💋22. Quiero darte una mano

2.6K 271 115
                                    

Los siguientes dos capítulos se leen a solas,
en la tranquilidad de la noche. 🌛

Bon appetite 🌚

WinWin estaba cómodamente acurrucado en una esquina del sofá. Escuchaba encantado la voz suave y melodiosa del japonés mientras que afuera se escuchaba el viento ulular y el cielo era constantemente iluminado por brillosos relámpagos.

Los grandes ventanales de la sala eran azotados por una intensa lluvia. La tormenta estaba en su mejor momento.

Bostezó relajado mientras se hundía en unas almohadas esponjosas. Adoraba el sonido de la lluvia, aquella sensación de electricidad en el aire, el fragor de los truenos...

—Winwin te estás durmiendo.

Yuta se levantó del sofá y al mismo tiempo el chico abrió los ojos adormilados.

—Vamos, te llevo a la cama.

Sintió un pinchazo en su pecho cuando el otro le tendió los brazos, ¿porqué tenía que ser tan adorable?

Lo cargó agilmente en sus brazos como si se tratara de un delicado muñequito y lo llevó a la espaciosa y confortable habitación.  Cuando llegó a un costado de una de las dos camas, apartó la sábana y dejó que el chico se acomodara.

Este se puso cómodo, apartó unas almohadas y se cubrió con la sábana hasta la barbilla. Disfrutó del aroma a limpio y de flores.
Luego movió rápidamente sus pies y dio palmaditas en el aire para llamar la atención de otro que se dirigía a la otra cama.

—Acercala a esta —dijo con naturalidad —Así puedo abrazarte si tienes miedo del temporal.

—Te abrazaría en todo caso —sus labios se curvaron en una sonrisita mientras unía las dos camas.

Lo siguiente que Sicheng lo vio hacer fue suficiente para quitarle el sueño que hasta ese momento pensaba tener.

Yuta comenzó a desbotonarse la camisa del pijama. Lo hizo lentamente, un pequeño botón a la vez. El modelo quiso apartar la vista pero constantemente regresaba a las elegantes manos del otro.

La tela se deslizó por su piel dejando su torso desnudo. Sicheng trató de memorizar cada centímetro de esa piel perfecta pero éste se metió a la cama muy rápido.

—Siempre duermo sin camisa —se justificó.

—Oh.

"Si fuera por mí, deberías dormir hasta sin pantalón".

El menor se acomodó en medio de los dos colchones, ahora ambos estaban recostados de lado mirándose a los ojos.

Un mechón de cabello oscuro cubría los ojos grandes y expresivos del japonés, así que lo apartó delicadamente. Ahora tenía una visual completa de su rostro. Rasgos afilados que se volvían suaves en sus labios y su mirada.

—Guapo —el susurro se le escapó de los labios antes que se diera cuenta. 

El mayor sonrió y acunó su rostro.

—No tanto como tú, hermoso —dijo poco antes de presionar sus labios encima de los del otro. 

Un beso dulce y lento que calentó sus mejillas. 

Yuta siguió acariciado su cabello y rostro. Poco a poco el chico fue cerrando los ojos hasta caer dormido. Lo último de lo que fue consciente fue del calor que desprendía el otro mientras lo tenía abrazado contra su pecho. Lo invadió una sensación languida que fue imposible no abandonarse a esa paz y tranquilidad...

Un par de horas después, Yuta se despertó. Afuera reinaba el silencio, había dejado de llover. El precioso chino descansaba su cabeza encima de su brazo, su mano rodeaba todavía su cadera. De inmediato entendió porqué había despertado. Había tenido un sueño húmedo en el que el chico en sus brazos hacía maravillas con su lenguita. 

Jadeó por lo bajo. No sabía qué era peor. Si despertar en lo mejor de su sueño erotico o tener que al chico de sus fantasías casi encima suyo y no poder hacer nada porque no tenía el corazón de despertar a ese angelito. 

Con lentitud, atento a no despertarlo, salió de la cama. Necesitaba despejar la mente, para eso fue a la sala a tomar un poco de agua. Hasta entonces se percató de su corazón latiendo rápido y del leve sudor en su frente. Fue al baño a humedecerse la cara y esperó un poco antes de regresar a la habitación. 

Era recién pasada la una de la mañana, así que era mejor que durmiera un poco más. Cuando volvió, Winwin se había dado vuelta y ahora descansaba de lado. Atento a no hacer ningún ruido, se recostó atrás de él y lo volvió a rodear con un brazo. 

Cerró los ojos y cada vez que estuvo a punto de dormirse el perfume natural de la piel del otro lo incitava a tocarlo. A un cierto punto, el menor se removió un poco, por un momento pensó que lo había despertado pero luego dejó de moverse.

Sin embargo en esa otra posición, el entre pierna de Yuta estaba completamente pegada al trasero del chino. Sin querer, su sangre comenzó a bajar nuevamente a su entrepierna, provocando un gran bulto. Tanto que le había costado calmarse y ahora estaba nuevamente así. 

Decidió no hacer nada, pero a los minutos Sicheng volvió a moverse. Esta vez haciendo más presión contra su entrepierna. Casi parecía que lo hacía intencionalmente pero seguía dormido.

Quizás estaba teniendo de esos sueños que el japonés recién había tenido. La presión de la mano sobre su cadera se intensificó. 

En ese momento reinaba el silencio. La fantasia de Yuta viajaba libremente. Con lentitud, movió su cadera, hizo pequeños círculos. La tela del pijama era muy delgada y ese primer contacto se sintió muy satisfactorio, pero él quería más. 

Volvió a moverse, esta vez con un poco más de ímpetu provocando que jadeara deliciado. Su miembro pulsaba pidiendo por obtener más contacto. Siguió con esos movimientos circulares, ahora eran un poco más amplios.

Sabía que eso no estaba bien, pero el deseo cegaba por completo su mente. Aquello se sentía exquisito, pero que no daría por hundirse dentro de...

A un cierto no pudo más, deseaba tocarse. Así que se tumbó boca arriba, se deshizo de la sabana. Bajó sus pantalones junto a su boxer y con la mano tomó su falo erecto.

Soltó lentamente el aire mientras empezaba a friccionar, arriba y abajo. Imaginaba que esa fuera la mano del menor que le daba satisfacción. Cerró los ojos pensando en aquello y cuando los volvió a abrir se encontró dos ojos castaños que lo observaban. 

—Puedo ayudarte con eso, si lo deseas. 

ASMR {YUWIN💖} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora