Besos ardientes, repletos de pólvora,
Que estallan la carne en tus labios de seda.
Besos distantes que hoy no puedo darte.
Besos que buscan no ser pasajeros,
del tren del olvido que guarda tu pelo.
Desdichados los besos que buscan tu cuerpo,
Condenados a muerte y sin derecho al anhelo.
Maldito el otoño que se lleva mi vida,
dejando mi alma entre las causas perdidas.
Desacuartelados los besos soldados,
Que rasos, a paso de muerte y compas de desgracia,
anhelan la vida que brindan tus labios.
Sebastian Bárcenas.