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Johnny estaba en su cuarto oscuro con sus fotografías y Doyoung estaba en la sala viendo televisión.

Llevaban casados quince años, cuando le preguntan cuánto tiempo lleva casado, la gente suele decir "oh dios mío, eso es muchísimo tiempo" aunque para ser sinceros, Doyoung ni siquiera nota como el tiempo pasa así de rápido.

Parecía ayer cuando eran adolescentes y Johnny tenía catorce años, cuando volcó su jugo de naranja en la camiseta blanca del uniforme de Doyoung.

"Oye, lo siento, puedo prestarte mi camiseta de cambio" había dicho aquel pequeño Johnny de cabello desordenado y sonrisa cálida.

El corazón de Doyoung con a penas trece años revoloteo de inmediato. Fue en ese preciso momento en que se enamoró por primera vez.

Sus mejillas calientes y las risas nerviosas, el estallido en su vientre similar a palomitas de maíz brotando.

Pero no fue hasta que tuvieron diecisiete años que empezaron a salir. En esos tiempos Doyoung llegó a pensar que iba a vivir por siempre en un amor no correspondido, en verdad no veía futuro junto a Johnny pero sucedió, Johnny lo vio con los mismos ojos con los que Doyoung había estado mirándolo.

Con Johnny todo era perfecto y Doyoung nunca sintió la necesidad de conocer a nadie más, quería sólo a Johnny, él siempre hacía todo para sorprenderlo, para enamorarlo, para mantenerlo completamente cautivado.

Sin embargo, últimamente se habían amoldado demasiado, su madre solía decirle que cuando el matrimonio pasa cierta cantidad de años entonces se vuelve monótono y aburrido.

Cuando sus padres se divorciaron, su padre dijo "Doyoung, un divorcio no significa dejar de creer en el amor, es creer en él y por eso poder ser capaz de notar cuando ya no está, somos humanos y cambiamos cada día, que papá y mamá no hayan funcionado no quiere decir que no funciones en el futuro".

Doyoung creyó en aquella palabras, siempre creyó en el amor, cuando no podía dejar de llorar porque llevaba meses sin ver a su madre y Johnny lo abrazaba contra su pecho.

Cuando veía la relación de los padres de Johnny y deseaba tener algo igual.

Pero creía en las palabras de su padre y por ese motivo supo darse cuenta cuando el amor ya no estaba.

Miro a la puerta cerrada del cuarto oscuro y bajo la mirada al piso. Sabía que no tenía que entrar sin golpear pero aún así se levantó del sillón y abrió de una vez la puerta.

Johnny gritó espantado, corriendo a empujarlo para cerrar la puerta—¡amor, vas a arruinar mis fotos para la próxima sesión!—gritó desesperado

—quiero el divorcio.— dijo decidido, con los ojos bien abiertos y los puños bien apretados, con un nudo en la garganta y algo sofocante en el vientre.

Johnny se quedó en el silencio y sacó su celular, viendo el calendario—no es el día de los inocentes—finalmente contestó desconcertado.

—no es una broma, Johnny, quiero que nos separemos.


Ah, él va a hacerlo, va a llorar—pensó Doyoung mientras veía a su esposo de gran porte y aura potente volverse pequeño y sus bonitos ojos caramelo poniéndose  vidriosos mientras hace un puchero con sus labios.

—¿por qué? ¿Es porque insistí en adoptar ese perro? No necesito el perro si no te tengo—susurró Johnny con las lágrimas a punto de estallar.

—no es por el perro, John, simplemente, quiero que estemos separados, al menos por un tiempo. Voy a ir a quedarme al departamento de Ten, puedes quedarte aquí, de todos modos tienes todo para trabajar aquí.

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⏰ Última actualización: Aug 08, 2019 ⏰

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Enamorado por segunda vez JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora