CAPÍTULO 9

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DongHae manejaba a toda velocidad haci la mansión Min. Ni siquiera el mismo entendía el por que iba tras de ella. Se dejo llevar por las palabras de la nana de ella. Ella estaba demasiado nerviosa por lo que pudiera ocurrir en aquella casa. Así que no le costo más remedio que ir por ella.

"YeRi se había marchado. Su nana no sabia si decirle a DongHae. Después de todo, ese matrimonio no era real. Tras estar en debate con ella misma si decirle o no, decidió decirle.

DongHae se encontraba jugando con el pequeño HyunSeok en la piscina. Desde que ella había llegado, no había visto al pequeño.

—¡Nana!— grito el pequeño emocionado de verla. Estaba sentado en una de las balsas para niños.

—Ho... Hola, mi niño— tartamudeo un poco, no quería que el niño se diera cuenta de que algo estaba pasando.

—Ven— le dice el pequeño—. Ven a jugar conmigo, nana— salpicaba el agua fuera de la piscina.

—Cuidado, la mojaras— le habla DongHae recostándose de una de las esquinas de la piscina.

—Disculpe joven. ¿Podría darle la palabra un segundo?— le pregunto nerviosa y preocupada—. En privado si es posible.

La nana platicaba con él lo más rápido que pudo. Le comento la situación que había pasado en la mansión con el señor Min. DongHae al principio no entendía cuál era, en si, el problema. Tenia que convencerlo de cualquier forma. Así que decidió contar algo que jamas pensó contar alguna ves.

—La niña YeRi fue maltratada cuando era una niña, ahora mismo no lo recuerda. Ella...— antes de continuar tomo aire y continuo—. Ella perdió la memoria por causa del accidente que la dejo sin familia. Ella estaba en ese auto.

Los ojos de DongHae se abrieron, como si lo hubieran asustado.

—Ella no recuerda cuándo su abuelo abusaba de ella.

—Pero ¿que tiene que ver usted en todo esto?— le pregunta confundido.

—Tengo mucho que ver— le confiesa—. Yo soy la verdadera madre de la madre de YeRi. Soy su abuela y lo mas que me duele es que no puedo decirle.

—Y eso ¿por que?— cuestiono.

—Mi hija me hizo prometer que nunca le diría. Mientras su abuelo paterno estuviese vivo, no le puedo decir la verdad.

—Y ¿que le hace pensar que yo me quedare callado y no le diré? ¿Tanto confía en mi?

—Yo sé que usted seria incapaz de hacerle daño a mi nieta. Lo puedo ver en sus ojos.

DongHae carraspeo su garganta, poniendo su espalda totalmente recta.

—Antes usted la miraba con frialdad, ahora... Sus ojos me dicen lo contrario.

DongHae se quedo mudo. ¿Por que ella le estaba diciendo eso? ¿Que había cambiado en él, que no se había dado cuenta? Nada. Nada había cambiado.

—Por favor, ayude a mi nieta— le pidió—. Se lo suplico— DongHae podía notar la preocupación en sus ojos—. Él le hara daño".

Estaciono el auto lo más rápido que pudo. Bajo del auto y entro a esa casa. Desde afuera se podía escuchar los gritos de los dos discutiendo. Una sirvienta, la que casi YeRi molía a golpes por no querer dejarla pasar, hizo como si no lo hubiera visto. Traía una cara de los mil demonios.

—¡Cállate!— reordenó—. Tú no vienes hablarme así. ¡Estas dentro de mi casa!

—No me importa su es su maldita casa o no. ¡Bajo la ley esta es mi casa! ¡Yo la herede!

Bajo Un Contrato  {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora