CAPITULO VIII

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- ¿Tú lo invitaste? – me acuso James mirándome molesto.

- ¿Qué? -

- Tu lo invitaste a la fiesta y por eso está aquí-, de verdad estaba confundida.

- ¿Por qué crees eso? - pregunte intentando no voltear para buscar a Nick.

- Lo he visto rondándote aunque niegues conocerlo, ¿y ahora es casualidad que este aquí? - cada vez le costaba contener su furia y no me importaba porque era una estupidez esta situación.

- Si, posiblemente vino porque alguien más lo invito ¿acaso los demás no pueden invitar a quien quiera o llegar por que les dé la gana? – pregunte molesta, desde que entre a la universidad parecía que me molestaba por todo, pero siempre ocurría algo como esto y no podía evitarlo.

- Bueno, pero...-

- ¡No me importa! – exclame pasando de él, tomo mi brazo para detenerme, pero me solté con brusquedad dejándolo sorprendido por mi arranque de furia.

-Sue...-

-Déjame en paz- lo interrumpí alejándome, subí las escaleras buscando un baño en esa enorme casa, cuando lo encontré luego de abrir varias puertas de habitaciones y encontrar algunas situaciones comprometedoras me alegre verlo vacío y limpio; lave mi cara varias veces, luego me senté sobre la tapa del inodoro para inhalar y exhalar, debía calmarme, quería disfrutar de la fiesta y eso haría, me alejaría de todo lo que me pusiera de mal humor (James) y todo estaría bien. Tomando valor me puse de pie y salí del cuarto de baño.

Ahí estaba James esperándome.

Intente ignorarlo, pero se puso frente a mí.

-Sue, lo siento, pero ¿qué esperabas qué pensará? – todo mi esfuerzo anterior de fue al garete.

-James, me importa muy poco lo que pienses, me vale, por mi imagina que invite a todos los de la fiesta-

-Se que exagere, pero...-

-Quiero que me dejes en paz, de verdad James ¿acaso no lo entiendes? De-ja-me-en-paz – quizá me escuche tan furiosa que no intento decir nada, incluso me dejo ir sin detenerme.

Baje las escaleras dirigiéndome a la parte trasera cuando vi a Ruth y Evan en el salón, en el camino agarre una cerveza y la tome como si fuera agua, agarre otra cuando la dejé vacía en alguna mesa, cuando sentí el aire golpear mi rostro lo agradecí, me sentí un poco más despejada.

Me acerque a un grupo de chicos que parecían divertirse, a los pocos minutos me habían integrado a ellos que, así como no paraban de hacer tonterías yo no dejaba de reírme. Estaban haciendo apuestas de quien podía hacer cosas raras mientras bebían cerveza, incluso participe por voluntad propia en beber cerveza de un vaso mientras saltaba con un solo pie, tal vez quedo mi ropa llena de alcohol, pero gané; luego iniciaron el siguiente concurso de girar alrededor suyo sin dejar de beber, al verlos reí tanto que me doble de la risa, me enderece con trabajo riendo aún.

- ¿Te diviertes muñeca? - era Nick, había tenido demasiado drama por un día que no tenía ganas de otra escena.

- ¡Pues claro! A que no lo intentas – lo reté en broma, me sonrío acercándose al centro del circulo aceptando el reto que era tomar el vaso solamente con la boca, si se caía el vaso o usabas las manos perdías.

-Esto va por ti muñeca- Grito Nick antes de inclinarse por el vaso y tomar de el cómo un experto, todos hicimos sonidos de sorpresa, cuando termino le aplaudimos, regreso triunfante.

- ¿Qué tal? – pregunto con aires de grandeza, me reí.

-Nada mal- respondí, lanzo una carcajada al tiempo que me rodeaba la cintura con su brazo, estaba pasándola tan bien que no le di importancia.

Cuando parecía que se les iban a acabar las ideas y que el alcohol no los haría razonar bien decidieron hacer ahora concurso de parejas, el primer juego se trataba de vendarle los ojos a uno mientras le daba de beber con la botella al que no estaba vendado el cual debía darle las ordenes de donde se encontraba su boca.

