Parte 1

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El chirrido de la alarma despertó a Doyoung del sueño. Gimiendo cansado, alargó la mano ciegamente hacia el sonido, dando palmaditas en todo el objeto molesto para apagar la alarma. Al encontrar el botón, lo apagó antes de volver a caer en la cama, con los ojos cerrados. Estaba muy cansado. No podía recordar la última vez que se sintió completamente descansado y no sintir como si un camión chocó contra él. Anoche se acostaron a la hora habitual, pero todavía sentía que solo se había acostado hace 5 minutos. No obstante, el deber llamaba. Forzándose a sí mismo para despertarse, Doyoung comenzó a levantarse, pero un peso gigante encima de él lo obligó a volver a la cama: su esposo. Los ojos de Johnny apenas estaban abiertos pero estaba sonriendo cariñosamente al menor. Sin decir una palabra, se inclinó para presionar suaves besos en el cuello de Doyoung.

-Amor, buenos días-, arrastró las palabras entre besos. Doyoung se estremeció, amando la sensación del peso presionado contra él. Pero ... ¡iban a llegar tarde!

-John, vamos, tenemos que levantarnos-, dijo, aunque podía sentir sus propios brazos envolviendo la a su marido, acercándolo.

-Mmmm ... no quiero levantarme-, se quejó el mayor, antes de sonreír tontamente e inclinarse para picotear los labios de Doyoung.

-tenemos que hacerlo. Tengo que preparar el desayuno-

Johnny luego le dirigió una sonrisa. Él inclinó la cabeza más cerca y rozó sus labios contra los de su marido más joven.

-¿Puedo tenerte de desayuno?- Susurró seductoramente. Doyoung se enrojeció visiblemente cuando una sacudida familiar en su estómago se dio a conocer, el calor se extendió al resto de su cuerpo. De repente estaba completamente despierto ante la declaración de su esposo.

Ahora, Doyoung normalmente no era tímido cuando se trataba de intimidad con su esposo, Pero, estas últimas semanas, realmente no han hecho nada, estaban demasiado ocupados. Tenía que admitirlo, extrañaba estar con su esposo y parecía que el mayor también lo extrañaba. Explicaba por qué Johnny estaba ahora encima de él, plantando besos tentadores en cada centímetro de la piel de Doyoung que podía encontrar mientras sus manos deambulaban, dejando fuego donde sea que se tocaran.

-Johnny, nosotros ... oh ...- Doyoung suspiró cuando los dientes de su esposo le mordieron suavemente la oreja. -Cariño, nosotros ... no ... mmm ... ¡no tenemos tiempo!-

-Todavía es temprano-, murmuró Johnny, moviendo sus labios hacia la mandíbula del menor. -Tenemos tiempo-. Besó los labios de Doyoung, gentil pero sensualmente, haciendo que el más joven gimiera. -¿Por favor? Te extraño.- Cuando Johnny estaba haciendo puchero con sus lindos labios carnosos junto con ojos tristes, el más joven nunca pudo resistirse.

-O-está bien-, finalmente estuvo de acuerdo, luchando por mantener la respiración porque su corazón latía demasiado rápido en la emoción. -Pero ... rápido, ¿de acuerdo?- Johnny se burló.

-No te escucho quejarte cuando lo hacemos durante horas y--.

-¡¿ seguirás con eso ?!- Siseó Doyoung, su rostro calentándose de vergüenza y deseo. Johnny chocó sus labios contra los suyos y el menor gimió, sus dedos bailaron en el borde de la camisa de su esposo. Lo jugueteó durante unos minutos, bromeando antes de deslizar la mano para sentir la cálida piel debajo. El mayor gruñó contra sus labios y no perdió tiempo en quitar la camisa de Doyoung y tirarla al suelo. Doyoung continuó bromeando, sonriendo contra los labios de Johnny mientras el mayor se quejaba con impaciencia. Sus dedos agarraron la camisa y estaba a punto de levantarla cuando ...

-Appa! ¡Papi! ¿Están despierto?- En pánico, Doyoung empujó a Johnny fuera de él, el mayor cayó a su lado de la cama con un -oof-. En cuestión de segundos, la puerta se abrió y entró Sunhee, todavía con su pijama de princesa Disney. Su cabello oscuro seguía siendo un nido, pero aún tan adorablemente linda. Miró a sus papás por unos segundos, antes de esbozar una sonrisa de dientes.

Luna de miel sin hijos (JOHNDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora