Capítulo 4

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Se quedó temblando, sus ojos miraban hacia todos lados y su mandíbula temblaba.

¿Qué iba a hacer? Pues no sabía.

El ruido de su teléfono vibrando en la mesa lo trajo de vuelta a la realidad y corrió torpemente a atender.

-Hola- dijo jadeando.

-¿Qué pasa hermano?- susurró la voz de Daniel del otro lado de la línea- pensábamos ver películas de terror toda la tarde ¿Quieres venir?

-Eh... No, hay que terminar el trabajo de historia, estoy con Ursula Peters, seguro debo terminarlo solo.

-Bien, entonces nos vemos mañana. Adios.-Adios.

Thomas cortó y en el mismo momento sonó su puerta, era un manojo de miedo y nervios.

Al abrir se encontró con Ursula Peters parada frente a él.

-¿Q... Qué...haces...aquí?- tartamudeó.

-Vengo a terminar el trabajo de historia- su mirada celeste lo incomodaba.

-Pasa.

Ursula llevaba unos vaqueros negros que le quedaban tan sueltos que parecía que iban a caerse, un tapado hasta las rodillas, borsegos caña alta negros y el cabello un poco mojado. Su boca estaba más roja que nunca y su piel muy pálida.

Caminó lenta y pausadamente hacia el living y se sentó en el sillón, sin apoyar la espalda.

-¿Quieres algo de tomar?- preguntó Thomas con la voz quebrada.

-No, gracias.

-Voy a...hacerme una...

-Taza de té- completó ella, él la miró extrañado- ve tranquilo.

Thomas preparó su taza de té y al volver al living Ursula se encontraba sentada igual que antes y frente a ella, sobre la mesa ratona, las hojas del trabajo y una lapicera esperaban tranquilas.

Thomas se sentó a su lado y la observó, ella miraba a un punto inexistente, como siempre.

-Lo he terminado.

-¿Ya? Pero si solo...

-Mi coeficiente intelectual es mayor que el de cualquier ser humano, lo he terminado- "cualquier ser humano" a caso ¿No era humano?- adios.

Se levantó levemente y Thomas tiró de ella para que se sentara.

-¿Quién eres?- preguntó mirandola a los ojos, ella lo miró.

-Ursula Peters, tengo 17 años, vivo en la calle Meldenson, casa 555, Londres. Soy huérfana de padre y madre, mi tía cuida de mí. Me gusta el arte, la música, la escritura, el ballet y la pintura. Mi cumpleaños es el 31 de Diciembre y no me gustan los deportes. Soy superinteligente, solitaria y estoy en contra del sistema- sis ojos grandes no transmitían ninguna emoción.

-Ahora dime la verdad- un rizo cubrió el ojo derecho de Thomas, ella lo corrió.

-Es la verdad.

-¿Por qué me amenazas a muerte?- Ursula no pareció titubear.

-No te he amenazado, con la muerte no se juega.

-Vamos a ver.

Thomas se levantó y buscó las dos notas que había recibido a nombre de Ursula Peters.

Volvió a tomar asiento a su lado y se las entregó, ella desdobló ambos papeles y lo miró con sus ojos celestes.

-Ésto no tiene nada escrito- pronunció mientras se los entregaba.

Ursula PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora