Disco Ocho: Estrellas

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Niall y yo habíamos pasado toda la mañana trabajando en Olivia, que así la llamábamos de momento. Poco a poco los chicos se fueron despertando y se iban uniendo a nosotros. Cuando Liam bajó sin camiseta me sentí más que intimidada. Me di cuenta por primera vez en toda la mañana que yo iba en pijama. Bueno, un pijama hubiese sido más decente. Llevaba una camiseta grande de Whitney Houston que era de mi madre y yo se la había pedido para mi decimosexto cumpleaños.

Harry fue el último en bajar. No pude evitar mirar cómo bajaba con una bata de color rojo oscuro, además llevaba una especie de trenza mal hecha, por lo que parecía un boxeador. Me reí por lo bajo sólo al pensar en él en un ring. Fue a la despensa y no paraba de abrir y cerrar los armarios.

—¿Quién se ha comido mis galletas? —Dijo con una voz más ronca de lo normal. Justo al escuchar la palabra "galletas" me sonrojé. Niall empezó a reírse, a lo que yo puse mi dedo índice en mis labios haciéndole entender de que no dijera que había sido yo.

Opté por agarrar mi libreta y pegarla a mi cara. Puse cara de concentrada y recé porque Harry no se hubiese dado cuenta.

Mi estrategia no duró mucho. A los pocos segundos noté la presencia de alguien que me miraba. De pronto, alguien me quitó la libreta de mis manos. Miré hacia arriba y allí estaba Harry con un gesto que quería ser de enfado, pero no le estaba saliendo nada bien.

—Buenos días. —Le dije sin dejar de mirarlo. Era consciente de que estaba bastante colorada. En el fondo se seguía escuchando la risa de Niall.

—Harry ten piedad. —Le pidió el rubio.

Por un momento pensé que no sabía qué iba a hacer y que podía estar molesto de verdad. Quizás eran unas galletas especiales sin azúcares o algo por el estilo, aún no sabía cómo eran las galletas de los famosos.

—Buenos días Danielle. ¿Tú sabes algo de unas galletas con trozos de chocolate? —Me preguntó mientras me analizaba con su mirada. Tenía que responder, y rápido.

—¿Yo? No, no como chocolate. —Mentí y como siempre, lo hice horriblemente mal.

—¿Ah si? Qué curioso. —Dijo a la vez que se acercaba a mí. Yo estaba sentada en el sofá y él bajaba hasta que se colocó de rodillas enfrente mía. Estiró su mano y me acarició la mejilla.

Ahora sí que estaba más que colorada. No sabía a qué venía nada de esto. Tampoco sabía qué decir por lo que me quedé quieta. Su mano era tan grande que me ocupaba media cara. Deslizó su pulgar por mi barbilla y yo de forma espontánea, me aparté.

—Si no te gusta el chocolate, ¿por qué tienes la barbilla manchada de chocolate?- Me dijo a la vez que se llevaba mi libreta hacia la cocina.

—¡Harry dame eso! ¡Y tú, Niall, me podías haber avisado! —Le recriminé al rubio que observaba la escena muerto de risa.

Harry volvió y se sentó a mi lado en el sofá. Llevaba mi libreta y estaba pasando las páginas.

—¿Estáis con Olivia? —Preguntó hacia el grupo.

—Sí, hemos rehecho la melodía porque Dani no la recordaba bien. —Le respondió Liam. En ese momento Harry me fulminó con la mirada y levantó una ceja.

—¿Qué quieres que haga? Se me olvidó apuntar los acordes. —Dije medio enfadada.

—Sólo nos falta el puente hasta el estribillo final. ¿Tú tienes algo? —Preguntó Louis.

Harry comenzó a pasar páginas. Estaba buscando la parte de ayer. Pero esa era mi libreta y no quería que leyera las cosas que había allí apuntadas. Así que aproveché y en cuanto se levantó a por una guitarra se la quité.

Our Song | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora