Estaba en la sala, dejando que tomen mis medidas. Ethan ya se había ido y yo aún no comía nada, de hecho mi madre controla lo que ingiero.Roció trajo bocaditos, iba a comerlos pero mi mamá hablo.
—No puedes comer tanto, eres descuidada con la comida así que desde esta semana harás más ejercicio, debes verte hermosa cariño —dijo mamá.
Me moleste por su comentario y agarre los bocadillos.
—¡Ay! Ni que estuviera con sobrepeso, además tengo hambre —sin importar lo que dijo me los lleve a la boca.—Ya terminé con usted señorita Laura, ahora lo que necesito saber es sobre el vestido que desean —interrumpió Víctor.
—Las reglas sobre el vestuario ya te las indico, no te preocupes, sobre el vestido hablaremos después. ¿Dónde esta tu acompañante Laura? —pregunto mamá.
Lo mismo quisiera saber.
—Ya casi llega. ¿Quieres las indicaciones mamá? —pregunté seca.
Mamá se rio y habló. —Ay cariño, cuando tú recién vas yo ya fui y vine dos veces.
A veces eran tan odiosa, pero me contenía de no mandarla a la mierda.
Hasta que anunciaron que un carro estaba afuera estacionado.
¡Por fin! Llego mi salvación.Por el teléfono de la casa dije a Richard que lo dejara pasar.
Benjamín estacionó su carro en el garaje que estaba atrás de la casa y bajo del auto.
Fui hacía él un poco apurada hasta terminar frente a él.
Llevaba un jean oscuro, una camiseta blanca de tela delgada, que se apretaba en los lugares correctos y dejaba ver sus músculos bien trabajados, y unas zapatillas azul oscuro.La maldita camiseta era tan delgada que tal vez yo mismo podía romperla en ese instante.
Y oh sorpresa, tenía un piercing en la oreja derecha.
—¿Para qué me necesitas? —Preguntó Benjamín serio. Con su cara de culo.
—Solo no digas nada y cumple lo que te dice mi mamá, en serio no digas nada —enfaticé "nada"— y trata de ser un poco amable —ordené dirigiéndonos hacia la casa por la puerta trasera que daba a la cocina.
—¿Con quién o qué? ¿Por qué debería ser amable? —inquirió sin dejar de ser odioso.
—Un diseñador está aquí, y ahórrate tus comentarios—conté grosera—. Yo no tuve nada que ver así que te pido que no hagas malas caras ni nada, máximo te demoras veinte minutos, y si haces una mala cara o un comentario estúpido te arranco los huevos, si es que tienes —reí por unos segundos.
Soltó una carcajada.
—¿Acaso perdiste la memoria? ¿O no quieres acordarte de lo que sentiste aquel día en la discoteca? Porque yo no tengo ningún problema en hacértelo sentir de nuevo —guiñó.—¿Hacérmelo sentir el qué? —hice una cara de confusión y asco—. Creo que tú ego te nubla la vista o te hace delirar, porque hasta mi pene imaginario es más grande que el tuyo —intenté bajarle el ego.
Boom bitch.
Aunque era mentira.Abrió la boca para decir algo pero no lo deje.
—Así que de la mejor manera te pido que cierres tu boca, y seas un poco amable por una vez en tu vida —ordené nuevamente entrando a la casa.
Nos dirigimos a la sala y todos voltearon a ver cuando Benjamín habló. —Buenas tardes —su voz sonó un poco ronca pero sexy—. Soy Benjamín Castelblanco, un gusto —exclamó con una sonrisa estrechando su mano donde mi mamá que estaba sentada en un sofá y dándole un beso en los nudillos, para después saludar a los que estaban en la sala.
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Mi No Tan Terrible Vida
Teen FictionDiría mi terrible vida, pero no es de esa forma. Todo va bien hasta que alguien llega a poner mi vida de cabeza, y se imaginarán que es una historia cliché de amor, pero yo no, yo diría que es una historia de un de amor un poco masoquista. Te odio y...