• I N F O R M A L • yoonmin +18

09

Sentado se encontraba el ahora rechazado Park JiMin, tomando café y mirando al horizonte, gracias a la transparencia de su ventana. Pensaba en si seguir insistiendo o dejarlo ahí, es la primera vez que JiMin tenía sentimientos no correspondidos hacia una persona, y era obvio, era Min YoonGi: guapo, adinerado y bueno en la cama. Y es por esto mismo que no pensaba rendirse tan fácil, aunque esto le cueste perder su dignidad, arrastrándose y lamiendo los zapatos del gerente Min.
Estuvo sin despegarse del asiento por un par de horas, lo pensó mejor hasta por fin llegar a la conclusión de dejar de lado a YoonGi y a empezar a preocuparse más por otras personas, o aún mejor, por sí mismo.
Se levantó y empezaba a dirigirse a la cocina para coger un vaso con jugo o alguna otra porquería, pero pudo percatarse de que su celular tenía una única notificación en su pantalla, y sí, esta era de aquella persona que lo humilló unas cuantas veces, el que se robó más de un gemido de JiMin, el que tenía mujeres y hombres por doquier, Min YoonGi.

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Ando caliente, ¿Puedes venir?

Al ver el mensaje, JiMin no supo cómo reaccionar o qué hacer, era raro que le hablara después de haberlo ignorado de tal forma y en frente de todos esos trabajadores. Así que tomó un largo y profundo suspiro, y empezó a teclear.

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No creo que pueda

Por qué no?

Es tarde

Sigo en la compañía, ven ahora.

Vale.

JiMin ya había dejado atrás ese "Daddy", sentía que él ya no merecía ser su Daddy y por eso ya ni siquiera le hablaba con respeto. Había quedado con YoonGi para salir, pero no para satisfacer los deseos sexuales del mayor, sino para hacerle saber que ya no quería tener encuentros de cualquier tipo con él.

JiMin se duchó y vistió con sus típicos pantalones ajustados, que dejaban apreciar con facilidad sus dos grandes glúteos. Cogió las llaves y las llevó consigo, para después largarse a la parada de autobuses e irse al edificio en donde trabajaban. Era tarde, todo estaba oscuro y había casi nadie. Entró y buscó su oficina encontrándose con él, sentado en su silla giratoria, con un cristalino vaso de vino en una mano y en la otra su cigarro. Se veía increíblemente sexy en ese momento, lo que hizo paralizar a JiMin por unos momentos mientras su mente empezaba a generar involuntariamente escenas sexuales de YoonGi y él.

Por más ganas que tuviese, JiMin no iba a caer otra vez, tenía que dejar en claro que ya no quería ser utilizado ni una vez más; así que se dignó en avanzar. YoonGi ya lo había visto llegar gracias al reflejo de la ventana, también vio la cara que puso JiMin cuando se volteó, dejándose apreciar por completo.

—Llegas tarde.

YoonGi dio un sorbo al licor y miró fijamente a JiMin, viendo cómo este no conseguía verlo a los ojos, ya que estaba petrificado observando el desnudo y blanco pecho de su amante.

—Y-YoonGi, n-necesito hablar contigo de algo.

—Ven, siéntate.

YoonGi dio unas palmadas en su muslo, indicándole que se sentara ahí.

—N-no, así estoy bien.

Se maldijo más de una vez en su mente por haber desobedecido esa orden.
El menor estaba nervioso, no podía dejar de sudar al tener en frente suyo a su amor platónico con la camisa desabotonada, mirándolo de la forma en que lo miraba, YoonGi se encontraba ligeramente disgustado por ese acto, pero lo ignoró, sabía que esa noche harían más que sentarse en las piernas del otro.