One.

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...Yo no necesito una ocasión, ni un motivo para tomarlo, yo hago lo que quiero y sé que a él, a pesar de todo le encanta, no se niega.
Bruno, Bruno, Bruno. Todos piensan que él tiene el control sobre todos, pero yo a él le controlo.
...

-¿Abbacchio?- habló, cruzando la puerta, y caminando lentamente dentro de la casa oscura. Quiso encender la luz, no cedió, camino un poco más y cuido de no tropezar. Pero sintió el azoto de la puerta tras su espalda, trato de dar media vuelta sin embargo él le empujo contra la pared.

-¡Abbacchio!-

-Shhh- prolongo el susurro, apretando al joven contra el muro, juntando su cuerpo contra el suyo y Bruno trató de controlar el susto. -¿Viniste solo como siempre? ¿Nadie te siguió?- pregunto al oído, deslizando sus manos por detrás de su espalda,  directo contra el estomago, y bajaban por la cintura. Ese pantalón blanco resaltaba muy bien su cuerpo.

Que podía decir, más bien todo su traje blanco a Bruno Bucciarati le lucía esplendido.

-¿Por qué querría traer seguridad?- contesto él, evitándose intimidar. Abbacchio sonrió. Además, tu eres mi guardaespaldas- le respondió

-No, más bien... tu vienes armado- dijo en suposición, desfajando al joven, y hundiendo sus manos bajo su cuerpo -Traes un arma ¿Bruno?- murmuro Abbacchio, hundiendo lentamente su rostro contra su cuello, y abría lentamente botón a botón la camisa del joven.

-No lo creo- contesto, soltando un suspiro y disfrutando la caricia de la tentación, por como suavemente Abbacchio le desnudo.

-¿Quieres que lo averigüe?- contesto Abbacchio sonriente, respirando detrás de su cabello oscuro, y las manos quisquillosas apretaban, rozaban el tibio pecho ya desnudo, recorriéndose a través de los trazos de su tatuaje -Tal vez...Tengas algo, oculto bajo el pantalón-

-¿Y qué si así lo fuera?- contesto Bruno, retando a su subordinado, sintiendo detrás de su espalda, el cuerpo de su atacante, quien se atrevió a jalar su camisa, dejándole semidesnudo.

Él cerro los ojos, Abbacchio siguió tocando, y entre sus dedos deslizo el cierre del pantalón, tan pronto abrió el botón. Sus manos le sujetaron por la orilla, y Bruno mordió sus labios disfrutando la tentación, que solo una sencilla desnudes le provocó.

-Voy a tener que castigarte- le contesto Abbacchio, arrodillándose, y deslizando lentamente ese pantalón ajustado entre sus piernas, no descubrió un arma ni siquiera ropa interior. Bruno apoyo su frente contra la pared, sintiendo frio en la habitación, sintiendo nervio y más excitación. Abbacchio le tenia ya desnudo, y él no se negó, solo en la oscuridad se sonrojo.

-¿Y?- murmuro Bruno, sintiendo ciegamente, unos besos suaves de su acompañante, unos suspiros de aliento sobre su piel, la punta de su nariz, trazar un camino, desde su espalda, bajando entre sus piernas deteniéndose justo detrás de sus rodillas, dejando sus manos acariciarle la tibia piel, y un beso lento y placentero provocó un cosquilleo en el dúo.

Pero Bruno necesitaba mantenerse caliente, Abbacchio iba a mantenerlo caliente.

-Me temo que por ser tan atractivo, tendré que darle un castigo- le dijo poniéndose de pie, volteando al joven para tenerlo a frente y repentinamente le beso. Las manos de Abbacchio, no se quedaron quietas.

-Por favor no me castigues- gimió y suplico entre sus besos, sintiendo las manos acariciarle el cuerpo. El calor apenas estaba apareciendo, una erección estaba apareciendo, la excitación ya los estaba convenciendo.

-Br-Bruno- apretó Abbacchio su cuerpo contra el suyo, enredando sus brazos en el, tocando su espalda, apretando entre sus piernas.

-Desnúdate- ordeno Bruno, sintiendo una mordida, bajo su cuello. -Mmhaa-Ab... Abbacchio-

-Híncate- le contesto él, notando como Bruno presa de la perversión obedecía y él se quito su abrigo.

Abbacchio se acerco detrás de su espalda, se arrodillo detrás de él, dejando que besos y caricias tocaran su cuerpo. Bruno cerro los ojos, se mordió los labios y alboroto el cabello platinado de Abbacchio, quien con pellizcos sobre sus pezones, mordidas bajo el cuello y chupetes en su piel, deslizo una de sus manos frente a su cintura, y el erecto de Bruno, ya se endurecía. Enredo sus manos, alrededor de su miembro, apretó suavemente su erecto que proco a poco levantaba, calentaba, frotaba y masturbaba.

-Ahh... N-noo... uhm Abba, Abba-más..Abbacchio- hablo entrecortado. Bruno sintió su cuerpo tensar, mientras Abbacchio se tentaba, su hormona se alborotaba al oír al muchacho gemir y suplicar por él.

