one.

500 62 16
                                    

"...Sentimientos por ti que debo dejar ir..."

Las frases de aquella canción resonaban una y otra vez en la cabeza de MinGi, haciendo que todas y cada una de esas palabras atravesasen su corazón cual daga.

"...Así que no llores, voy a dejarte ir y volar..."

¿Que dolía como yacer en el mismísimo infierno? Era verídico, así como también lo era el que, aquella, sin duda era la mejor opción para él y su pequeño, no tan pequeño, Kim HongJoong.

"Días agitados me mantienen ocupado, calendarios llenos de distracciones, pero no te olvidaré, está quemado al negro de mi mente como tatuaje"

La situación había escapado de las manos de Song MinGi, quien mantenía una relación sentimental con el chico que había sido su mejor amigo durante varios años, Kim HongJoong.

Relación que, en aquel entonces, estaba a punto de acabar.
Pues Mingi, por fuerzas mayores, tenía que abandonar la bella Seúl en donde ambos residían, para así, dar inicio a su vida desde cero en Inglaterra; lugar al que sus padre partirían la semana entrante.

¿Qué detestaba aquello? Por supuesto.
Lo odiaba, no quería irse, no quería dejar a su grupo de amigos, a su pequeño novio, dejar todo lo que había construido durante tantos años.
Sin embargo, nada podía hacer al respecto, al menos no hasta que cumpliese la mayoría de edad.

Por otro lado, Hong, era consciente de todo lo que sucedía en la vida de su pareja, así mismo, jamás podría haber imaginado lo que pasaba por la mente del azabache justo en aquel momento.
Porque sí, el más alto se encontraba viajando en dirección a su hogar.

"Con el fin de liberar tu mano ahora, tengo que hacerte saber que necesito dejarte ir, es difícil decir adiós, pero no puedo correr. Estoy listo para dejarte ir."

Minutos le tomó a MinGi el llegar hacia el pequeño y cálido hogar del pelirojo, en donde se mantuvo inmóvil durante varios minutos frente a la puerta, con todos sus pensamientos hechos un lío.
"Es lo mejor, Min. Debes hacerlo. Ya es hora" intentaba grabar aquello en su mente, intentaba convencerse a sí mismo de que era la mejor opción para ambos.
Pero la realidad era otra, él no quería terminar con la razón de su felicidad, el no quería terminar con el dueño de su sonrisas, de sus pensamientos y de su corazón.
Así mismo, no podía ser egoísta, no podía hacer que el mayor se prohibiese de vivir por esperarle.

Su pequeño novio era una persona maravillosa, y como tal, merecía ser amado. Merecía recibir toda la atención del mundo, merecía un sinfín de cosas que probablemente MinGi no podría brindarle durante algunos años.

Así que, a raíz de aquellos pensamientos, finalmente se armó de valor y golpeó dos veces la puerta principal que tenía justo frente a sus ojos, dejando escapar un largo pero suave suspiro cargado de tristeza.

Hong, quien esperaba ansiosamente por la llegada del chico con pequeños ojos, salió a recibirlo con una enorme sonrisa plasmada en su rostro, la cual fue desvaneciéndose poco a poco al ver la expresión que el adverso mantenía.

-¿Gi? ¿Amor...?- Cuestionó Hong buscando la mirada del más alto.

-HongJoong, yo... debemos hablar.-
Respondió el pelinegro mientras fijaba sus fanales en los contrarios.

Fue entonces cuando el antes mencionado se hizo a un lado, permitiéndole el acceso a la vivienda al azabache, para, una vez dentro de la misma, cerrar la puerta detrás de ambas anatomías, y brindarle de ésta forma, toda su atención al más alto, quien comenzaba a hablar aún estando de pie.

-Hong, sabes todo lo que está sucediendo en mi vida, ¿no es así?- Preguntó MinGi, recibiendo posteriormente un leve asentimiento por parte del pelirojo, dando, así, pie para que continuase con sus palabras.
-He estado pensando mucho sobre ese asunto, y lo cierto es que, te amo.
Te amo Hong, más que a mí mismo, pero no creo que sea lo mejor continuar.
Necesitas tanto, mereces tanto, tantas cosas maravillosas. Y simplemente no voy a poder brindarte todo eso durante un largo tiempo.
No quiero ser egoísta, así que lo mejor es dejarte ir, aunque sea doloroso.-

El menor no sabía de dónde había tomado la fuerza necesaria para decir todo aquello sin derramar lágrimas en el proceso.

Mientras que HongJoong, por su parte, permanecía aún en silencio, sin emitir palabra alguna.
Pero pudiendo sentir como prontamente las lágrimas comenzaban a deslizarse sobre sus mejillas una y otra vez, realmente no podía controlar aquello, rompiendo en llanto posteriormente, sintiéndose totalmente destruido por la persona que más amaba.
Hong se sentía vacío, vulnerable.
Escuchar esas palabras había hecho trizas su corazón.
Y no, no podía permitirlo, no quería permitirlo.
Pero ningún pedido de su parte fue escuchado, ninguno fue suficiente. Ninguno de sus ruegos lograron hacer al menor cambiar de opinión.
MinGi había tomado aquella decisión sin siquiera pensar en él, porque no, no necesitaba ni merecía miles de cosas, lo único que necesitaba era el amor de su pareja...  Ahora ex pareja, y ya no lo tendría jamás.

Aquella sin duda había sido una de las peores tardes para los jovenes enamorados: Mingi había abandonado la casa del pelirojo a punto de romper en llanto, mientras que Hong se encontraba acurrucado en el sofá, sosteniendo contra su pecho una carta que le había entregado Gi antes de partir, carta que aún no se atrevía a abrir, mucho menos a leer.

"¿Qué has estado haciendo últimamente?
¿En quién piensas cuando estás muy lejos?
La vida sin ti es realmente poco creíble, pero aún así todavía tengo que dejarte ir.
A la persona que amé mucho, al hilo rojo que se enredó a sí mismo.
No puedo alcanzarte, así que caminaré por un camino distinto."

Mingi seguía igual de triste y vacío que el primer día lejos de su amado, cada fibra de su ser estaba rota, pero ahora, debía de fingir estar bien y ser fuerte frente a su familia.
Pues los Song ya se encontraban en el aeropuerto, prontos para dar inicio a su nueva vida en aquel lugar desconocido.

Gi, antes de abordar el avión, dió un suspiro y volteó su rostro, despidiéndose de todo aquello que había formado parte de su vida hasta ese entonces, despidiéndose de todo aquello que había marcado su infancia y adolescencia, mientras adrede, dejaba pasar algunos minutos más, manteniendo la leve esperanza de ver a Hong escondida en lo más profundo de su ser, algo que definitivamente no sucedió, ni iba a suceder.
Así que, simplemente se limitó a volver su vista hacia adelante y continuar con su camino, abordando finalmente el avión que lo llevaría con su familia hacia Inglaterra.

Era lo mejor, HongJoong merecía ser feliz, y el azabache estaba seguro de que lo iba ser. Iba a encontrar a alguien que lo amara tanto como él lo había hecho en su momento, o incluso más.
Y eso era todo lo que necesitaba, el saber que el pelirojo iba a estar bien, que iba a ser feliz.
Porque su felicidad, era la propia.

"Esperaré por ti, empecemos de nuevo... Para que en el futuro podamos encontrarnos de nuevo con una sonrisa".



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 10, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

let go ; minjoong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora