Compras misteriosas

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Stiles estaba aburrido, por lo tanto decidió levantarse de su cama y ponerse en dirección hacia el centro comercial, le gustaba curiosear dentro de las tiendas aunque raras veces encontraba algo nuevo, se moría de ganas por visitar una tienda muy curiosa que pasaba por su primera semana de inauguración, había escuchado hablar de este lugar a su compañero de laboratorio Liam, realmente no le interesaba la vida sexual de Liam y viceversa, pero Stiles no podía perderse la oportunidad de conocer un lugar diferente, sobre todo con mercancía muy peculiar en su interior. Encendió el Jeep y el vehículo comenzó a moverse con los cambios de velocidad y el pedal, encendió el estéreo del vehículo y su CD favorito comenzó a reproducirse, el castaño se sentía en un ambiente tropical aunque estuvieran a unos jodidos dieciséis grados.

Observaba el camino y tarareaba la canción sin distraerse, estaba emocionado, es decir, no visitas todos los días un tipo de tienda de ese tipo, mucho menos compras lo que hay en su interior, no era una dulcería, pero el castaño no tenía vergüenza de hablar de ese tema, al contrario, la mitad del tiempo se la pasaba hablando de aquello y la otra mitad rogaba porque alguien sacará a colación el tema, si, parecía una bomba hormonal a punto de estallar. Movía su cabeza al ritmo de la canción, estaba feliz, realmente había sido un buen día, obtuvo un sobresaliente en química (materia que daba por perdida), obtuvo el puesto de co-capitan del equipo de Lacrosse, el chico que le gustaba acepto ir por un café el sábado, si, al castaño todo le estaba saliendo bien.

Disminuyó el volumen de la pista a medida que se acercaba al centro de Beacon Hills, no le gustaba compartir sus momentos de alegría con los demás extraños, estacionó el vehículo en una zona accesible, no había mucha distancia de por medio, revisó la hora en su reloj y este marcaba las cinco de la tarde, a su padre no le importaría saber la ubicación de Stiles, después de todos tenía en su mente la idea de que el castaño estaba en casa muriendo del aburrimiento, el chico acomodó su cabello y posteriormente se colocó unos lentes de sol, adoraba tener buen gusto para la ropa, su estilo de "demasiado bueno para esta época", los suspiros que causaba entre los chicos, si, era el paquete completo, o eso creía.

Sintió un cambio agradable de temperatura al ingresar al Interior del centro comercial, la temperatura era lo suficientemente fría para no hacer temblar como pollos a los visitantes, esperaba encontrarse con su mejor amiga Lydia, la chica técnicamente vivía en la tienda, era como su segundo hogar, la mitad del tiempo se la pasaba aumentando su coeficiente intelectual y la otra mitad, bueno, comprando zapatos y ropa, si algo aprendió de Lydia es que una sonrisa de modelo puede arreglarlo todo, además de un buen gusto para la ropa.

Aquella tienda estaba ubicada en el segundo piso del centro comercial, apenas visible entre algunas tiendas, observó el área de la planta baja y no encontró señales de su amiga, alzó los hombros y siguió con su camino hacia aquella tienda que le tenía en suspenso, ¿Qué clase de objetos curiosos encontraría ahí?, ¿Realmente existía ese dildo de diecinueve pulgadas del que escucho hablar a Liam?, era una tontería, nadie en su sano juicio compraría algo como eso y mucho menos planearía usarlo.

Le gustaba observar a las personas de la planta baja, parecían juguetes, es decir, las personas pueden ser juguetes pero ahí es decisión propia, no tardo en llegar a la tienda, su letrero estaba mal diseñado y su nombre era aún peor, esa tienda necesitaba un branding con desesperación, el castaño decidió ignorar la mala construcción de marca de dicha tienda, tomo su teléfono celular y se tomó algunas fotos frente a la fachada de la tienda, el castaño adoraba publicar sobre sus días en cada red social que le pareciera interesante, sobre todo con cosas que podrían captar la atención con demasiada facilidad.

—Tarde de compras, en Phantaxxxy — dijo el castaño mientras tecleaba en su smartphone — siguiendo la leyenda del dildo de diecinueve pulgadas.

Guardo en el bolsillo trasero de sus jeans el Smartphone y procedió a ingresar al establecimiento, tenía música pop, los colores estaban bien, al menos dentro de lo que podía esperar, rojos intensos, fucsia, colores neón y un grave y exagerado tributo a los maniquíes con tamaños irreales en la zona íntima, si, vaya local al que había entrado Stiles, realmente no había la gran cosa dentro del estacionamiento, ropa interior con enormes aberturas por todos lados, un arnés que variaba en colores y tamaños, botas de cuero y muchas cosas del mismo material, paseó por la zona de "placer", literalmente esa pared era placentera, dildos de todas las formas, colores y posiblemente sabores, Stiles realmente no tenía la intención de comprar nada, no era su estilo, sin embargo le parecía interesante estar ahí, estaba fascinado con la pared llena de dildos que no se percató de la presencia de alguien más a su lado, el castaño movió los ojos hacia la dirección del desconocido, era alto y musculoso, su barba podía distinguirse con facilidad sin embargo sus ojos estaban cubiertos por lentes de sol además de tener el gorro de la sudadera cubriendo su cabeza.

La Tragedia De Derek Y Stiles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora