Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

27 - A kiss as a suggestion

Lan Zhan se levantó de la cama mientras se recogía el cabello en una coleta baja. Sus movimientos a la hora de atar la goma negra alrededor de su pelo fueron casi descuidados, aunque eso no sabía si se debía al cansancio general de la semana o al particular del momento. Todavía estaba recuperando la respiración, pero no pudo evitar pensar en la enorme bronca que le echaría su tío solo por verle así de mal peinado, así que no hablemos de cómo tenía el resto del cuerpo. Cierto alguien le había dejado un collar de chupetones que como mínimo le duraría hasta la semana que viene. Quizá Lan QiRen tenía cierta razón y aquí su querido novio le estaba contagiando ciertos hábitos excesivamente distendidos, pero no lo lamentaba. Después de veintiún años de estricta disciplina y de tener reglas hasta para ir al baño, ¿quién no agradece soltarse un poco el pelo, y nunca mejor dicho?

El estudiante de derecho se dirigió al lavabo para refrescarse y para preparar un baño. Sabía que a Wei Ying le gustaba con el agua muy caliente, sales de olor a loto y muchas burbujas, así que se aseguró de tener su gel de lavanda favorito a mano y de acercar el botecito de sales minerales que había comprado especialmente para él. Luego, tras dejar el grifo abierto, volvió a la habitación con solo una toalla anudada a la cintura. Wei WuXian seguía tirado en el colchón, con una sonrisa satisfecha en los labios y sin la menor intención de moverse de allí. Las sábanas blancas se enredaban entre sus largas piernas, creando una escena sinuosa llena de contrastes entre tela y piel que destilaban erotismo. Los ojos de Lan WangJi brillaron momentáneamente, contemplando a su pareja desde el marco de la puerta.

-Por cómo me miras, Lan Zhan, cualquiera diría que quieres otra ronda. O por cómo me comes por la mirada más bien. -Le tentó el de ciencias ampliando con sus pícaras palabras la sonrisilla que ya llevaba pintada.

-Lo hemos hecho cuatro veces.

-¿Y? Por mí podemos hacerlo hasta mil. -Como si sus palabras fuesen realmente en serio —cosa que de hecho era probable—, Wei Ying se relamió los labios y se incorporó ligeramente, dejando que la sábana cayese por su abdomen y expusiese un pecho y unos hombros llenos de marcas de mordiscos. No era el único. Lan Zhan tenía toda la espalda roja, cruzada por los arañazos del de ciencias-. Bueno, o mejor solo hasta que me partas la cadera.

-Wei Ying...

-¿Qué? Así tenemos algo de intriga. -Rio-. Podría aguantar seis rondas del tirón o trescientas; el cuándo desfallezca lo dejamos a la imaginación y a merced de los dioses.

-Eres ateo. -Le espetó su novio, acercándose a la cama.

-Bueno, pues lo dejamos a merced del método científico. ¿Mejor?

El menor de los Lan negó con la cabeza para sí mismo, justo antes de sentarse en el borde de la cama. Si no le hubiesen enseñado durante toda la vida que era de mala educación, habría puesto los ojos en blanco. En su lugar, se dejó besar por el estudiante de biomédica, atrapado en los movimientos lánguidos y lentos de sus labios y en esa lengua que le relamía sugerente el labio inferior. Al alejarse se aseguró de dejar tras él un rastro de saliva contoneante y estrecho.

-¿Estás seguro de que no quieres ir a por una quinta? Ni siquiera es nuestro récord.

Con los lóbulos de las orejas algo enrojecidos por el recuerdo, Lan Zhan rememoró que, efectivamente, su récord estaba en trece veces seguidas sin parar. Aquella noche fue épica, pero hizo que tuviesen que saltarse todas las clases al día siguiente. No pudieron ni levantarse de la cama.

-Estoy preparando el baño. -Su contestación fue sencilla, tanto que a cualquier otro le hubiese sonado a rechazo. A Wei WuXian no, pero porque él había notado el tono ronco de su voz y había visto como se le encendía la mirada tras besarse-. Vamos.

Y menudo baño. Casi inundaron el apartamento.