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"Il Napoli ha perso ieri contro la Roma per 4 goal contro 2..."

Las noticias del canal RAI de Italia suelen estar prendidas en mi televisión, sobretodo en días como hoy que la nostalgia me invade.

Se cumple 1 año y 2 meses del fallecimiento de mi mamá y aunque la tristeza se hizo presente en mi vida desde ese momento. Hay otro sentimiento que desdibuja y me nockea mucho más que su ausencia.
Se trata de la intriga que dejaron sus palabras antes de partir.

"Julieta tu papá esta vivo y no es quien te conté"

Esa frase suena en mi cabeza todos los días, cada vez más fuerte.
Creo firmemente que saber nuestra verdadera identidad es básico para poder construir un futuro.
¿Cómo voy a saber a donde voy si no se de donde vengo?
Y quizás suene raro porque la realidad es que yo si se quien soy.
Soy Julieta Cazzuchelli, hija de Marcela Cazzuchelli y con eso debería bastarme.

Lamentablemente eso no me alcanza, teniendo en cuenta que esa pequeña mentira acerca de mi progenitor hizo que dudara absolutamente de todo lo que me dijeron de niña.
¿Y si tampoco soy Cazzuchelli? ¿Y si soy adoptada?

Millones de preguntas sin respuesta entraron a mi vida como un zapatazo, poniendo todo de cabeza.

Por eso miro el canal italiano, quiero sentir que soy parte de algo, que tengo raíces, que por mis venas corre sangre siciliana, quiero conectarme y aferrarme a lo único que deseo sea verdad en mi vida.

El teléfono suena y suspiro fastidiada sabiendo que la única persona que aún utiliza teléfono fijo es la nona.

Ella es como una segunda madre y quizás es por eso que me duele tanto que se niegue a darme información sobre mi progenitor.

-Hola abuela.

-Amore mio come stai?

-Bien ¿vos?

-Muy bien, vino a visitarme Lucas y me hablo de vos. ¿Es verdad que tenes un amore?

-¿Lucas te dijo eso?- reí- no nonita, no tengo un amor.

-Si tu cugino me conto, "Peluxa" me dijo. Si, creo que "Peluxa"

-Ay abuela no es Peluxa, es Pelusa- reí a carcajadas- y no es mi amore, es un futbolista que nunca me va a dar bola.

-Vos sos bellissima. Cualquier hombre saldría con vos.

-Si, claro abuela- rode los ojos- despues te llamo, en un ratito me tengo que ir a la cancha.

-Bueno Julieta, ¿vas a ver a tu amore?

-¡No es mi amore nona! Pero si, juega en el Porteñol si es a lo que te referis.

-Buona fortuna en el partido bambina.

-No me digas así, sabes que cuando decis eso perdemos abuela. Sos yeta.

-Bueno, ciao, ciao!

-Chau nona.

El partido de la 7ma fecha fue notablemente mejor que el anterior, el Porteñol convirtió 2 goles llevandose la victoria. El equipo andaba bien pero quien evidentemente se llevaba todas las ovaciones era nuestro jugador n° 10.
Pelusa había convertido el primer gol de tiro libre y participado en el segundo con una asistencia maravillosa.

El nivel y la popularidad de Pelusa subían como la espuma, lo cuál lo convertía en alguien cada vez más inalcanzable para mí.

Las tribunas comienzan a despejarse y me siento sobre las escaleras de la popular esperando que todo el mundo, incluidos mis amigos, se vayan a sus casas y así evitar los tumultos de gente que se forman en la puerta de salida.

Fume un cigarrillo mirando el cielo de sábado por la noche, digamos que esa es mi manera de festejar. Recordando a quién me trajo por primera vez a esta cancha.

No se cuanto tiempo estuve asi pero cuando me di vuelta, la tribuna estaba vacía.

Camine hacia la salida, los pasillos del club se encontraban en completo silencio y solo algunos trabajadores continuaban en la inmediaciones.

Quise entrar al baño de mujeres pero como es costumbre la puerta se encontraba completamente trabada.
Camine varios metros en busca del baño más alejado del club.
Un baño amplio con vestuarios que utiliza el equipo de voley durante la semana. Ingresé y encendí la luz, tal como lo esperaba el baño esta completamente vacio.

Fui directo a uno de los cubículos y colge la bandera que llevaba envuelta sobre la puerta para poder hacer pis con mayor comodidad. Si es que eso es posible en un baño público.

De pronto una voz masculina habla muy cerca mío.

-Si boludo. Estoy entrando al baño que usan los pibes de voley porque en el nuestro se rompió un caño ¿A vos te parece? Ya se fueron todos y yo sigo acá. Ni me bañe.

La inconfundible voz de Pelusa eriza mi piel.

-Y bueno Gonzalo no pude entrar antes al vestuario. No, no voy a dejar de sacarme fotos con la gente. Ya se que siempre me atraso pero no puedo negarles la foto. Bueno despues hablamos, dejame bañarme en paz.

Quedo algunos segundos sonriendo al escuchar sus palabras.
Él siempre es tan agradecido con la gente que viene a verlo y eso es algo que la hinchada valora muchisimo.
El ruido del agua cayendo me saca de mis pensamientos.
¿Y ahora cómo voy a hacer para salir de aca sin interrumpir su ducha?

Las manos me sudan al saber que su cuerpo desnudo se encuentra a unos cortos metros de distancia.
Intento sacar la bandera colgada sobre la puerta del baño para que él no pueda verla pero los nervios me traicionan y termino dando un fuerte rodillazo en la puerta intentando que la bandera no caiga al suelo.

El estruendo de mi rodilla contra la madera hizo eco dentro del amplio vestuario y tape mi boca para no lanzar un grito de dolor.

Unos segundos después la ducha se cierra.

-¿Quién esta ahí? Eh wacho salí que no podes estar acá- ordeno Pelusa golpeando con fuerza la puerta del pequeño cubículo donde me encontraba- Dale, salí o te tiro la puerta abajo- exigió.

Abrí la puerta lentamente y Pelusa se sobresalta al verme.
Su cuerpo y pelo estan completamente mojados y una toalla blanca se encuentra envuelta en su cintura. Digamos que deja poco a la imaginación.
De pronto mis ojos bailan hacia todos lados sin saber a donde mirar.


Pelusa - croazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora