Prólogo

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Ella estaba ahí observándome, sentía como sus ojos me penetraban, como su mirada me consumía no lograba sentir mi cuerpo.

De pronto todo a mi alrededor desapareció, ya no estaba en  la negrura de un principio, sólo estaba en un bosque y junto a mi estaba una caballa donde salían gritos, muchos gritos.

Una mujer salió de ella, estaba envuelta en una sábana blanca, llorando, su llanto era desgarrador. Ella sufría podía sentir sus emociones como se estaba consumiendo. Dios sentía tanto dolor en mi corazón, ella realmente sufría, lo que le hicieron a esa mujer, debía de ser suficiente para hacer que alguien se perdiera a la magnitud que esa ella lo estaba haciendo.

Escuché pisadas fuertes, un hombre salía de la caballa, intentando alcanzarla. su aspecto era de alarma como si presintiera su muerte .

— Espera, no te puedes ir asi. Merezco que me escuches— suplicó aquel hombre en su rostro, se veía la desesperación.

—¿Escuchar qué?—grito ella con lágrimas en sus ojos—que mientras yo me encargaba de nuestros hijos y me ocupaba de liderar una guerra , tu estabas con otra.—con eso dio un grito de dolor, para dar comienzo a un llanto incontrolable.

El rostro del hombre se llenó de miedo ya que en ese mentó una lluvia emergió.

Parecía que entre más lloraba más fuerte era la lluvia.

—Yo te salve, yo estuve a tu lado, te mostré mi mundo, lo que soy ¿y así me pagas?, por mi eres hoy el general de la tropa mayor...pensé que me amabas—con eso se escuchó otro grito, acompañado de rayos junto con un viento potente que amenazaba con llevarse todo a su paso.

—Yo te amo—intento acercarse el hombre pero una barrerá lo empujo por los aires.

—No vuelvas a pronunciar un sentimiento que desconoces, lo que tú sientes sólo es avaricia,no sé que pensaba al creer que eras diferente, los mortales sólo piensas en si mismos, sólo destruyen—poco a poco vi como se iba perdiendo, como su corazón se llenaba de odio, su dolor era grande, pero nunca me imaginé que ella hiciera emerger del suelo raíces que sujetaron el cuerpo del hombre, poco a poco las raíces iban tomando un agarre más fuerte del cuerpo e iba perdiendo color, sólo podía emitir pequeños quejidos de dolor.

Ella  disfrutaba de ese dolor, sus ojos lo mostraban, su iris antes verde era de un escarlata potente.

Con voz fuerte y amenazante dijo —Asi como tú me destruiste a mi, yo lo haré contigo —con eso último alzó su mano haciendo que una raíz se enterara en el pecho de aquel hombre.

—No hullas de tu destinó—susurraron una voz haciendo que perdiera el conocimiento, no sin antes ver por última ves los ojos  oscuros que había visto asesinar en pocos minutos.

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⏰ Última actualización: Oct 24, 2019 ⏰

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Lazos de poder: El despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora