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Mire a mi madre irse por la puerta que era de mi habitación, sonreí inevitablemente por pensar que tenía a los mejores padres de todo este mundo, a un que en ocasiones tuviéramos esas pequeñas discusiones sobre cosas mínimas, pero nada se comparaba con el amor que le tenía a mi adorado hoseok, pero este ni se inmutaba por el amor que tenía propagado por todo mi corazón, esa sonrisa que tenía en mi rostro desapareció por lagrimas, lágrima que en ningún segundo pude retener, y dije al vacío.

- por favor, amame-

Sabía que esas simples y simbólicas palabras quedarían en el olvido, o al menos en su Simple consciencia que lo traicionaba de vez en cuando, como en estos casos.

"Entre sueños, su sonrisa se volvió más luminosa, porque esa era la única manera de soñar con el, su único y gran amor"


                                           [...]

una sonrisa hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora