Termino de dejar los libros en mi casillero y salgo para ver si Vero o Ken ya están afuera. Quedamos en vernos después de las clases para ir a la cafetería de siempre, pero los busco entre las multitudes de universitarios pero ni rastros de estos dos.
— Cass... —esa voz, fue suave y casi en un susurro pero logro identificar de quien proviene. Con un gran suspiro me doy la vuelta para encontrarme con Thierry.
No me molesto en hacerle un escaneo completo, solo me concentro en su cara porque se ve mas... maduro, sus facciones son más marcadas y se ve mucho más guapo de lo que era antes. Quito esos pensamientos de mi cabeza y me dispongo a responderle.
— Thierry —no esperaba verle, de hecho, ni siquiera esperaba encontrármelo de lo que me resta de vida —. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.
De solo verlo más sano que la última vez me da curiosidad de saber lo que hizo todo este tiempo. Thierry fue alguien divino y después un vicioso de primera solo porque pasaba por un horrible momento. ¿Todavía se inyecta esa mierda? ¿Se dio cuenta del daño que se estaba haciendo y decidió déjalo? Quizás si cambió después de todo aunque es difícil creerlo.
— Un poco más de un año — su vista fue a los lados como si evitara mirarme. Sus manos están metidas en los bolsillos de la chaqueta y parece algo desorientado—. ¿Como has... estado? Hace poco me enteré lo que le pasó a tu familia y... me preocupó.
— No te molestes en aparentar que te importo un poco —hubo momentos en los que alejé a todos solo para estar con él y tratar de que estuviera bien ¿pero que gané yo? Solo perdí mi tiempo tratando de que cambiara.
— Lo siento —aparto la vista porque sus ojos se ven realmente avergonzados—. Yo... yo solo quiero hablar contigo, sé que tienes todo la razón en estar a la defensiva. Pero por favor, vamos a... a cenar, o a caminar lo que tú quieras...
— ¡Eres un descarado, Thierry! Estoy segura de que estás drogado, no hablaré contigo mientras lo estés.
— Mírame —ordena. Sin ganas lo hago ya que no cuesta nada—. Yo no estoy drogado ni nada, desde que ya no estamos juntos me di cuenta de lo mucho que me equivoqué contigo. Yo pasaba por un mal momento y me refugié en lo único que no debía. Y no es una excusa.
— Todos pasamos por un mal momento.
— Entonces acepta salir conmigo, puede ser el vienes por la noche, el sábado o cualquier otro día que quieras solo dime que si. Necesito contarte muchas cosas, por favor Cass.
Algo anda mal con él, es como si la memoria se le reseteó y olvidara todo. Su mirada es una que no había visto antes, está llena de súplica y de tristeza, tanto, o más que la última vez que lo vi.
No sabía que decirle o que hacer, mi vista iba y venía de los universitarios que estaban por todos lados. Yo no quiero que piense que puede tener una oportunidad conmigo, pero sería bueno hablar y cerrar ese capítulo de nuestra vida.
Lo miro un poco dudosa, sintiendo esa necesidad de poder escuchar todo eso que tiene que decirme pero a la vez me da miedo.
— Mi número sigue siendo el mismo —en un abrir y cerrar de ojos ya lo tengo más cerca de mi —. Espero con ansias tú llamada — si fuera en otra ocasión me habría derretido con ese tono tan bajo y al mismo tiempo seductor.
Su mano viaja a mi nuca y me acerca a él, ese acto no fue suficiente ya que su otra mano fue a parar en mi cintura y me quiero morir. No es que me provoque algo es solo que se me había olvidado como se siente su tacto en mi y su cercanía.
Deja un beso en mi frente y luego de darme una mirada llena de emociones desaparece de mi vista y solo suelto todo el aire contenido.
Recuerdo esas veces que tuve que meterlo en agua con mucho hielo para que estuviese más consiente. Lo único que yo disfrutaba era cada vez que gritaba groserías por el agua fría, la idea en dejarlo morir por hipotermia se me venía a la cabeza y solo podía sonreír con los ojos llorosos. Luego de eso le hacía algo de comer para verlo dormir. Esos recuerdos que siempre atesoraré en mi corazón por más malos que sean ¿porqué? No lo sé. Thierry siempre será alguien importante en mi vida.
Así que, lo llamaré después.
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En El Olvido ©
Short StoryCassandra Jenkins sintió que su vida se derrumbaría luego de haber perdido a sus padres y a su hermana pequeña en un incendio. Sentía que ya nada tendría sentido sin ellos y no tenía ganas de vivir. Pero luego llegó él para evitar que se derrumbase...