Capitulo 19: Los Cuatro Potters

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—SOMOS LOS GRYFFINDOR. NADIE NOS VA A GANAR. LOS TENEMOS ASUSTADOS DESDE EL VES-TI-DOR. LOS VENCEMOS CON SOLO PARPADEAR. SOMOS LOS GRYFFINDOR Y LOS VAMOS A PATEAR.

James sonrío al escuchar aquel canto mientras que levantaba la snitch dorada con orgullo. Todo el equipo levantaba sus escobas hacia él mientras que la sonrisa del chico era inigualable.

260 contra 70. Le había ganado a los Tejones de Hufflepuff por casi doscientos puntos, algo nunca logrado por el equipo de los Leones de Gryffidor. Y James no podía estar más contento.

Había jugado Nick aquel partido, y debía admitir que era muy bueno. Además, los nuevos cazadores, Peter y Ryan, eran increíbles, llenos de talento para ser de segundo y tercer año.

Había sido un muy buen partido y había dejado a todos los de Slytherin con la boca abierta.

Pero bueno, toda aquella celebración había terminado. El domingo por la mañana era el día de despedida: las vacaciones de invierno comenzaban oficialmente.

En Hogwarts, la nieve era espesa y llegaba hasta la rodilla de James. Hacia un frió terrible, tanto que Lucy casi se va envuelta en cinco sabanas para los carruajes.

Pero por suerte, pudieron llegar al Expreso Hogwarts sin sufrir de hipotermia en el medio del camino.

Dan y Keila se encontraban durmiendo uno encima del otro junto a Maya al lado, quien leía bostezando su libro.

Frente a ellos, estaban James y Lucy. James estaba intentando sintonizar la radio para escuchar la noticias mientras que la chica estaba acostada, con la cabeza en el regazo de él, leyendo nada más y nada menos que La Brújula Mágica, cosa que le daba risa a James luego de que ella haya criticado tanto el libro.

Tenía sentido que todos estuvieran cansados: él Expreso Hogwarts salía muy temprano y el día anterior se había quedado celebrando el triunfo del equipo de quidditch. Ninguno tenía mucho ánimo y les esperaba un viaje largo a la Estación King's Cross.

Cuando por fin pudo encontrar la emisora que estaba buscando, James se recostó en el respaldar, escuchando una de las canciones lentas de Wicked Minds. El chico cerró los ojos mientras acariciaba con delicadeza el cabello de Lucy, quedándose casi dormido.

El viaje de Hogwarts a King's Cross era por lo menos siete horas; siete horas en las que James hablaba con Dan, escuchaba música, hacia ecuaciones de Aritmancia o dormía. Las siete horas más aburridas del día.

—James, toma —le avisó Maya lanzándole una varita de regaliz, la cual agradeció y comenzó a comer, volviendo a cerrar los ojos al masticar—. Creo que Lucy se durmió.

El chico abre un ojo, observando a Lucy con el libro abierto en su pecho y los ojos cerrados completamente.

—Déjala. —Vuelve a cerrar los ojos—. Se quedó despierta ayer hasta muy tarde.

Y por primera vez en mucho tiempo, James Potter se quedó dormido en paz, soñando algo que no era una pesadilla y nadie tuvo la necesidad de despertarlo.

El sonido de la campana del Expreso Hogwarts provocó que se despertara de inmediato. La música se había acabado ya que Dan había apagado la radio y Lucy seguía dormida en su regazo, con el libro en el piso. De seguro se le había caído.

El chico, con cuidado, mueve a la castaña logrando que esta despierte de mala manera. Cuando la chica se despierta por completo, recoge sus cosas junto al resto.

James Potter y la Perla Encantada #JP4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora