Capítulo XVI

1.3K 106 19
                                    

La habitación de hotel es lo suficientemente grande para alojarnos a todos, pero lo suficientemente pequeña como para hacernos sentir un poco sofocados.

Al menos yo me siento así.

Tenemos dos camas y dos sofás, creo que varios de nosotros tendrán que dormir en el suelo. Como sea, cualquier cosa es mejor que estar en la intemperie.

— ¿Cómo repartiremos las camas? —pregunta Jackie.

—James, Sheryl y yo dormiremos en una —les digo—. David, Liz y dormirán en la otra, Jackie y Harumi estarán en los sofás.

—Nosotras vigilaremos las ventanas, las puertas y el ascensor —dice una de las mujeres de cabello azul, creo que es la primera vez que escucho hablar a una de ellas.

Liz sólo asiente, como si diera su aprobación, y procede a tomar a Jay por la nuca para arrastrarla por la habitación hasta el pequeño cuarto de baño. Suelta una maldición en voz alta y nos mira furiosa.

—Hay una ventana en el baño. ¿Alguna idea sobre dónde dejar a esta zorra?

— ¡Te voy a…!

—Átenla, sujétenla a una silla y todos nos encargaremos de vigilarla.

Jay aprieta los dientes cuando me escucha hablar. Liz ha encontrado un poco de cinta adhesiva con la que ata las manos de Jay, así como sus tobillos y a la vez la sujeta a la silla de tal forma que Jay no podrá moverse. Por si fuera poco, le coloca un gran trozo de cinta adhesiva en la boca para evitar que hable.

— ¿Te sientes bien?

James coloca una mano en mi hombro para llamar mi atención. Lo miro confundida sin saber qué responderle, él me mira angustiado.

—Estoy bien, sólo me siento un poco cansada de todo esto.

—Todos nos sentimos así, pero esto no es nada que no podamos resolver —dice James y me da una palmada en la espalda.

—Empiezo a pensar que nada de esto funcionará…

Me envuelve en un fuerte abrazo y yo vuelvo a sentirme furiosa al dejar que esa Perla pesimista se apodere de mí. ¡Por supuesto que podemos salir de esto! ¡Hemos sobrevivido a cosas peores! Sólo debemos tener más cuidado que antes, pero podemos sobrevivir. La Elite no podrá con nosotros si trabajamos juntos y seguimos siendo un equipo… ¿Cierto?

—Saldré a tomar un respiro —les digo a todos y me separo de James para avanzar hacia la puerta de la habitación.

Sheryl me detiene sujetándome por la mano.

— ¿Estás loca? ¡No puedes salir tú sola! ¡La Elite está buscándote!

—La Elite está buscándonos a todos. No saldré del hotel, lo prometo.

—Yo iré contigo —interviene Diamond, pero yo niego con la cabeza.

—Estaré bien —les aseguro y salgo de la habitación.

No sé qué es lo que me pasa, pero cada vez que cierro los ojos veo a mamá. Atrapada, en una celda sucia y oscura… ¡Tengo que salvarla cuanto antes y aquí sólo estamos perdiendo el tiempo!

De repente ya voy corriendo por el pasillo hasta el ascensor, con las lágrimas brotando de mis ojos, y presiono una y otra vez el botón para que las puertas se abran y me saquen de aquí. Entro al ascensor y de nuevo presiono frenéticamente el botón para que las puertas se cierren.

Nunca, hasta este momento, me había puesto a pensar en lo que mamá podría estar pensando o sintiendo mientras yo estoy aquí, más o menos a salvo en un hotel. ¿Estará furiosa conmigo por no haberla rescatado ya? Seguro eso es lo que piensa, quizá está tan enfadada conmigo que ya no quiere volver a verme. Y si es así…

Y entonces el ascensor se detiene de golpe y las luces se apagan.

¿Qué está pasando?

Presiono el botón de emergencia. Papá solía decirnos a David y a mí que si presionábamos ese botón cuando el ascensor dejaba de funcionar, alguien llegaría por la puerta de emergencia y nos sacaría. Pero por más que lo presiono, no funciona.

No, sí funciona.

Se escucha un sonido extraño. Es… ¿Una respiración?

—Perla Cobby.

Es la voz del padre de James la que se escucha.

De pronto me invade el temor y mis rodillas tiemblan.

¿Cómo sabe que estoy aquí?

—Sé que puedes oírme, así que escúchame con atención. Sé que tú y tus amigos están en ese hotel. Puedo atacarlo con mis Pokemon en cuanto quiera. Lo derrumbaría y todas las ciento cincuenta y tres personas que hay dentro morirían irremediablemente. Sólo tú puedes evitarlo y será mejor, por tu propia seguridad, que obedezcas al pie de la letra. Te daré cuatro horas para salir por la puerta de servicio. Sola. Nadie más puede acompañarte. Te estaré esperando detrás de un contenedor de basura. Si no te presentas, mataré a todas las personas que estén dentro de ese hotel. Incluidos tus amigos, tu novio y tu hermano, ¿está claro?

Asiento con la cabeza y la voz se apaga.

Maldición…

¿Y ahora qué hago?

Pokemon V: La Batalla Contra la EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora