Ratio

Entonces; quiero que me miren todos a los ojos y me juren, que pase lo que pase allá, no volverán en sus pasos, no se darán por vencidos y sobre todo no dejaran de lado sus ideales...

- Lo juro.

- Yo lo juro.

- ¡Lo juro por mi maldita vida!

Ese tipo, el líder del grupo, se llama Ratio, o al menos así lo registraron las personas que lo dejaron aquí. Los otros 3 integrantes del equipo son, un plato desechable, blanco y en muy buen estado, sin marcas ni figuras, el segundo es una flor sintética, a la que le faltan 2 pétalos, y el tercero es un ratón pequeño al que Ratio que tiene atrapado por la cola con una piedra de río. Y quizás después de leer esto, ya habrán notado que no se trata de una historia acción, o de que estamos en un manicomio, o hasta podrían llegar a pensar que Ratio esta loco. Pero, no vean a Ratio como un loco cualquiera él es un tipo especial, a pesar de estar de estar en un manicomio, logro que lo dejaran tener una piedra y una ratón en su habitación; A decir verdad solo llevo 2 horas con él y por primera vez en mi vida, dudo de mí.

Antes de contar esta historia, quizás sea una buena idea presentarme, y aunque no es necesario que sepan mi nombre, les contaré un par de cosas que me definen, como por ejemplo que siempre he sido un tipo duro, no muy duro de matar, pero, pocas cosas me hacían sentir algo grande, quizás en mi vida solo me había enamorado una vez, y había perdido un par de abuelos, más de 8 mascotas, y en una ocasión hasta llegue a perder la esperanza. En una ocasión hasta me perdí a mi mismo, pero solo una de esas veces sentí algo grande, y sí, adivinaron, fue la ves que me enamore, y en realidad sentí 2 cosas grandes, la primera un amor nuevo y diferente al que sentía por mi madre, la segunda, que más bien como el culatazo que devuelve un disparo, fue la consecuencia de mi amor, un sentimiento vivido, de sentir que algo te falta...

Y a todo esto se preguntarán, quien soy yo, y aunque no es momento para detalles, soy el mejor reportero del mundo, al que el único que nunca le ha fallado es su cliente más importante: Los puntuales segundos que tampoco le faltan al tiempo, ni a mí.

De las 2 horas que llevo aquí, Ratio no ha parado de hablar, sino tan solo para negociar, ah, ¿les había dicho que también es un gran negociante? Sí les dije que era un tipo especial, lleva puesta una gorra de detective y unos jeans azules, además unas chancletas de marca, un poco gastadas que pegan perfecto con el chaleco de fuerza que lleva sobre su cuerpo, sobre el que reposan sus gafas de sol... Les juro que este tipo es todo un personaje. Han pasado 2 horas y es como si ya llevara un mes aquí, he aprendido de todo.

*Toc Toc*, tocaba la puerta de Ratio, pues los guardias dijeron que se molestaba mucho si alguien entraba sin tocar la puerta:

- Adelante.

- Con permiso.

- Mucho gusto mi nombre es Ratio, es un placer conocerte.

Que puedo decir era una de las voces más tranquilas que había oído jamás, era una voz de paz y cordura, me presente y mientras aún estaba de espaldas me dijo:

- Te ofrecería algo de beber, pero como puedes ver, no poseo nada material aquí.

- Tranquilo Ratio, te entiendo.

- No vuelvas a decir que me entiendes.

- Lo siento.

- Sé que tú también crees que estoy loco, y como mi primera misión me hare a la tarea de que pienses lo contrario.

No puedo negarlo, este tipo sonaba tan cuerdo, que pasado un minuto con él ya me había convencido, él no estaba loco, me tire al suelo y enseguida se dio la vuelta y vaya sorpresa era un tipo con una apariencia muy peculiar, calvo, de ojos oscuros, y un buen perfil, con una gorra de detective, unos jeans azules, unas chancletas de marca, un poco gastadas y su camisa de fuerza, pero a pesar de llevar esa camisa de fuerza llegue a sentir envidia de como lucia, su mirada me decía, que se sentía un paso más allá. Daba mucho miedo, no él, si no la sensación de que ese loco fuera más cuerdo que yo, era aterrador saber que alguien como él estaba aquí.