Capítulo 15: Doble relación.

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—Marcus me ha llamado hace un par de horas —murmura Gwen, cuando ingreso a la sala—. No sé qué decirle. Mejor dicho, no sé qué inventarle. Las excusas se me acaban.

—¿Qué quería? —averiguo, tomando asiento en el sofá de nuestra planta departamental.

He llegado de la casa de Harry hace algunos momentos, creo que hasta ahora, eso ha sido lo más valiente que he podido realizar en toda mi vida. Nunca me le había declarado a un hombre, y con él lo he hecho. Es un tanto raro, o hasta puede atentar contra las leyes femeninas pero no lo podía aguantar más. Ha sido muy confortante emocional y psicológicamente.

—Me ha preguntado el porqué de nuestro retraso. Quiere que regresemos a L.A. para que comiences con la composición del nuevo disco, cree que es el momento indicado para lanzarlo al mercado.

—No he escrito absolutamente nada —murmuro. Subo mis pies en el sofá y me acurruco con un cojín.

—Ese es el problema. ¡Ya tienes que tener algo en mente! Antes de venir acá habías escrito algunos borradores en tu casa, ¿Qué pasó con eso? —pregunta.

—Están en mi cuarto, en L.A. No lo traje porque pensé que regresaríamos el día después de los premios pero no fue así, las cosas cambiaron —respondo, tratando de ocultar la sonrisa que traigo estampada en el rostro desde que dejé la casa de Harry.

Ella frunce el entrecejo y camina hacia mí, tomando asiento a mi lado. Lo ha descubierto.

—No creas que no me he dado cuenta, notó que estás cambiada. Solo mírate esa felicidad en el rostro, parece como si te hubieras ganado el Oscar.

—Metafóricamente lo hice —murmuro. Ella niega y asiente, se toma el cabello y se gira hacia mí.

—¿Qué fue lo que pasó? —inquiere, paciente y expectante.

—Gwen… —alargo. La verdad es que no le quiero contar, no lo sé, hay algo en mí que me impide decírselo tan sueltamente. Es como si las palabras no me salieran aunque intentara articularlas.

—Dime, creo que te he apoyado lo suficiente como para enterarme de algunas cosas personales, si no fuera de ese modo, créeme que ahora mismo estarías haciendo tus maletas para volver a tu dulce hogar.

—No me iré, si es lo que tienes en mente —reacciono, aunque no lo haya mencionado de una forma literal, pero sé que lo piensa y quiero hacérselo saber antes de que proteste.

—Ya lo tengo muy presente, no es necesario que te alteres. He mentido por ti a Marcus y esa es la forma de mostrar mi lealtad —dice, me da un par de golpecitos en la espalda y espera curiosa mi respuesta a su otra pregunta.

—Él es lindo y yo lo quiero —murmuro—. Me siento feliz cuando estoy a su lado, Gwen —agrego, ella solo me observa. Tal vez contenta o decepcionada, no lo sé—. Estamos juntos —termino.

—¿Qué estás diciendo? —pregunta sorprendida, sabía que la noticia no le iba a agradar del todo. Espero que lo procese de una buena forma y sepa comprenderme.

—Lo que has escuchado.

—Tienes una relación con George, no puedes tener otra con un chico diferente. Va en contra de todas las reglas, qué haremos si te toman una foto con él. Mancharías tu imagen y dañarías completamente la de tu pareja, George.

—George es un contrato y lo sabes, además, ya lo he planeado todo. Escucha, cuando salgo, lo hago por la puerta trasera del Hilton y estoy muy segura que nadie me ve. Harry sabe lo del contrato, y antes de que me resondres por contárselo tienes que entender que él no me aceptaría si supiera que estoy en una relación con alguien más.

—No puede ser, se lo has contado. ¿Qué tal si nos traiciona y vende la noticia a la prensa rosa? ¿Sabes el acabose que va a surgir en ese momento? Ya te veo en TMZ con una portada impresionante y una foto pequeña de él a tu lado. Nos puede arruinar, Chloe.

—No lo hará, él me quiere y estoy muy segura de sus sentimientos por mí; y si fuera de ese modo, estoy completamente inequívoca que sabrías como manejarlo.

Ella suspira al parecer cansada, se toma las sienes y las masajea dando pequeños círculos con sus pulgares. Ha sido un gran notición y un gran día el de hoy.

—Nos estamos arriesgando por un niño —murmura, vota el aire que tenía aguantado en el pecho—. ¿Qué le dirás a George? ¿Hablarás con él? Recuerda que sigue aquí, esperando para cuando decidas volver a L.A.

—Él sabe que yo no siento nada cuando está junto a mí, y no voy a negar que es lindo y un buen chico pero no. Buscaré el momento propicio para decírselo, no creo que lo tome de mala forma porque, al fin y al cabo, en realidad todo es solo un teatro montado para el público —respondo.

—¡Es que no lo concibo! Ustedes son tan hermosos juntos, no… Se me es difícil aceptarlo —farfulla.

—Si lo conocieras, él te agradaría de la misma forma en la que te agrada George.

—Supongo que sí, debe ser simpático. Solo lo vi de lejos y pues no, no distinguí muy bien. Espero que no te equivoques, no quiero corazones rotos cuando esto acabe.

—No los habrá, Gwen —le digo, ella sonríe y se mantiene callada—. No quiero que tengas más problemas con Marcus, me pondré a escribir algo.

—En serio te lo agradecería, la disquera está preguntando por ti y quieren trabajar en el disco ya. Los he convencido con darte un par de semanas de descanso, luego ya me inventaré algo.

—Gracias por hacer todo esto por mí, Gwen. Eres una gran amiga —le digo, ella sonríe y se levanta del sofá—. ¿A dónde vas? —pregunto.

—Voy a pedir la cena al servicio de habitación, vengo en unos minutos —me dice, le sonrío y ella desaparece de mi panorama.

Corro hacia mi cuarto y busco un papel y una boli en alguno de los cajones, recuerdo haber visto unos ayer pero tal vez los cambiaron de lugar. En el cajón de abajo hay un lápiz, lo tomo entre mis manos y tomo una hoja cualquiera que ronda por ahí, vuelvo a la sala y a mi confortante sofá.

Ella quiere que escriba algo, pero mi inspiración está demasiado lejos en estos momentos, aunque podría pedirle que venga pero eso sería demasiado obsesivo. Lo acabo de ver hace menos de una hora, si lo llamo, él me creerá muy perturbadora y no quiero eso. Sonrío porque lo he besado. ¡Dios! Ha sido increíble y hermoso, lo más sorprendente de mi vida.

Tomo el lápiz y me pongo a escribir lo primero que se me viene a la mente.

“La vista que escojo y el sonido que oigo

Toca mi alma, escribe tu nombre

En un corazón solitario, en un mundo insano

Van tus converse blancos en la acera caminando

Y las estrellas se encuentran en el horizonte danzando

Los flashes de mi historia deslumbrando como estelas

Estiro la mano hacia ti y quiero que la tomes

Que busques en mí…

Oh vamos, esto no es un problema para mí. Lo he hecho antes y he sabido llevarlo por el buen camino. Fijo mi vista en la rubia que ha ingresado con un chico del servicio y un carrito de metal. Él me sonríe y deja los platos que trae en la mesa de vidrio del comedor, también coloca un par de botellas de agua y se despide.

Sonrío y observo a Gwen, ella va directo al repostero por unos platos.

—¿Has escrito algo? —pregunta cuando nota el lápiz y el papel en mis manos.

—Creo que sí, aunque es solo un borrador y falta hacerle innumerables arreglos —respondo.

 —Eso es mejor que nada —me dice—. ¡Venga! Vamos a cenar. 

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Fairytale. |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora