en la puerta de la casa esperando a que los aldeanos fueran y cuando llegaron Muso les contó todo, los aldeanos no se sorprendieron porque según la leyenda era eso lo que pasaba, y por alguna extraña razón Muso les hablo sobre el anciano sacerdote, los aldeanos se quedaron impactados y le dijeron a Muso que nadie vivía en esa colina

Muso con la cabeza llena de dudas se dispuso a ir a la casa del anciano cuando se lo encontró y el anciano le dijo que ese fantasma que había visto comiéndose el cadaver de su padre era el. El anciano le explico todo y le suplico que se apiadara de el, Muso hizo un sacrificio budista que ase que se termine el castigo de las almas

Luego de terminar el ritual el anciano y la casa desaparecieron dejando una tumba llena de polvo y musgo.

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