Invierno en Noruega
Casi medianoche, las farolas aportan una luz amarillenta, no hay nadie en la calle.
Una serie de huellas están marcadas en el suelo, y a estas le siguen un individuo.
Un hombre, alto sobre los 6 pies de altura, va con una gabardina de cuero oscura y una gorra marrón.
Cualquiera que lo viese por la calle no le podría reconocer fácilmente.
Se dirigé a un cuchitril hecho bar llamado, El Cerdo Salvaje. Desde fuera se podía ver una señal de neon con un cerdo bastante risueño, pero el moho y que parpadease tanto la luz le acabó dando un toque bastante lúgubre.
El hombre entró en el bar dando un portazo, que hizo que el borracho que estaba tumbado diera un sobresalto tirando así su copa.
-Ehh desgraciadoo... -exclamó el borracho - ...me debes una copa por el susto que me has dado...
El hombre no le hizo caso, sólo ojeó el bar. Tenía una barra bastante larga un par de mesas. Las sillas que no estaban cojas, tenían el respaldo destrozado.
Sólo había dos puntos de luz, una bombilla en el techo colgada de un cable, y unas tres pequeñas luces detrás de la barra, para que el barman pueda ver la cara de quien se siente.
-¿Quién es usted señor? -pregunto con un aire algo preocupado mientras limpiaba el licor que había derramado el borracho
El barman era un hombre mayor, de cerca de sesenta años, era bajo, Delgado y bastante paliducho.
El misterioso hombre se acercó dando grandes zancadas hacia la barra del bar, miro con disgusto al primer taburete que parecía que se caería al suelo nada más soplarle. Le dio una patada y cayó al suelo.
-Vaya cuchitril te has montado Cerdo- dijo mientras se sentaba en un taburete que parecía más estable.
Se quitó la gorra y miro al viejo hombre a los ojos.
Era un tosco hombre , con una gran barba negra muy descuidada que le crecía hasta casi los ojos , el pelo rapado al 3 o al 4.
-Oh... eres tú, Erland- dijo Cerdo con un tono nervioso- ¿que quieres de mi?Ya dijiste que estábamos en paz después de que te ayudará con el asunto de Alberich.
-Vaya mierda de sitio te has montado con el dinero que conseguiste.-dijo Erland- Recaiste en las apuestas No? Puto enganchado...
Por un momento se notó que titubeo al hablar, se notaba que quería decir algo fuerte a la cara de Erland
-¿Q-que quieres Erland? Cada vez que llegas siempre hay problemas.
-¿Quien es este chalado Cerdo?-dijo el borracho que se había acercado desde la otra punta de la.barra- Como no me pague la copa... te juro que voy a manchar tu bar de sesos...- dijo a la.vez que sacaba un revólver de su bolsillo.
Erland le echó un ojo al borracho, parecía que llevaba en el bar varios días de lo que demacrado que se encontraba,llevaba una camisa que solía ser blanca que entre las manchas de cerveza, licor y vómito acabó siendo ocre.
El borracho zarandeaba la pistola de un lado a otro a la vez que él mismo bailaba claquet para intentar mantenerse en pie.
Erland le echó una mirada cabreada, odiaba a las personas que se dejaban llevar por el alcohol.
-Dame eso- dijo a la vez que cogió el revólver, no le costó mucho ya que el borracho estaba demasiado ocupado intentando mantenerse en pie.
De un giro de muñeca abrió el tambor, dejo caer las balas y lanzó el revólver a la otra punta del bar.