CAPITULO 9

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En cuanto llegamos a mi habitación toco en la de Rocío para informarle de que vamos a ir con ellos a la fiesta, sin embargo no me abre nadie la puerta y decido llamarla por teléfono.

- Dime, Pau – me contesta a los pocos tonos.

- Rocío, hemos decidido ir a la fiesta con vosotros. Si aún podemos, claro.

- Claro que podéis tonta. Sabía que al final decidiríais venir – dice mientras se ríe- Entra en mi habitación y encima del escritorio tienes un carné falso con tu preciosa cara.

- ¿un carné falso? – digo un poco extrañada

- Claro, chica. ¿Crees que te van a dejar entrar con 17 años? Los gorilas de la puerta te van a poner de patitas en la calle en cuanto le enseñes el tuyo.

- No me hace gracia esto, Rocío.- le digo mientras me muerdo el labio inferior. Cada vez tengo menos ganas de ir a la fiesta, tengo la sensación de que nada positivo va a salir de esto.

- No me seas mojigata, Paula. El primer curso tuve un carné falso durante todo el año y nunca me pasó nada. Estoy haciendo botellón en el piso de unos amigos con Adam, pero a las doce estaremos en la puerta de la discoteca esperándote- me explica, mientras un escalofrío me recorre al darme cuenta de que ese estaremos incluye al insufrible Adam.

- Está bien, a las doce estaremos allí -le digo con un temblor en la voz que intento disimular.

- Genial – dice alegremente y acto seguido me cuelga sin dejarme decir nada más.

Entro en el cuarto de Rocío, que está tan desordenado como siempre, y me dirijo hacia el escritorio. Allí hay un carné perfectamente plastificado con mi foto y un nombre y dirección completamente falsos, además de una fecha de nacimiento que indicaba que tenía veinte años, para que así no tuviese problemas. Era completamente convincente, pero aun así me da mal rollo. Soy demasiado paranoica, y me veo ya con una denuncia de la policía y a mi madre tirándose de los pelos por la mala hija que ha criado. Me extrañó que Rocío no hubiese hecho uno para Daniel también, ya que no recordaba haber mencionado en ningún momento que Daniel era un año mayor que yo.

Sin darle más importancia, salgo de la habitación de Rocío y me voy a la mía. Me siento en la cama y le enseñó a Daniel el carné.

- ¿Cómo lo ves? – le pregunto mientras lo sujetaba en su cara

- Preciosa como siempre – me dice mientras sonríe mirando la foto del carné falso que había conseguido Rocío.

- Tonto – le digo dándole un coscorrón en la cabeza de manera cariñosa. – Me refiero a si se nota que es falso.

- No, para nada – me dice mientras lo coge entre sus manos y lo observa moviéndolo en todas las direcciones.

- Está bien. – le digo no demasiado segura.- Por qué no te vas duchando mientras subo un momento al piso de mi amiga Sara? Es que he pensado que sería buena idea invitarla a venir. Así también la conoces – le explico.

- Claro, cariño. Tú ve. – me dice mientras se levanta de la cama, me da un beso rápido y desaparece por la puerta del baño.

Rápidamente salgo del apartamento y subo las dos plantas que me separan de Sara. No recuerdo muy bien la letra de su piso pero al final me decanto por la A y veo que he acertado cuando al tocar el timbre, Sara me recibe con su particular sonrisa.

- Hola, Paula.

- Hola, Sara

- Pasa mujer, no te quedes en la puerta. – me dice mientras se retira del marco de la puerta para que pueda pasar

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