Pov. Min YoonGi
―No ―se miró la pierna―. Bueno necesito muchas cosas. ¿No te sobrará por casualidad un ligamento cruzado anterior?
Fue un alivio descubrir que aún le quedaban ganas de hacer bromas. Aquello no era chistoso, la verdad, pero era un descanso saber que no estaba tan hundido como para haber perdido el sentido del humor.
Nos quedamos unos minutos en silencio. Yo no sabía qué decirle y, sinceramente, llevaba meses esperando que se disculpara. Estuve a punto de soltarle allí mismo que bastaría con que me pidiera perdón de corazón, pero sabía que no era el momento.
Se estaba haciendo tarde y, más por romper el silencio que por otra cosa, me levanté.
―Supongo que querrás...
Me agarró del brazo.
―Perdóname, YoonGi.
Yo tenía pensado recitarle mi lista de agravios para luego acordarle de cuántas formas distintas lo había apoyado. Exponerle lo mucho que me habían dolido sus palabras y sus actos. Lo mal que la había pasado. Sin embargo, no hizo falta.
Él ya lo sabía.
Así que dije lo que ambos necesitábamos
―No pasa nada.
Me incliné hacia él y lo besé en la frente.
―Sí que pasa ―repuso él―. Lo que te hice...
Lo interrumpí.
―Lo sé y ya te disculpaste. Y yo también lo siento. Lo que necesitamos es volver al punto donde estábamos antes.
―Eso es lo que quiero ―me sonrió. Con aquella sonrisa suya cuadrada que yo llevaba meses sin ver―. Ya sabes que no te merezco.
―Desde luego que lo sé.
Le hice un guiño, me di media vuelta y bajé. Tenía la sensación de que todo estaría bien entre nosotros.
Ambos habíamos cometido errores y nos habíamos negado a dar nuestro brazo a torcer, pero debíamos seguir adelante, bien cerca el uno del otro.
―¡Eh! ―la cara de mi papá se iluminó cuando me vio―. Estás sonriendo. Eso significa que todo va bien allí arriba.
Sabía que, dadas las circunstancias, debería haber sido más discreto, pero no pude evitarlo.
Taehyung volvía a formar parte de mi vida.
Dos semanas antes de Navidad, yo estaba más ocupado que nunca.
Tenía que cuidar de Tae en la escuela. Me dieron las llaves de su coche para que pudiera ayudar a su mamá a llevarlo al colegio y traerlo de vuelta. También cargaba con sus libros, lo cual le daba aún más coraje que las muletas que iba a necesitar hasta que lo operaran dos sías después de Año Nuevo.
NamJoon, Tim y los demás nos echaron una mano durante los primeros días, pero o bien superaron el sentimiento de culpa, o bien la idea de ayudar a su amigo perdió encanto, porque de repente desaparecieron del mapa. Eso sí, animaban a Taehyung cuando aparecía renqueando por el pasillo, pero su apoyo se límitaba a eso.
Por desgracia, Tae no era un paciente lo que se dice agradecido. Le daba coraje pedir ayuda a los chicos y no quería que las chicas lo compadecieran. Le molesta, sobre todo, que su mamá lo llevara a escuela; decía que se sentía como un alumno de primero.
En fin, que sólo quedaba yo. Estoy seguro de que no le gustaba nada tener que depender de mí, pero yo me armaba de paciencia. La sangre no llegaba al río.
―Yo lo hago ―me dijo un día antes de comer, cuando me disponía a abrirle el casillero.
―Adelante.
Retrocedí y me limité a observar cómo él hacía equilibrios sobre una pierna y sujetaba a duras penas las muletas para poder abrir el casillero. Cuando lo consiguió, tuvo que saltar hacia atrás para hacerle sitio a la puerta. Se le cayó una muleta cuando intentaba agarrar la bolsa del almuerzo.
Por suerte, yo ya me lo temía y la atrapé antes de que tocase el piso.
―Mira, si quieres te preparo la comida y te la traigo. A mí no me cuesta nada ―me ofrecí.
―Yo puedo hacerlo ―rezongó.
Le tomé el pelo:
―Ay, pobrecito, mira que ofrecerme a prepararte el almuerzo. Con lo poco que te gusta mi cocina...
Hoseok se acercó en aquel momento.
―¿Cómo? ¿Te estás ofreciendo a cocinar? ¿Y qué hay que hacer para conseguir una ensalada de pollo?
―Lesiónate ―le espetó Tae.
Miré a Hoseok negando con la cabeza .
―Tiene un mal día.
―No hables de mí como si no estuviera aquí ―gruñó Taehyung.
―Ándale ―agarré su bolsa del almuerzo y los tres nos encaminamos a la cafetería―. Si estás de tan mal humor, a lo mejor prefieres sentarte solo.
―Lo siento ―repuso con voz queda―. No quería portarme como un...
Yo fui tan amable de terminar la frase por él.
―Grosero. Desagradecido. Amargado. Un grano en el culo.
―Sí ―una sonrisa empezó a iluminar su cara―. Todo eso y más.
Le dejé el almuerzo en la mesa, agarré las muletas y las apoyé contra la pared.
―Al menos lo reconoces. Y también espero que seas consciente de lo increíble que soy yo.
―Desde luego ―sonrió mientras sacaba su lonchera―. ¿Cómo pude olvidarlo?
―Pues no lo sé, la verdad ―apoyé la barbilla en la mano―. ¿Cómo pudiste?
Hoseok gimió.
―No puedo creer lo deprisa que se reconciliaron. Es caso enfermizo, de verdad.
―Es que Tae necesitaba que le recuerde constantemente lo mucho que depende de mí.
Sabía que a Taehyung no le hacía ninguna gracia que insistiera en ello, aunque fuera verdad. Sólo le estaba tomando el pelo porque tenía la sensación de que él se sentía mejor cuando lo hacía.
Típica actitud masculina.
ya llegué jssjjs
quiero actualizar todos los jodidos días pero me da pereza :v
a todas las chicas que le he dedicado cap, no hay de que, realmente como dije a todxs que han leido y votado mi historia se los garadezco mucho.
pero los demás que ni siquiera quién chingados son solo me queda decirles gracias por leer.
Los demás pos si :v por que aúnque voten, comenten y ponga mi historia a una lista de lectura pues si anoto sus nombres jaja.
Espero que le haya gustado mi historia.
como vieron :v o como sea de que he subido una nueva historia jaja espero que les guste el vmin :v
también vi que algunas personas son de 13 a 18 años 7u7 ya las vi pecadoras :vEmilyfhantom
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Yoongo... ¿y si mejor somos amigos? || Taegi|EN EDICION
FanfictionTaehyung y Min Yoongi son los mejores amigos a simple vista, algunas personas dicen que aveces los hombres no pueden ser "mejores amigos". Ellos quedan de verse después de la escuela, hacen millones de cosas... como todos los amigos. Los mas grand...