Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

4 - A kiss where it hurts

-¿Te duele mucho?

-Que no... Te aseguro que tiene peor pinta de lo que parece, Lan Zhan.

Con el ceño levemente fruncido —porque esa frase no había tenido absolutamente ningún sentido, pero no le iba a pedir explicaciones—, el estudiante de derecho miró alternativamente a su novio, a la mano de su novio, a la quemadura en mitad de la mano de su novio y al pastel de chocolate recién sacado del horno que había intentado hacer su novio. Olía a quemado y tenía un aspecto bastante más oscuro de lo que seguramente fuese recomendable. Suspiró. La situación se explicaba sola, aunque un par de aclaraciones nunca están de más. Lan WangJi estaba tan tranquilo en el salón estudiando un caso judicial para una práctica de la universidad cuando de pronto escuchó un grito proveniente de la cocina de Wei Ying. Se levantó de un salto, prácticamente voló por el pasillo y ¡zas! Se encontró un panorama algo lamentable, seamos sinceros. Wei WuXian se había quemado con el horno al retirar el bizcocho y ahora tenía medio dorso de la mano de un potente color rojo. El futuro abogado se lo colocó bajo un chorro de agua fría en el fregadero a toda velocidad, antes de ir al baño a buscar algún tipo de crema que le pudiera venir bien contra las quemaduras.

-Tienes que tener más cuidado. -Le regañó en tono cariñoso el menor de los Lan mientras sostenía con sumo cuidado la mano ajena y le aplicaba una crema de aloe vera verde que había encontrado en un armario del cuarto de baño. Al parecer era de Jiang Cheng, una hidratante con la que intentaba luchar contra las arrugas que Wei Ying le decía día sí y día también que le iban a salir por estar frunciendo el ceño todo el rato.

-Lo sé, lo sé. Y te juro que estaba teniendo cuidado. Es solo que...

Lan Zhan alzó una ceja con aire inquisitivo. Para alguien tan poco expresivo como él, Wei WuXian había aprendido en escasos cinco meses de relación que tenía una gran variedad de expresiones, solo había que aprender a distinguir los sutiles matices. Quizá era así como su hermano lograba calarle siempre. O quizá Lan XiChen era un esper.

-Me distraje, ¿vale? Empecé a pensar en que estabas ahí en el salón tú solito, estudiando, aburrido, y en que nunca nos lo hemos montado en la cama de Jiang Cheng.

-Wei Ying...

-¿Qué? ¿Te apetece? Creo que volverá como en una hora, así que a uno rapidito nos da tiempo.

El de ciencias sonreía, y no lo hacía con su expresión luminosa habitual, sino con una picardía que, la verdad sea dicha, hacía que a Lan WangJi le diesen ganas de empotrarlo directamente contra la encimera. Una pena que todavía tuviesen el horno encendido y que de vez en cuando se le frunciera el ceño por el dolor de la quemadura. Se le ponían las orejas rojas solo de pensar en lo que podrían hacer si no. Y luego volvió a contemplar su mano herida y el desastre que tenía montado en la cocina y se obligó a respirar hondo y a calmarse. Con suavidad se acercó la mano ajena a los labios y le besó encima de la quemadura. Tuvo tanto cuidado que Wei Ying apenas lo notó. No sintió más dolor del que ya se había asentado sobre la piel maltratada, solo el peso de un beso dulce y delicado, de esos que te derriten por dentro, de los que te hacen sentir que eres especial. Por desgracia, las fantasías duran poco.

-Vamos a limpiar esto.

Una frase simple y unos labios abandonando su mano, con eso se cayó de la nube. Y se quedó sin polvo.