La Luz De Mi Vida [Goldfred]

05

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— agh — se quejaba el albino masajeando el puente de su nariz — no no no y no

— Tranquilo señor — decía Fred. —  no logra nada mortificandose 

— ¿Cómo quieres que me calme? — miró a los ojos de su asistente — sólo me queda mañana y los hombres esos no quieren dar su brazo a torcer — reprochó.

— no se preocupe ,hasta ahora usted ha logrado todo lo que se ha propuesto ¿Por qué habrá de ser diferente esta vez? — alentaba — ya los tiene en la bolsa sólo hay que poner un poco más de empeño y verá como todo saldrá bien , se lo aseguro — sonrió. Gold lo observó por unos segundos y en sus labios se formó una sonrisa

— Tienes razón, además tengo al mejor asistente del mundo.

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Era tarde , la jornada laboral había terminado hacía unos quince minutos.
Gold apenas se estaba retirando de su oficina debido a que su abuelo lo detuvo para charlar con él sobre la importantísima junta que tendrían mañana , misma que él dirigiría y la cual era su última oportunidad para cerrar el trato. 

"No podemos dejar pasar esta oportunidad ¿Entiendes? Tu deber como heredero de la fortuna Golden es mantener el pilar es esta que es la empresa y este proyecto será un gran impulso a la economía de ella"

Las palabras del hombre rebotaban en su cabeza.

— Tu hora de trabajo ya terminó ¿Qué haces aquí? — preguntó al azabache que se encontraba archivando documentos.

— Creí que si me quedaba un poco más podría adelantar el trabajo de mañana , además tenía algunos pendientes — explicó — ah se me olvidaba , aquí tiene — le extendió un folder color crema.

— ¿Qué es esto? — lo tomó entre sus manos.

— El informe que me había pedido para mañana , ya está terminado — sonrió levemente.

— vaya que eres eficiente — arqueó una ceja y sonrió de lado — pero es tarde y tenemos que irnos , vamos yo te llevo

— ¿Eh? Nonono yo tomaré el metro gracias — terminó de guardar sus cosas.

— No dije en qué te irías , ni siquiera si querías dije que yo te llevaría — dijo con tono autoritario — no puedo permitir que te vayas solo a estas horas — lo miró fijamente. — ¿Bien? — Fred asintió — bueno señor Blackbear , después de usted — hizo un ademán con el brazo dando el paso a Fred quién soltó una leve risa para empezar a avanzar a la salida seguido de su jefe.