Ángela
La verdad es que Thomas se portó muy bien conmigo, teniendo en cuenta que había gritado (sólo un poco) cuando había caído que era él de verdad. Se sacó varias selfies conmigo antes de que el avión despegara. Además, una chica llamada Lucía ocupaba el asiento de la ventanilla, al otro lado de Thomas. Ella también lo reconoció y gritó un poco, y los tres nos hicimos más fotos.
Congeniamos muy bien. Tanto Lucía como yo íbamos a Irlanda para mejorar nuestro inglés, así que no teníamos mucho problema en hablar con él. Nos contó que había venido a España para dar una especie de rueda de prensa sobre la película "The Maze Runner", y de paso visitar a sus compañeros de rodaje de Juego de Tronos que andaban filmando en Sevilla. Era todo un amor. Creo que le caímos bien, porque estuvimos charlando durante todo el vuelo.
Cuando llegamos a Dublín, fuimos los tres juntos a por las maletas y luego Thomas se despidió, diciendo que tenía una première de algo allí en Dublín. En cambio, Lucía y yo tuvimos que coger un autobús a Cork. Adivinad qué, ¡íbamos a ir al mismo colegio! Y por lo que hablamos con los demás en el autobús, otros ocho más vendrían, aunque a un curso más bajo que nosotras. Y yo que pensaba que iba a ser la única española. Qué inocente.
Después de cuatro horas, llegamos a la estación de autobuses de Cork. Cuando salimos fuera con todas nuestras cosas, encontré a una chica que se movía de un lado para otro llevando un cartel con mi nombre. Me eché a reír. Me acerqué a la chica riendo todavía. No parecía una típica irlandesa, más que nada porque era más morena que yo. Tenía los ojos verdes y el pelo castaño claro lo llevaba largo y ondulado. Llegué a su lado y emocionada, me soltó una gran cantidad de palabras de las cuales sólo entendí "Bambi". Bueno, menos mal que vengo a mejorar mi inglés.
- Perdona, ¿podrías repetirlo un poco más despacio, por favor? - le supliqué.
Ella se rió y me lo repitió.
- Hola, me llamo Bambi y estoy muy emocionada de que vengas aquí y seas mi nueva hermana, y así puedas enseñarme más insultos en español que decir a la gente que me cae mal.
- ¿Más insultos? - me reí otra vez - O sea, que ya sabes, ¿no?
Bambi me miró cómplice y me cogió una maleta, indicándome que le siguiera hasta un coche. Me resultaba extraño llamarla Bambi, no sé, para mí seguía siendo el nombre de un cervatillo. Me despedí de Lucía con la mano y miré hacia el coche, donde una mujer de cara agradable no paraba de saludarme con entusiasmo. Le sonreí encantada, saludándole también.
- Esa que te saluda como una posesa es Pauline, mi madre - me explicó Bambi.
- Parece simpática - comenté.
- Y lo es - respondió ella con una gran sonrisa, que luego torció - sólo si no dejas tu cuarto como si pasara un huracán diario.
Por enésima vez aquel día, me eché a reír. Esta chica era muy graciosa, y además muy expresiva. Exageraba un montón cada gesto, y articulaba muchísimo. Igualita que la madre. Durante el trayecto a casa, unos veinte minutos, no pararon de hablar conmigo. Me encantaban, y además hacían que me sintiera tan integrada como cualquier otro miembro de la familia.
Cuando llegamos a su casa, me quedé de piedra. ¡Era preciosa, además de enorme! Lo que más me impactaba es que no había valla de protección, tan sólo había una baja para delimitar terrenos entre casas, pero ya está. Se ve que aquí no eran tan cabrones como los españoles.
Bambi me ayudó con una de las maletas y me la llevó hasta mi habitación, que por descontado era enorme. Tenía una cama de matrimonio justo debajo de la ventana, un estudio en frente de la puerta y a la izquierda de la cama un gran armario. La ventana daba a un pequeño tejado que correspondía con el sitio de ver los deportes, según me había explicado Bambi. También se veía el jardín y la casita roja donde dormía el perro que me habían dicho que tenían.
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Do we wanna know?
HumorNo sé yo si quiero saber cómo llegasteis a esto, pero... ¿qué más da? ¡A divertirse!