FlammeGirl: La séptima vengadora.

Capítulo 1: ¿Cómo la perdí?

Como ya te dije, mi cabello es negro, ojos cafés, estatura promedio, peso promedio, soy latinoamericana y me llamo Alexandra Quilodrán. Lo único que no te  dije fue lo siguiente: Mi pierna derecha es hermana del Mark I , es decir, completamente de metal.  A continuación te explicaré lo que pasó.

Cuando perdí mi pierna estábamos en medio de una batalla contra robots, acompañados de dos gemelos de Sokovia y con un Hulk derrumbando todo a su alrededor.

Pasó en un momento realmente caótico, Clint estaba detrás de Pietro, el corredor cayó al suelo y yo quise correr a él, sin embargo algo me lo impidió. Por el shock del momento no me había dado cuenta de la gran roca que aplastó mi pierna derecha, dejándola desde la mitad del muslo cortada. Cuando el dolor llegó a mi, noté la sangre recorrer el suelo, dejando salir un grito desgarrador. Yo definitivamente no me merecía ni me esperaba eso.

Stark, mi casi padre, el hombre que me recibió con los brazos abiertos, quien me ayudó a pagar la universidad, quien me ayudó a conseguir la residencia. Él me cargó en brazos y veía sus labios moverse, pero para esos momentos mi mente ya se estaba apagando y lo último que supe fue que mi espalda tocó una superficie cómoda.

Desperté una semana después en el área médica del nuevo complejo, cuando me senté sentóí algo pesado en mi pierna derecha, pero luego pensé: ¿Qué pierna?. Después de todo, yo había visto mi extremidad cortada. En eso levanté la gruesa manta, viendo así una hermosa y bastante femenina pierna de metal, con toques de rojo. En eso al parecer la nueva inteligencia artificial de Tony, Friday, alertó a los demás integrantes de los vengadores, quienes llegaron a mi  lado e unos pocos minutos, estaban todos menos Pietro y Bruce.

Después de eso, todo se fue a la mierda.

Mi rehabilitación empezó y con ella mis dolores emocionales y físicos. Todos me decían que ya no podía seguir luchando, que no podía ser la heroína llamada FlammeGirl.

Por eso cuando logré caminar con "normalidad" empecé a empacar mis cosas y el día en el que me largué del complejo solo deje una carta para cada uno, agradeciendo por todo y rogando que no me buscaran.

Y aquí estoy ahora, actualmente vivo en Inglaterra, trabajo como  profesora de historia y todo mi aspecto cambió. Mi cabello ahora es realmente corto, casi rapado en un lado, me hice los tatuajes que siempre quise en mi espalda y uso ropa más holgada que antes. Ocultarme por casi un año no ha sido fácil, varias veces Maria Hill me ha advertido de que me están buscando por cielo, mar y tierra, pero después de enterarme de los Acuerdos de Sokovia estoy más reacia a volver.

¿Mi vida? Mi vida es muy tranquila, mi apartamento es pequeño e incluso tengo un canal de música en Youtube, todo de lo que me había privado siendo una heroína lo hacía ahora. Lo único que no hago es mostrar mis piernas, aún me da miedo mostrar el metal.

Amo salir a tomar café, ir a bailar, conocer gente, enseñar, leer, saber de mis antiguos amigos y hablar con mi familia.

Mi vida es realmente buena, pero le falta la adrenalina.