La primera clase del día es Matemáticas, y les juro que no hay peor manera de iniciar la mañana!
Sin embargo me dedico más a trazar líneas o círculos sin sentido en la hoja que a preocuparme sobre los jeroglíficos que anota la profesora en la pizarra.
9:45 AM y el primer timbre del día se escucha, anunciando que es la hora del desayuno.
Me tomo un tiempo para retocar mi labial, agarro mis audífonos y me dispongo a salir de la sala de clases, tenia 20 minutos y los dedicaría a leer y escuchar música, por lo que emprendo camino hacia los asientos que se encontraban en el patio principal, el sol da justo en el lugar que elijo para sentarme y no hay mejor placer en la vida que el sentir esa vitamina D en plena mañana, abrí mi libro donde quede la noche anterior y me hundí en el mundo de la lectura.
-- wow, en definitiva no entiendo como una mujer puede dejarse humillar de tal modo, solo para tener a alguien al lado-- ciertamente me parecía patético, si bien nunca me he enamorado, se que no sería tan tonta como para no darme cuenta de que alguien no me conviene.
O al menos eso creía.
Un ruido me saca de mi libro y me doy cuenta de que ya se acabo la libertad temporal que el recreo nos brinda, por lo que emprendo el recorrido hacía la sala de clases, por lo menos la siguiente asignatura es Arte, al igual que en matemáticas soy un asco, pero aquí al menos lo intento.
el resto del día continua monótono hasta que ya el reloj marca las 13:20 PM, por lo que es la hora de ir a almorzar, el timbre suena y todos se disponen a tomar sus pertenencias para salir, hago lo mismo y emprendo mi camino a una de las salas que se encontraban a mitad de pasillo, abro ambas puertas y me reencuentro con aquel micrófono y controles que tantas otras veces vi, la vuelta a clases significaba la vuelta a mi lado locutora, animando el almuerzo para mi y mis compañeros; partimos con alguno de los temas que tanto se escuchan entre adolescentes y a medida que va acabando la canción me preparo mentalmente para dar un cálido y animoso;
-- Muy buenas tardes compañeros y compañeras, siendo las 13:30 PM espero que todos estén teniendo un excelente almuerzo y disfrutando la buena música, no se olvide de enviar sus mensajes al WhatsApp y los estaremos leyendo durante la jornada, continuamos con Bitter Love de Pia Mia, a pedido de una romanticona por WhatsApp, ya volvemos.--
a veces me sorprendo ante mi capacidad de actuar tan bien.
la verdad no me sorprende, me he esforzado estos últimos años en fingir, así que da igual.
Entre música, una que otra charla, saludos enviados y risas incluidas, se termina la hora, por lo que me despido y procedo a guardar mis cosas en la mochila.
Una vez en la sala de clases, empezamos la tarde con literatura, mientras espero que aparezca el profesor me dedico a escuchar música, hasta que veo una mano frente a mi moviéndose intentando captar mi atención, Steph me pregunta si asistiré o no a la fiesta de bienvenida a clases, lo analizo un momento, y antes de que pueda responder -- ¡¡Vamos!!, di que si Sarah, yo se que no estas bien por lo de tu padre, y llevas tiempo sin salir, ¡Ni te vi en vacaciones!, prometo que será divertido, ¿SIIII?---
Mi cerebro lo analiza otro momento, tiene razón, llevo meses sin salir, aunque tampoco es que me preocupara mucho.
-- Esta bien, vamos--
Logro escuchar un chillido de emoción, a lo que solo le volteo los ojos y vuelvo a ponerme los audífonos, antes de darme cuenta, me había dormido.
Lo que sentí fue una eternidad, habían sido a penas 15 minutos, miro hacia la puerta saliendo de mi trance y veo a alguien apoyado en el marco de esta, no puedo ver su rostro por que se encuentra a contraluz, sin embargo no puedo evitar sentir como su mirada se clava directamente en mi, me revuelvo incomoda en el asiento y agacho la cabeza, vuelvo a levantar la mirada y ya no hay nadie.
¿Me lo abre imaginado?, me pellizco un par de veces para ver si realmente desperté, esa mierda dolió, pero sip, estoy despierta.
Me percato de que el profesor aun no llega y le pregunto a Steph si habían informado algo mientras dormía, me dice que no, y me recuerda que mi labor como presidenta de curso es ir a informar que nos encontramos solos en la sala, por lo que, acomodo mi uniforme, tomo mi celular y emprendo camino hacia el aula de profesores.
En el camino me reencuentro con unos cuantos rostros, lo que equivale a unos cuantos saludos.
Voy mirando Instagram hasta que choco contra algo o mejor dicho alguien.
Me maldigo internamente por ser tan despistada con el camino y levanto la mirada.
Oh.
Mierda.