Leyla:

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Camino a casa después de un arduo día de trabajo en la clínica donde presto servicios, voy inmersa en mis pensamientos, cuando un chico rubio me toma la mano y echa a correr, exsaltada le grito mientras me arrastra a su lado:
-¿Estas loco? Sueltame inmediatamente, podría denunciarte por acoso, incluso secuestro.
Sin dejar la marcha me responde con voz suplicante:
-Por favor, alguien me persigue y necesito esconderme, ayudame, si no me escondo me podrían matar.
Como un reflejo inconsciente miro hacia atrás y me sercioro que es cierto, un hombre de cabello oscuro corre tras nosotros, se le nota enojado y destila furia.
- Solo te ayudaré porque me volviste partícipe de esto y no quiero meterme en líos que no me corresponden.
Sin pensar mucho le indico la entrada del edificio, donde montamos en el ascensor y subimos al piso 11, rápidamente saco las llaves con las que abro la puerta para entrar acompañada del muchacho. Una vez dentro paso el cerrojo y comienzo el interrogatorio:
-Ya estas seguro, ahora dime quien eres y porque diablos tuviste que meterme en este rollo.
Sus ojos azul cielo encuentran los mios y su boca dibuja una leve sonrisa:
-Es una historia un poco larga, ¿podemos sentarnos o prefieres escucharla de pie?
-Claro, disculpa, es que aun estoy sobresaltada, toma asiento por favor.
Acto seguido me coloco en una butaca azul frente a él, un poco asustada, debo admitir; estoy en la sala de mi apartamento, hablando con un chico que prácticamente me obligo a conocerlo, si Alicia estuviera aquí me da un buen cocoscorrón.
- Soy Carlos Rodriguez y pertenezco a una organización llamada Milenium, en su portada es conocida por una agencia de investigación, noshacemoa pasar por detectives como fachada; de puertas para adentro somos agentes encubiertos, nos introducimos entre los mafiosos y ayudamos a la CIA con sus investigaciones para poder atraparlos, en ovaciones se nos da la orden de asesinarlos, pero es sólo con los gánsters más peligrosos.
-¿Entonces hacen el trabajo sucio de la CIA? Son asesinos por encargo.
- Algo asi, ese que nos perseguía es Albergó, trabaja para su padre, Osvaldo Toledo, tiene el cartel mas poderoso de la ciudad, no le importa que corra la sangre y es sumamente peligroso. Cree que nos pisa los talones, pero va tras una pista falsa.
-¿Que tengo que ver yo con todo esto?
Trato de mantener la compostura para que no note mis nervios, esto parece de locos.
- Mi tarea es reclutarte y llevarte a Milenium cuanto antes.
Me exalto un poco y de pie frente a el muestro un rostro serio y dudoso a la vez:
- No seré una asesina, sería incapaz de matar una mosca, tampoco tengo nada que ver con el espionaje, ni ninguna cosa rara de esas que cuentas.
-Nadie de la organización lo es, yo por ejemplo, soy ingeniero informático.
-¿Por qué debería creerte? Puedes haberte equivocado, no soy la que buscas, en verdad lo siento, pero no seguiré esta idea descabellada.
-No estoy equivocado, eres Leyla Martinez, tu padre se llamaba Jhon y tu madre Isabella Quezada, vives aquí, con tu hermana mayor, Alicia, ella de encargo de ti luego de la muerte de tus padres...
Caigo desplomada en el butacon con cara de sorpresa mientras escucho mi vida y obra completas, eso me asusta aun mas y comienzan a ayudar mis manos:
-¿Como sabes todo eso? No me vas a secuestrar, ¿verdad?
-Por supuesto que no, tu padre era uno de nosotros y ahora te damos la oportunidad de ser como él.
-Mi padre era médico, a eso dedicó sus últimos años, salvaba vidas y era incapaz de hacer una barbaridad como lo es matar a una persona.
- También era de los nuestros y de los mejores.
-Tienes que estar bromeando, ¿donde están las cámaras? Creo que es un chiste de mal gusto.
Hago gestos simulando que busco las cámaras por el salón, en parte me gustaría que se tratara de eso, una broma pesada .
- No bromeo, todo lo que te digo es cierto y si vienes conmigo lo puedes corroborar.
- No puedo, debo estudiar, no tengo tiempo para fantasías, algunos tenemos una vida que atender y no puedo andar tras esas ideas locas.
- Todos tenemos una vida normal, es fácil acostumbrarse.
-La universidad toma todo mi tiempo.
- Estas en tercer año de medicina, en tu tiempo libre trabajas en una clínica a unas calles de aquí, eres muy temperamental para tener 21 años.
Quedo sin habla por un momento, busco las palabras para responder mientras enrrollo en mi dedo índice un mechón de mi cabello:
- Me estas asustando, creo que ya deberías irte de mi casa en este instante.
- Por favor, no me hagas esto, llevo mucho tiempo Buscándote, te prometo que no te sucederá nada malo.
- ¿Que debo hacer para que me dejes en paz?
Alzo las manos al cielo muy exasperada, este chico colmó mi paciencia.
-Acompañame a la oraganiacion, conoce la, habla con mi jefe; si no logramos convencerte prometo que no te molestaré mas.
Pienso por un momento mientras él pone ojos suplicantes.
- De acuerdo, pero luego desapareces.
- Lo prometo.
Le estrecho la mano cerrando nuestro trato y salimos del apartamento, me recomienda bajar por las escaleras para evitar encontrarnos con Alberto, una vez en el garage nos montamos en mi moto y baños en busca de la suya en un parquin cercano.
- Milenium está un poco lejos, cortaremos camino por el centro de la ciudad, trata de seguirme el paso y no te pierdas.
-Soy lo suficientemente rápida, cuidado no seas tu el que muerda el polvo.
-No pensé que te gustara la velocidad.
-No soy tal amargada después de todo, también soy joven.
-Y aun te llenas la boca diciendo que no sirves para esto.
La ironía es notable en su voz.
-Eres un aguafiestas, no es necesario que me recuerdes cada cinco minutos esa tonta historia.
-Como quieras.
Hace un gesto de tregua y luego arranca su moto, lo sigo sin problemas.

MileniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora