Naruko Uzumaki

Capítulo 1: Visita Inesperada

Era una fresca madrugada de flores de cerezo, los vientos indicaban buenos pronósticos y las actividades estaban bien movidas como es de costumbre en la aldea escondida entre las Hojas. 

Mientras la tranquilidad reinaba en la misma, la euforia dominaría una vez más el campo de batalla, en las primeras horas de la mañana; era la época de los gloriosos exámenes chuunin y por lo tanto los ninjas que se graduaron no hace mucho de genin, el rango inferior de la categoría ninja, demostraban sus habilidades uno contra otros hasta llegar a un campeón por batalla.

Los guardias que vigilaban incansablemente las entradas de Konoha, divisaron a lo lejos a un individuo caminando lentamente hacia la aldea, no notaron nada raro, hasta que aquella persona comenzó a apoyarse por las murallas del concreto con dificultad y a tambalearse cayendo inconsciente sobre aquel puente que conectaba la tierra del lado opuesto, sobre un río y posteriormente a las entradas de la Aldea Oculta entre las Hojas. 

Rápidamente, auxiliando a la recién llegada, los guardias la trasladaron dentro de la torre principal, llamando posteriormente a ninjas médicos para el análisis del cuerpo del paciente, ya que estaba lleno de heridas y lucía la tez bastante pálida. En ese ínterin, llega un curioso Tercer Hokage divisando la situación. 

- ¿Qué es lo que está sucediendo aquí? – Preguntó con el ceño fruncido y serio
- ¡Hokage-sama! –saludaron sus ninjas- ésta persona fue vista por los guardias en un mal estado y la trajeron hasta nosotros. 

Podían observar que se trataba de una persona femenina, de edad aparentemente de unos 12 o 13 años cuya vestimenta lucía gastada y un poco sucia. El Hokage se limitó a observar cómo evaluaban a la pelirubia hasta que en el medio de un silencio pudo escucharse: 

- Naru...to... - entre murmurios casi inaudibles viniendo de los labios de la pequeña y luego cayendo en un profundo sueño. 

Todos quedaron sorprendidos, y pudo observarse que el Tercer Hokage quedó más serio de lo usual al escuchar aquel nombre proviniendo de una desconocida. Con gentileza, el adulto mayor pide a sus seguidores que se retiren de la sala con la orden de no comentar lo ocurrido hasta nueva reunión.

Él mismo comenzó a analizar a la joven, y a medida que lo hacía, sintió un chakra bastante familiar concentrándose en una zona específica del cuerpo. Con gentileza, levanta levemente el costado y pudo divisar un sello. "No será posible que..." pensaba el anciano tratando de ocultar su aún presente sorpresa.

Pidió, posteriormente, a los médicos que colocasen a la joven en una habitación para dejarla descansar y la mediquen adecuadamente, y tal cual lo hicieron. Como el Hokage tenía que atender los torneos del examen chuunin, pidió a uno de sus ninjas trasladar posteriormente a la rubia al hospital y que quedara bajo observación por si algún inconveniente sucediera, y antes de retirarse, hizo una pequeña nota entre sus documentos.

Pasados los minutos, la niña despierta con dificultad. Se ven unos pequeños ojos luciendo sus colores azul-verdoso observando cada parte de la sala e intentando analizar en dónde se encontraba intentando moverse con bastante dificultad y preparándose para tomar asiento en el lecho. Entrecerraba los ojos cada tanto, pues le dolían los párpados al verse cegada por la luz fluorescente del techo, hizo un gemido casi inaudible de molestia y sacó los pies desde debajo de las sábanas que la cubrían. 

- Si te pones de pie, volverás a caer al suelo. – Se escuchó a una distancia media una voz gruesa
Al principio, la pequeña no indicó reacción, hasta que vio la sombra de un masculino sentado en un banquito a unos metros de ella, y levantó un susto y se limitó a correr, pero al intentar hacerlo, tan sólo un pie puesto en la madera hizo que sintiera un calambre espantoso y comience a sentir su caída al suelo, pero en un abrir y cerrar de ojos ya se podía sentir el manso agarre en posición fetal de aquella persona que la acompañaba.