Abbacchio mordió su cuello, le beso una vez más tras su oreja y le soltó para empujarlo al suelo por la espalda, dejando al chico apoyarse entre sus manos para no caer al suelo. Abbacchio sonrió, mirando al hombre desnudo, sumiso, hincado en cuatro ante él. Se abrió el pantalón, jalo su cinto y le azoto.

Ahh!- reacciono Bruno, sintiendo ardor, la piel quemar y cerro los ojos, se mordió los labios, y Abbacchio sonriendo volvió a azotarle.
-Maldito-

-Te encanta- respondió Abbacchio, soltando su cinto, acariciando con sus manos suavemente esas rojas marcas. -Si me lo haces tu... ¿Por qué yo no?- sonrió, besándole la espina dorsal, jugar con la lengua, trazando un camino hasta la cintura, dejando sus manos separas sus nalgas.

No dijo una palabra, solo soplo suavemente ese pequeño espacio y delicado, rozado y humedecido, que lentamente palpitaba deseando sentir algo entrar ahí. Bruno respiro profundo, y Abbacchio lentamente deslizo su lengua entre sus labios, cubierta de saliva, para rozar contra su ano, y poco a poco empezó a lubricarlo. Lamió lentamente de abajo hacia arriba, presiono y tentó una penetración. Bruno cerro los puños, sintió temblar sus piernas, al dejar que Abbacchio repitiera su masturbación.

-Mmnah..aah... aah-rogo y se estremeció, aquel que consideraban al controlador. Mostrando una exquisita debilidad, que provocaba una dura e hirviente reacción, en su ya desnuda erección.

Abbacchio disfrutaba su tortura, el lubricar y tentar a Bucciarati, con besos y succiones entre sus piernas. Dejo solo dos dedos deslizar, entrar en ese palpitante hueco, oyendo a su superior gemir de placer, sentía el corazón casi en la garganta, trato de no caer repentinamente al suelo, mientras Abbacchio exploraba su cuerpo por dentro, en busca de aquel punto que activaría su éxtasis.

-Estas muy caliente, Bruno- sonrió Abbacchio, deslizando sus dedos una vez más justo en su interior, hasta lo más profundo.

Toco fondo, mirando al joven de cabello negro estremecer, oyó gemidos, y Abbacchio toco su erecto, sintiendo en la punta de su pene, gotas de pre-semen.

-Muy, muy caliente- se rio Abbacchio, y Bruno gruño.

-Cógeme ya... no voy aguantar más- ordeno Bruno, dejando a Abbacchio, reclinarse detrás de su espalda. -Hmmah... Abbacchio..Abba...ya..ah- suplico Bruno, y Abbacchio gozo oírlo implorar porque lo cogiera.

Se aparto de él, lo tumbo al suelo, y se acostó encima de su cuerpo, Bruno se enredo en él, mientras compartieron al final un beso, donde Bruno le mordió los labios, tan pronto sentia su cuerpo llenarse por dentro. Gozo una fricción entre sus piernas, estremeció de calentura y tentación, casi hundiendo sus uñas detrás su espalda.

Dejo que Abbacchio lo penetrara, lo llenara y lo domara con un toque de desesperación, que tras cada penetración, lo volvió con un toque más de pasión, le beso directo a los labios, tomando su aliento y oyendo los suspiros dentro de su boca.

-Me vuelves loco- confeso Abbacchio, en un murmullo bajo el oído, bajando el ritmo, domando a Bruno lentamente y miro el cuerpo ardiendo bajo el suyo.

-No pares..Mmaahn- pidió Bruno, sintiendo la mano de Abbacchio tocar su erección, cerro sus ojos y estremeció contra la alfombra. Abbacchio retomo velocidad y gozo el tiempo que duro, disfrutando el ver venir a Bruno, escurriendo su erecto, bañando su estomago, de liquido blanco, dejando al orgasmo relajar los cuerpos excitados.

Abbacchio le miro una vez más, entre la oscuridad, aquellos ojos azules, sintiendo una caricia a la mejilla, robando un beso más, mientras le empezó a soltar.

-¿Y bien?-

-¿Bien qué?- pregunto Abbacchio confundido, quedando acostado en la alfombra, junto a Bruno.

-¿Soy culpable, o inocente?- contesto sonriendo, y Abbacchio solo se inclino para besarle bajo el pecho.

-No hay pruebas para proceder, me temo que aun es sospechoso- le respondió con una sonrisa al rostro donde Bruno le robó un beso más delicado.

-Ya veo, en ese caso...- hablo Bruno, mordiendo sutilmente bajo el labio -Solo quiero que usted sea el único que me arreste-contesto, acostándose a su lado. Estaban exhaustos.

-Como usted ordene- respondió Abbacchio, abrazando a su enamorado.
....

Culpable.
No soy bueno con los finales.
Sorry por tardar con "Sea Fic"

Seguridad (BruAbba one shot +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora