¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Castiel —el llamado de su nombre hizo que se diera la vuelta topándose con Nathaniel, el delgado principal. Llevaba una expresión seria y notando que este extendía una hoja de papel con su mano derecha, lo quedó mirando con el ceño fruncido.
—¿Qué quieres? —Espetó de manera cruda y fría. Sin alejar su frívola vista del rubio, miro cautelosamente a los lados procurándose de que nadie los viera.
—... —El rubio lo miró y suspiro, no estaba muy seguro de esto, sin embargo queria hacerlo—. El justificante, tienes que firmarlo extendió aún más la hoja esperando que este la tomará.
Tomó la hoja lentamente rozando sus dedos con los del rubio por unos muy pequeños segundos, se alejó del ojiambar sin antes decirle un pequeño “gracias”. Mientras caminaba por el pasillo en una esquina de la hoja observó que decia un “Gira la hoja” escrita en una hermosa letra cursiva.
A él no le gusta que le den órdenes pero esta vez —De las muchas más veces— haría una excepción. Giro la hoja lentamente y así mismo como en la otra carilla de la hoja, en la esquina tenia escrito un “Te amo, cielo.”
Castiel sonrió levemente mientras guardaba la hoja en su maleta.
Su novio era una dulzura.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
