¿Tú sabias que habia renunciado al tratamiento? – Pregunto ella, sentándose en la mesa, junto a Sophie y Eric que, al verla llegar, interrumpieron la conversacion que estaban manteniendo. – ¿Y si es asi, porque no me avisaste?
Eric se queda en silencio por un momento, y Anneliese puede ver cómo lucha internamente. ¿Qué habrías hecho si te lo hubiera dicho?
Pues, trataría de buscar un tratamiento menos agresivo mientras los médicos buscarían una solución. – Anneliese no entendía la razón de su frialdad, y bajo los ojos incomoda, pero cuando las siguientes palabras, salieron de su boca, fue como si le hubiesen dado una bofetada.
- Ese es tú problema. – Replico Eric, sin dudar - Conociéndote, habrías sido capaz de obligarla, a seguir con eso, aún si ella no estuviera de acuerdo.
¿Perdona? – Anneliese no podia creer lo que acababa de escuchar. – ¿Estas insinuando que me daba igual, su bienestar?
- Helen era consciente del poco tiempo que le quedaba y por eso quiso pasar sus últimos dias sin saber nada de ese maldito tratamiento que estaba matándola lentamente. – Calló unos segundos y al continuar, sus siguientes palabras, provocaron un gran impacto en la joven. – Además, Grace ni siquiera tuvo el sentido común de interesarse por su madre o al menos llamarte. – Pronuncio esas palabras con desprecio, ante el odio que le tenia a esa mujer. – Solo es una cobarde, que en vez de hacerse cargo su madre enferma y retomar el contacto con su hija, simplemente prefiere olvidarse de su existencia.
Anneliese, llena de rabia ante la mención de su madre, noto como una oleada de sentimientos la invadió y antes de pensar bien las cosas, actuó precipitadamente y lo que hizo, terminaría por lamentándolo más adelante.
Eric, se levanto de la mesa con la intención de dar por acabada la discusión y se dirigió a una de las estanterías que formaba parte de la decoración del salón. Observando las fotografías, que decoraban el mueble y los libros apilados, no se dio cuenta de que Anneliese lo habia seguido.
La joven, con los ojos llenos de lágrimas y el resentimiento, se dejo llevar por la rabia y aprovechando el descuido de Eric y tomándolo por sorpresa, le dio una fuerte bofetada que resonó en el silencioso salón.
Sophie que seguía estando sentada en la mesa, ahogo una exclamación, ante lo sucedido, sin poder creer lo acababa de pasar.
- No tienes derecho a hablar así de mi madre - Exclamó Anneliese dejándose cegar por la rabia y el enfado que sentia.
¿Se puede saber qué diablos te pasa? – Eric furioso, la cogio del brazo y clavando sus ojos en los suyos, continuo.
– ¿Cómo puedes ser tan ciega y defender a esa mujer? Sabes que tengo razón, pero te estas negando a ver las cosas como son.
Anneliese, con los ojos llenos de lágrimas, se liberó del agarre de Eric y se enfrentó a él.
- No eres nadie para opinar sobre ella - Le recrimino ella, entre gritos - Lo que haya hecho, no es asunto tuyo, además ¿Quién te crees que eres, por decirme lo que debo hacer con mi vida?
Eric, harto de que Anneliese, siguiera defendiendo su madre de esa forma y ante sus acusaciones, abrió la boca para decirle finalmente la verdad, pero Sophie que habia permanecido callada debido a que toda esa discusión, la habia tomado desprevenida, decide interrumpirlos. Y aunque era un poco más baja que Anneliese, midiendo 1,67 destacaba por su larga cabellera castaño oscuro, y sus ojos color verde musgo.
Llevaba saliendo casi cuatro años con Eric y se podria decir que lo conocia bien y por eso decidió parar esa absurda pelea, antes de que uno de los dos, terminara por decir algo de lo que terminaría por arrepentirse . Los tres siempre fueron muy buenos amigos, pero la buena relacion entre Eric y Anneliese, era tan buena y cualquiera podria pensar que eran algo más, pero habia una verdad que Sophie, desconocía al principio. Sin embargo cuando él se lo contó, pensó que estaba bromeando, pero tras hablar y tener las respuestas a sus preguntas, Sophie no podia creerlo. Además, si él fuera a revelarle la verdad a Anneliese, precisamente en mitad de una pelea, ella no le creería.
- ¡Basta! Dejad ya discutir. – Exclamo ella interponiéndose entre ambos – No sirve de nada estar peleando, a estas alturas. – Volviéndose hacia su amiga, su mirada se suavizo – Cariño, sé que estas muy dolida por el fallecimiento de tu abuela, pero si de verdad quieres entender bien la razón del porque no te lo dijo, deberias leer la carta que te ha dejado. Ahí encontraras las respuestas que buscas.
Esta bien, supongo que tienes razon. –Suspirando, y bajando la mirada decidió volver a su cuarto, y aunque no lo expresara con palabras, ella temía enfrentarse a la verdad y por eso habia optado por echarle la culpa a otra persona, y asi evitar leer esa carta.
Cuando la puerta se cerró tras ella, Sophie aliviada, miro a Eric y viendo la confusión en su rostro, como queriendo preguntarle porque habia intervenido, esta simplemente, niega con la cabeza y le hace una seña de irse a dar un paseo, con tal de hablar con mayor libertad.
Media hora despues, tras caminar un buen rato y para aliviar la tensión, entraron en una cafetería.
¿Cariño, no crees que te has precipitado un poco? – Pregunto Sophie a Eric, preocupada, sentándose en una mesa cerca de la ventana, para asi hablar sin ser interrumpidos. – Se que tus intenciones eran las mejores, pero siendo sincera esa no es la forma más adecuada para hablar con alguien ¿Cómo crees que reaccionaria al enterarse de la verdad, acerca de su existencia? Además, no tienes pruebas para mostrarle.
Lo sé, pero verla asi tampoco ayuda, por no decir que esa mujer ha sabido jugar bien sus cartas, si no fuera por la falsa denuncia que le puso a mi padre, él tranquilamente podria aclarar sus dudas, pero claro si se acerca, aunque sea a pocos metros de ella, pueden meterle en la cárcel – Suspiro – La última vez que hable con él, me dijo que estaba tratando que conseguir todas las pruebas que necesita para demostrar la verdad ante un juez y destruir las mentiras de esa mujer.
¿Entonces, si Anneliese llegará a saber quién eres en realidad, como crees que se lo tomaría?
No lo sé– se pasó la mano por el pelo –Nada bien eso seguro y, es más te puedo asegurar que conociéndola, es capaz de no perdonarme y terminar por odiarme toda la vida por haberle ocultado algo tan importante. – Dio un suspiro desviando la mirada, observando la gente caminar y niños corriendo.
ESTÁS LEYENDO
El amor no tiene barreras
RomanceA pesar de sus intentos de soltarse, él fue apretándole el brazo con más fuerza, haciéndola sentar en su regazo. Ella evito mirarlo a los ojos, sin embargo, él con delicadeza fue alzando la barbilla de la joven provocando que sus miradas se encontr...