Única parte

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Sentía el típico aire helado colarse entre las hebras de su cabello permitiéndole ver mejor hacia los lados, con movimientos cautelosos se giró hacia la derecha observando a detalle como la gente a esta hora corre despavorida hacia sus trabajos, se ríe para sí mismo cuando nota a una chica de dulce sonrisa haberse puesto su saco al revés, luego gira hacia la izquierda y nota ahora a un hombre con su hijo siendo un diablillo y por un momento se siente identificado. Con apenas 12 años, su madre tuvo una enfermedad bastante difícil de curar, se la paso los últimos tres años de hospital en hospital, hasta ya no poder más y fallecer tras una operación de alto riesgo, dejando a Howard solo cuidando a su pequeño.

El tren hizo acto de presencia frente a él, las puertas dieron paso a permitirle la entrada inmediata a él y a varias personas que en realidad son pocas, le agradaba mucho viajar en este tipo de trenes, pues puede sentarse en donde sea y sin ser molestado, le ofrecerían café americano y luego disfrutaría el transcurso de la mañana ante sus ojos. Sacaba de la maleta un cuaderno y se pondría a dibujar diferentes paisajes en él. Suele tomar el directo para llegar más rápido pero casi siempre elegía este, más que nada para convivir con gente sencilla y no con creídos de altos mandos.

- ¿Lo de siempre?.- Una voz ajena se escucha, se sobresalta un poco y luego voltea, le sonríe a su amiga con alegría.

- Hola Nat buen día.

- Hola Tony.- Sonríe de vuelta.- ¿Cómo has estado? Hace mucho no te veo por aquí.

- Negocios, ya sabes.- Rueda los ojos.

- Tu padre sí que te tiene bajo mucha responsabilidad.- Hace una mueca, ella lo conoce de hace bastante tiempo, casi el mismo que lleva trabajando ahí como mesera.

- No tienes idea.- Bufa.- ¿Y a ti? ¿Cómo te ha ido con Bucky?.

- Bah, ese bastardo.- Logra hacer reír al otro.- No sabes, yo estaba muy ilusionada con él, me salió con la estupidez de que le diera tiempo, y adivina...

- Tenía a otra.

-¡No! Eso es peor, tenía otro.- Contesta molesta, Tony se ríe y vuelve la vista hacia la ventana para imaginar la manera de asesinarlo.- Steve Rogers se llama el desgraciado.

- Nat, ¿Que esperabas de un chico que ve chicas pesadas y en vez de fijarse en Regina se fija en el novio de ella?.- Pregunta irónico.

- Pero pensé que solo lo admiraba.- Ríe - Bueno dejemos eso de lado.- Sonríe maliciosa y ahora pregunta ella.-¿Y tú? ¿Cómo vas con Quill?.

- Nada bien.

-¿No se iban a casar?.

- Ya lo dijiste, íbamos - Baja la mirada. Él no es una persona que se deje ver vulnerable ante nadie, solo ante su mayordomo Jarvis y Natasha,quienes son los más cercanos a él.- El ingrato solo quería mi dinero.

Y ahí estuvieron charlando hasta que Natasha fue llamada para hacer más pedidos, siempre ocurría lo mismo, medio rato de plática amena con su amigo y después procedía a atender a los demás pasajeros. Percibío un cierto tono grisáceo en el cielo denotando una próxima tormenta, maldición su traje de Armani se va empapar, olvidó llevar sombrilla.

Estuvo todo el trayecto pensando sobre cosas aledañas a su vida, casi siempre llegando al mismo punto de ¿Por qué se tuvo que ir María tan rápido? Van a ser ocho años de su deceso y él la seguirá recordando como su sol.

Pensó que está mañana iría como las demás pero no se esperaba encontrarse con algo interesante del otro lado del vagón, había un hombre bastante guapo a decir verdad leyendo una revista sobre medicina. Tenía el cabello color negro por completo, una barba recién arreglada y unos mirada adueñada de unos zarifos al parecer azulados. Esto se pondría interesante después de todo, luego lo reconoció, no creyó que fuese tan guapo en persona.

Jueves. // Ironstrange (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora