Me besó. Otra vez lo hizo, el descarado. Pero... Debo admitir que me gustaban sus besos.
-¿Por qué haces eso?- pregunté cuando nos separamos.
-Es la mejor manera que encuentro para callarte.
-Eres un imbécil.
-También me agradas- ironizó robándome una risita. Me acerqué a él y para su sorpresa fui yo quien lo besó. Era un juego que ambos podíamos jugar.
-Ahora estamos a mano.
-Tsch, creída- sonrió de lado, pero luego de unos minutos su expresión cambió por completo-. ¿Conocías a ese infeliz?
-¿Hablas de...?- pregunté sin poder pronunciar el nombre de ese tipo.
-Cooler. ¿Lo conocías?- me preguntó serio. Me miraba con sus ojos profundos clavados sobre mí, y yo estaba más que nerviosa. Nadie podía conocer mi pasado.
-¿Por qué preguntas?- dije separándome algo incómoda.
-Vamos, te has puesto más que nerviosa y torpe y cuando lo nombran te sientes incómoda... Como ahora- dedujo seriamente y algo decepcionado.
-¿Ahora es un reproche?- pregunté entre enojada y apenada.
-No cambiemos de tema, necesito que me digas si ya lo conoces, es un tema serio Bulma- me pidió casi en tono de súplica. Aquello me tomó por sorpresa. Digamos que Vegeta no era el tipo de persona que pide las cosas de buena manera o te llama por tu nombre a menudo a menos que seas pariente. Pero lo que más me sorprendió fue que le importara tanto la relación que pudiera mantener con ese sujeto.
-¿Por qué es tan importante? ¿Qué pasó?- pregunté curiosa.
-No puedo decirte... Al menos por ahora. Pero necesito que me digas si tienes alguna relación con ese tipo.
-¿Tú que crees?- pregunté nerviosa. Si hay algo que podía descubrir de este Saiyajin es que no es tonto.
-Pues... No lo sé. Pero me preocupa, porque si la historia viene por el lado que yo creo... Mujer dime qué tiene que ver contigo- me pidió nuevamente muy alterado. Yo lo miré con los ojos vidriosos y bajé la cabeza, sintiendo una culpa increíble.
-No puedo decirte... Al menos por ahora- dije imitando sus palabras.
-¿Por qué?- insistió.
-Porque son cosas que no quiero recordar.
-¿Recordar? ¿A qué quieres llegar?
-No puedo decirte Vegeta, lo siento- dije con la voz quebradiza intentando huír de allí.
-¡Mujer!- escuché que me llamaba. Yo solo corría hacia la puerta mientras comenzaba a derramar lágrimas. Me sentía completamente inútil. Estaba por salir cuando sentí que me tomaba de la mano. Yo apenas volteé a verlo por sobre mi hombro-... Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?
-Vegeta... Yo no puedo confiar en nadie... Al menos por ahora...- susurré llorando. Él se acercó a mí y me besó con ternura.
-No dejaré que nada malo te pase.
-Lo sé...- dije soltándome de su agarre y me marché.
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Maldita sea, no era eso lo que quería.
Una vez que me fui de mi sala estaba dispuesto a vagar por los pasillos pero por la ventana pude observar a una incansable mujer corriendo como loca y haciendo abdominales a montones, que luego se quedó en el suelo. Si era como yo, estaba entrenando para descargar las emociones que cargaba. Estaba mal. Me decidí a buscarla pero me pareció más divertido sorprenderla, me gustaba su cara de sorpresa y sus enfados tontos. Me escabullí hasta la biblioteca, corté la térmica para que no pudiera encender la luz y me escondí entre las estanterías. Una vez que estuvimos lejos de la puerta la tomé por sorpresa y la besé.
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Un nunca es algo que jamás aceptaré.
Fiksi Penggemar¿Quién dijo que Bulma es una chica débil? Su vida la ha vuelto una mujer independiente, positiva y fuerte, no necesita a un príncipe azul que la salve. ¿Quién dijo que Vegeta es insensible? A pesar de todo lo que ha pasado, el jóven príncipe no está...