- ¿Vamos? – quiso saber Nick, lo miré pensativa - ¿O te da miedo? – me reto, levantando la barbilla lo tome de la mano y nos colocamos en el centro, me miro divertido dejándose guiar y aceptando el juego, lo malo fue que quien se vendo los ojos fue él que parecía hacer todo lo contrario de las ordenes que le daba, sabía que lo hacía a propósito porque no dejaba de reírse mientras yo gritaba ordenes, al final perdimos y mi vestido volvía a estar mojada.

-Lo hiciste a propósito- lo acuse mirándolo con los ojos entrecerrados.

- ¿Yo? Jamás te sabotearía- respondió con exageración, le di un golpe en el brazo, riéndose me pego a su cuerpo rodeándome con ambos brazos.

Lo juegos y las bromas siguieron, pero el juego de la pareja vendada se repitió a petición de muchos (incluyéndome) que querían invertir los papeles, y así como Nick saboteo mis ordenes hice los mismo, solo que golpee su boca con la botella, escuche como gruñía de dolor, me quite la venda y vi que se tocaba el labio.

-Perdón, no me fije- me disculpe abrazándolo.

-Me di cuenta, y ahora ya perdimos- se quejó, volví a abrazarlo sintiéndome culpable.

-Fue sin querer, perdóname- dije soltando una risita, Nick me miro irritado, sin pensarlo me puse de puntillas y le di un beso en los labios.

-Eso se llama chantaje – me abrazo también lanzándome una mirada acusatoria.

- ¿Y funciona? - pregunté contra sus labios, le di otro beso más lento acompañándolo con una mordida.

-Tal vez- respondió sonriendo, le di otro beso que termino rápido cuando nos dimos cuenta de que seguíamos en medio del circulo.

Nick y yo participamos en otros juegos, nos dábamos algunos besos cada que se podía hasta que Nick me tomo de la mano para alejarnos un poco del grupo para besarme sin distracciones, por mi parte me deje llevar, incluso fui yo quien tomo la iniciativa, sentí como poco a poco empezaba a sentir calor en el cuerpo, quería pegarme más a Nick y sabía que el sentía lo mismo, se separó para hundir su rostro en mi cuello para darme besos que me provocaron escalofríos, lo aleje para hacer lo mismo con él finalizando con una suave lamida que lo hizo gruñir, nos miramos a los ojos en silencio por unos segundos antes de volver a besarnos, cuando nos separamos habló.

-Vamos a otra parte- dijo con la voz ronca, espero a mi respuesta, quizá fuera la adrenalina, el alcohol y el deseo que sentía por que acepte, Nick sin soltar mi mano para llevarme hasta su moto, me hizo poner su casco y su chaqueta, a pesar de mi ropa me senté a su espalda abrazándolo; arranco dejando la fiesta atrás, incluso creí escuchar que gritaban mi nombre, pero solo me dedique a disfrutar el viaje.

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Estábamos en su casa (la que había intentado espiar días antes), Nick me rodeaba la cintura cuando entramos, entonces sentí que mi valor comenzaba a disminuir.

- ¿Estás seguro? podría haber alguien- susurre.

-No hay nadie muñeca- me aseguro, con alivio lo seguí hasta su habitación sintiendo nervios de lo que estaba a punto de suceder.

Nick no encendió la luz que no era necesaria pues las luces de la calle hacían que su habitación no estuviera completamente oscura, nos quedamos mirándonos, no se quien se movió primero pero estábamos abrazados y besándonos con tanta necesidad que terminamos cayendo sobre su cama, se separó para mirarme nuevamente, su ojos eran tan oscuros y llenos de deseo que sentí un hormigueo en mi vientre, le sonreí atrayendo su rostro al mío, sus manos se movieron bajo mi vestido que empezaba a subir, yo me deshice de su playera.

Unos minutos después estábamos piel contra piel, estaba completamente cegada por la pasión, lo rodeaba con mis piernas, Nick me tenía inmovilizada con su cuerpo que no paraba de moverse sobre mi mientras sus manos me tomaban ambas muñecas.

El éxtasis llego acompañado con el suyo.

FORBIDDEN KISSES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora