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fluffy, Fem!louis, lencería
Harry se ha ido a trabajar hace pocos minutos, y Louis está todavía adormilado en la cama. La parte que le pertenece al rizado aún está caliente y Louis se aferra al calor de estas mantas restregando su naricita en la almohada, que aún huele a Harry. A ambos en realidad.
Cuando finalmente el castaño despierta de su sueño baja a la cocina usando únicamente sus bragas blancas con encaje en el borde, y con un pequeño lacito en el frente de estas. No le cubren completamente los cachetes, cosa que Harry se encarga de agradecer cada que lo ve paseándose por la casa solamente con estas (o cuando le hace uno de sus bailes antes de tener una sesión de sexo). Pero ahora es invierno, y Louis se da cuenta de que ya no puede ir así por la casa cuando una ráfaga de aire lo deja completamente helado, con los pelos de punta.
El pequeño sube corriendo las escaleras lo más rápido que sus pequeños piezecitos le permiten y busca en su parte del armario algo que ponerse. Claro está que Louis no se conforma con nada de lo que ve, así que le echa una mirada de reojo a la otra parte del armario.
No se lo piensa dos veces cuando rebusca entre las sudaderas de su novio para acabar cogiendo una sudadera con cremallera y capucha gris oscura. Con cordones a los lados de la capucha y un pequeño logo a la derecha. También tiene bolsillos a los laterales, y una rayas negras en las mangas.
Louis acerca la sudadera a su cuerpo abrazándola y olfateando el olor de Harry en ella. No duda tampoco en ponérsela abrochando la cremallera hasta un poco más abajo del cuello, dejando este fuera luciendo sus marcas echas anteriormente por el ojiverde.
Busca esta vez en su armario unos pequeños pantalones cortos negros que le llegan más arriba de la mitad del muslo (sacados de una tienda de mujer, pero no es como que a ninguno de los dos le afectase eso).
Piensa durante unos segundos en si ponerse unos calcetines acordándose de las palabras de Harry cada vez que lo ve descalzo; "Bebé, no andes descalzo o te vas a enfermar y luego no te gustan las medicinas que te receta el médico. Si quieres te compro los calcetines de erizos que me pediste la semana pasada, pero usalos esta vez amor."
Louis hace un puchero pensando en lo cómodo que está sin usar nada en sus piezecitos, así que decide ignorar las palabras de Harry y bajar al salón a ver algún programa en la televisión.
Cuándo Harry llega a la casa de ambos y ve a su pequeño durmiendo en el sofá con su vieja sudadera contiene un arrullo. Pero después ve las galletas encima de la mesita y miles de migas por todo el sofá, además de la tele encendida, y solo puede rodar los ojos con cariño.
Lo carga en sus brazos a modo de princesa (qué es lo que es), y lo lleva a la cama, no sin antes apagar la televisión y recoger las galletas.
Cuando lo deja en la cama, Louis instintivamente lo atrae con él todavía en sueños y se acomoda sobre su pecho para seguir durmiendo, y Harry le responde cariñosamente pasando una mano por su cintura y acariciándole el flequillo suavemente.
Y puede que por la mañana Louis se levante con su naricita roja y enfermo por haber estado andando descalzo. Y también puede que Harry con cariño lo haya cuidado regalándole por no hacerle caso. Claro que en cuanto Louis se recuperó tuvo su castigo por haber desobedecido.
