Las olas se agitaban furiosas en el mar, el pequeño yacía observando como el mar se agitaba a sus pies. Sin nada más que un abrigo amarillo que le cubría su frágil cuerpo se limitó a esperar. La felicidad que tanto anhelaba se acercaba veloz, formando un marco con sus pequeños dedos simuló una fotografía de aquella tormenta que se aproximaba.
Deseando tener una cámara para captar aquel momento, no hizo más que seguir observando pero no todo sería color de rosa, aquel escenario sombrío que se formaba le hizo sentir miedo tambaleándose en la orilla, temiendo caer y fundirse con las olas que se alzaban al compás del viento...
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Seis semanas antes...
El pequeño Jihyun despertó como todas las mañanas rebosante de alegría, a pesar de todo por lo que pasaba siempre mantenía esa sonrisa tan inocente que poseía, cualquiera diría que el niño era el ser más feliz de la tierra. Una cruel mentira.
Preparado para otro día de escuela se encontró con su madre en la cocina, supuso preparaba el desayuno y el moría de hambre.
—Muy buenos días mamá —saludó alegre por ver a su progenitora.
—Que tienen de buenos.
Fría y tosca como siempre, Ji Yeon nunca demostraba mayor afecto por su niño, el trato que recibía no se lo merecía, nadie merecía ser tratado de esa manera y menos a esa edad.
—Tu siempre tan bullicioso desde la mañana, ¿no puedes ser más callado y dejar de hablar tan fuerte? —le miró con reproche—. Jae Hyun está durmiendo y sabes lo mal que se levanta si lo molestas, así ya no hagas ruido y vete de una vez.
—Lo siento mamá —cabizbajo fue por sus cosas tomando las monedas que le había dejado en la mesa— que tengas un lindo día mamá —y con un beso en la mejilla se despidió de ella.
Las calles en Busan eran muy frías esa época del año, con sólo su abrigo amarillo y una bufanda emprendió su camino a su escuela. Saltando, jugando, saludando a la gente que veía, el pequeño recorría las mismas calles que sabía de memoria. Su estómago emitía sonidos alarmantes a falta de alimento, desde ayer que no probaba bocado, casi llegando a su destino había una tienda justo al doblar la esquina la señora era muy gentil así que decidió entrar y comprar algo de comer, el hambre lo estaba matando.
—Buenos días señora Min ¿Cómo está? —tan educado como siempre entró sonriendo a la anciana detrás del mostrador.
—Que tal Jihyunie, estoy bien muy bien ¿Tú cómo estás? —preguntó devolviendo la sonrisa.
—Yo muy bien señora Min, llevaré esto —enseñó un sandwich y una caja de leche de platano.
—¿Otra vez no desayunaste? —no era la primera vez que aparecía por ahí, pero siempre inventaba escusas para que no lo regañaran o pero aún que hablaran con su mamá eso la pondría muy furiosa.
—Pero que dice señora Min claro que lo hice, solo que... —se detuvo a pensar que diría esta vez—... Mamá me dio dinero extra para comprar merienda.
La anciana no había nacido ayer ella sabía muy bien por la situación que pasaba su pequeño favorito, pero aún así no debía entrometerse en esos asuntos una vez lo hizo y el pequeño pagó las consecuencias. Ahora sólo velaba por el bienestar de su pequeño creyendo cada mentira que le decía y de vez en cuando dándole una que otra golosina.
—Debes estar muy feliz —Jihyun afirmó sonriendo— muy bien querido ten —le alcanzó la bolsa con sus compras y una caja extra de leche.
—Muchas gracias señora Min que tenga un lindo día.
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Mi Ángel «Kim Taehyung»
Fanfiction-Mira Jihyun te diré algo. Te voy a secuestrar, yo seré tu padre y tu serás mi hijo ¿crees que podrás guardar esa mentira por toda tu vida? ¿Hasta que mueras?... -Yo... Yo lo haré... Papá... -Mi niño adorado, tendremos una nueva vida... 花 Género:...