Capítulo 1• "Dulce amanecer"

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ㅡ ¡Arturo!, no es tiempo de jugar, creo que debes terminar tus quehaceres, ¿no lo cree?

Los largos y poco alineados cabellos de aquel caballero, se movían a la par de las hojas de aquel viejo sauce donde el pequeño Arturo se sentaba a observar las nubes, intentaba adivinar la figura exacta de las mismas y dejaba pasar las horas en ello.

ㅡ ¡Lo siento Merlín!

Respondio el joven levantándose del suelo, sacudió sus prendas y corrio velozmente hacia el interior de aquella casa de barro y madera de roble.
Merlín quien en su juventud se llevó a aquel niño de Cornualles a un destino de desconocido para poderle enseñar y adiestrar en diferentes estudios y artes caballerescas, dio la oportunidad a aquel niño huérfano de madre de tener una vida nueva, con un nuevo tutor 'Sir.Hector', hermanos y juegos que lo harían reír a diario.

La puerta fue cerrada a sus espaldas y el joven de 16 años se encontró cara a cara con su progenitor; No pudo evitar mostrar una sonrisa generosa, inclino ligeramente su cabeza ante su rey y sin oportunidad de re incorporarse su cuerpo fue apretado entre los brazos de aquel que llevaba por nombre 'Uther'.

ㅡ¡Hijo mío!, ¡has crecido tanto!

La estruendosa risa de aquel hombre hizo que los hombros de el joven se colocaran automáticamente a los costados de su cabeza, ocultando la pena de su rostro por sentir su corazón cálido.

ㅡ ¡Ve por tus cosas hijo!, te llevaré a un viaje conmigo.

Obediente a la petición de su padre Arturo se apresuró a sus aposentos en busca de un morral donde meter alguna de sus prendas, mientras a su alrededor, aquellos quienes fueran criados como sus hermanos le interrogaba curiosos respecto a su viaje, sin saber que en realidad ellos viajarían a su lado.

《Cameliard mediados del siglo VI》

El corral había sido abierto y desde lo más alto de un mueble se podían escuchar los gritos de Gwenhyvach.

ㅡ ¡QUE LOS DIOSES TE CASTIGUEN DEJANDOTE INFERTIL!, ¡AH!, ¡PADRE!

Fuera del establo, caminando por los verdes pastizales con su vestido remangado hasta los muslos mientras sacudía el polvo de sus manos, una niña de 7 años caminaba orgullosa de su accionar para con su muy poco preciada media hermana mayor.

ㅡ Ginebra....

El Rey de Cameliard conocia muy bien las actitudes de su pequeña hija para con su hermana, por lo que no dudo en un segundo en la culpabilidad de la misma al oír los gritos a lo lejos de su hermana mayor.

ㅡ¡¿Que?!, le puedo jurar que no fui yo quien comenzó el conflicto.

ㅡ¿No lo has hecho?, pero estoy casi seguro que el barro en tu rostro significa que si lo has seguido...

El hombre miró de manera acusadora a la pequeña y siguio camino hasta los establos, donde las gallinas agitaban sus alas alteradas y se trepaban a lo primero que encontraban en el camino buscando quedar a salvo de los golpes que los caballos comenzaban a dar al aire.

ㅡ¡Calma!, ¡Calma!....

Escucho a su padre decir al entrar al establo seguido de un grito de espanto emitido por su hermana, la pequeña Ginebra no podía evitar reír al recordar la situación pasada.
Ginebra era una niña inteligente, tenía una fuerte enemistad con su media hermana, primordialmente por ser la menor o como Gwenhyvach solía decirle, 'la bastarda de el Rey', apodo que poco le agradaba y que muchas veces como en ese momento, le hacía desatar su ira contra ella. En ocasiones llenaba su cama de estiércol variado, pero en esa ocasión y en conocimiento de el repudio de Gwenhyvach por las gallinas, no tuvo mejor idea que golpear su corral con una barra de metal antes de liberarlas frente a su mayor.

Querido ArturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora