Cuando las luces de aquel pequeño pueblo se apagaban, el observaba, siempre observaba.Le intrigaban aquellas personas que se paseaban de un lugar a otro, aveces hasta llegaban a la inmensa capa de árboles que se extendía hasta algunas colinas. Subiendo y bajando como en una montaña rusa, pero este, podía ser mas peligroso.
Lo contemplaban pero nunca entraban. De vez en cuando pensaba que lo miraban, que en su punto de visión se entrometía el, agachado en lo alto de los árboles regresando la feroz mirada con la que ellos aporreaban al bosque.
Una vez estaban satisfechos se daban media vuelta y regresaban.
Aunque la entrada al bosque estuviera prohibida no dejaban de ir al comienzo donde una vez fueron sus primeros brotes. El se fijaba en todos ellos, tratando de averiguar si eran las mismas personas las que acudían con frecuencia y saber a quien vigilar, pero sus rasgos les resultaban todos diferentes, no portaban algo que le hiciera la pena recordar.
Excepto que ella no pasaba tan desapercibida.
Y lo vio.
Y no aparto la mirada hasta que el se dio cuenta de que si, efectivamente lo estaba mirando. No había un pájaro revoloteando a su lado o alguna otra cosa que captara su atención.
Así pues, se escuchó una silenciosa maldición de entre los árboles y después pisadas apresuradas adentrándose al bosque.
¿Comó rayos sucedió?
Ahora seria un problema, un problema grande. Como lo que surgió después, cuando ya no pudieron huir de entre las ramas.
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El corazón del bosque
FantasyA Jane la describe una palabra: Curiosa. Esto no fue exactamente lo que la mató y no me refiero a que su cuerpo pudo haber aparecido en el bosque Ardes tan profundo como mágico. Un lugar lleno de sucesos inexplicables para la mente humana, miedos y...