Capitulo 23: La ciudad del pecado

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Para cuando aterrizamos en Las Vegas, Seungkwan está dormido. Tenía la cabeza apoyada contra la ventana y el cabello sobre su 
rostro. Me estiro y lo aparto. Él no siente nada. 

No ha pasado nada.

El piloto enciende nuevamente el altavoz y se despierta sorprendido.

—Santo cielo —murmura—. Me quedé dormido. ¿Ya llegamos?

Asiento, y se inclina hacia delante para saludar a Wonwoo. Annabelle está también dormida, pero a diferencia de Seungkwan, su sueño es menos… dichoso. Ella está roncando, relamiéndose, y Wonwoo ha estado poniendo trozos de papel en su boca.

Wonwoo la sacude rudamente hasta despertarla.Annabelle inmediatamente traga, y el papel se ha ido.

—Eso fue tan malo —dice Seungkwan con voz soñolienta.

Annabelle tose y fulmina a Wonwoo con la mirada.

—¿Qué has hecho? ¿Acabo de tragar algo?

Wonwoo tira de ella en un abrazo.

—Eres mi mejor amiga en todo el mundo.

—¡Suéltame, sanguijuela! —dice ella, sonriendo.

Bajamos del avión y nos dirigimos al exterior, donde llamo un taxi. En la distancia, puedo ver la forma distintiva de la pirámide y la luz que se dispara desde su parte superior. Es un horizonte que he visto muchas veces antes. Al crecer con un padre que siempre está ausente y una madre de espíritu liberal, fue fácil de hacer lo que quisiera. Y con más dinero a mi disposición que cualquier niño debería tener, mis opciones eran interminables. Al pensar en mi vida, es un milagro haber muerto de la 
manera que lo hice. Fue tan… decepcionante.

—No puedo creer que estemos aquí —dice Seungkwan. Él está mirando por la ventana al horizonte a medida que nos alejamos de la acera—. Es increíble.

—Es incluso mejor de cerca —le digo.

—No puedo creer que estemos realmente en Las Vegas —suspira Annabelle—. Quiero decir, en serio.

—Lo sé —dice Wonwoo. Mira a Seungkwan, aunque sé que él está hablándome a mí—. Me alegro de que todos viniéramos.

Sonrío.

—Esperen a que lleguemos al hotel.

Veinte minutos más tarde, el taxista se detiene en el Hotel V, la nueva joya de Las Vegas. Le pago al conductor, agarramos nuestras mochilas y nos dirigimos al interior.

El sonido metálico de las máquinas tragamonedas se apresura a saludarnos, y tan pronto como ponemos un pie en el vestíbulo, Seungkwan empieza a señalar.Él mira embobado las paredes que cambian de color cada pocos segundos y la lámpara hecha de relojes. Roza sus manos por las pequeñas camas, colocadas estratégicamente que sugieren todo tipo de cosas obscenas. Y, por último, sonríe al hombre detrás del mostrador, quien está vestido de cuero desde la cabeza a los pies y me entrega las llaves de las habitaciones. Me gustaría pensar que su atuendo se debe a que Halloween es este próximo domingo, pero de alguna manera lo dudo.

Le doy a cada persona su propia llave, y Annabelle salta de arriba hacia abajo.

—¿Nuestras propias habitaciones? —dice—. No. Te. Pases.

—No lo haré.

Nos dirigimos por el pasillo, y Seungkwan mueve las caderas al bombeo pulsante de la música. Las paredes están forradas de terciopelo rojo, el suelo está decorado con 
azulejos negro y blanco. Por encimas de nosotros, discos antiguos cuelgan en un patrón caótico. Todo el lugar está hecho para ir de fiesta, lo cual es exactamente el por qué lo elegí.

El Coleccionista - Verkwan (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora